En un México tan convulsionado, sin entendimiento ideológico, con un gran bombardeo por el arranque de campañas electorales, inseguridad, impunidad, feminicidios, violencia, corrupción, narcotráfico, pobreza, está tocando a su fin el 2017, y nuestra gente, confundida, porque actualmente el origen y las convicciones de las principales corrientes políticas ha desaparecido, hoy se mezcla la sal y el azúcar para dar paso a una nueva mezcla ideológica, sin valor, y sin convicción, es simplemente haciendo uso de la retórica que los candidatos a la presidencia hacen su juego, entre insultos, descalificaciones, des-unión, mofa, como sus plataformas políticas llenas de falsas promesas sin pensar como siempre en las consecuencias, es triste como se ve el panorama de nuestro país.
En la vida de cada uno debe existir un punto de partida para crear una nueva realidad, la nuestra, aquella que sea ecológica porque lejos de dañar, se vuelve transformadora de nosotros y nuestro entorno siendo el origen de nuevos pensamientos y acciones que nos lleven al cambio personal, y con eso estaremos haciendo mucho en este mundo.
Ha llegado el momento de hacer un balance de lo vivido en el 2017, las bendiciones, el crecimiento personal, la recuperación de valores, los puentes creados para el acercamiento familiar, los cimientos de las familias, la espiritualidad con gratitud por ese don maravilloso que es la vida, y al anochecer es donde nos refugiamos por algún momento de crisis. Una vez que somos conscientes de la importancia por alimentar el SER, nuestra escala de valores se vuelve a cambiar, entrando en una espiral que nos permite girar donde en cada giro va sacando y quitando esos pedazos que no son necesarios para el bien vivir, para el bienestar.
Las necesidades materiales, han crecido a tal grado que llegamos a tener tantas cosas, que nos volvemos grandes coleccionistas en competencia con otros, alimentados por el consumismo que bombardea nuestra mente, somos insaciables, queremos hasta coleccionar títulos para aumentar ese traje que portamos a diario y se llama “Ego”, hemos entrado en una dinámica insaciable, y a cada exigencia viene otra, pensando erróneamente que aquel que posee más es el que tiene mayor credibilidad, aunque sea déspota y no logre la empatía con los de su circulo cercano.
Transformar al tejido social, requiere de trabajo inimaginable, sin embargo, cada uno necesita ser persona de mente fuerte, capaz de no entrar en la competencia por el tener, más bien cuidar, y desarrollar al Ser, trabajar la “bastantidad” tanto de bienes materiales como inmateriales, eso dará mayor fuerza, libertad para actuar con responsabilidad, consciencia y sobre todo salud mental, que es lo que nos hace falta en este momento.
La única obligación que tenemos es SER FELICES, y para serlo necesitamos ser libres, de apegos, relaciones insanas, crearnos necesidades que no tenemos, soltar las cargas emocionales, solo requerimos observar y vivir la vida, sin ir corriendo por ella, porque nos perdemos los mejores momentos, lo simple que es ella, la vida misma, de esa manera hasta nuestra mente dejará de funcionar mal, porque lo único que padeceremos y sufriremos serán las cargas que nosotros mismos nos hemos creado.
Pon pasión a tu día a día, vive tu presente, ten en la mente y en las manos un proyecto ese que te quite el sueño, porque te motiva a ser y hacer mejor las cosas, traspasa tus límites, arriesga, sin miedo, has del miedo un recurso que te impulse a emprender todos los días, que ayude a sumar, lo importante de todo esto es el proceso, diviértete y disfruta el momento. Estas vivo, es momento para una TRANSFORMACIÓN!!!
Feliz año 2018, deseo que logres esa transformación en tu vida.
Hasta Pronto!!
Gaby Olivera
