En Sonora, el que la hace la paga.- Frase que aún carece de luz y de sustento y que podría dimensionar su poder a través de la Ley de Extinción de Dominio.- Las acciones esperanzadoras no deben dosificarse, sino abrirse con toda su dimensión
Bernardo Elenes Habas
Deberá mostrar, la Ley de Extinción de Dominio en Sonora, creada por el Gobierno del Estado y aprobada 
por el parlamento local, un seguimiento puntual y a la vista de la ciudadanía, la más interesada en este proceso.
Dicha normativa, anunciada hace unos días desde Palacio del Estado, se encamina a decomisar y asegurar activos fijos y financieros de ex funcionarios públicos depredadores (pero también de quienes estén vigentes), como sucedió en el periodo gubernamental sustentado por el panista Guillermo Padrés Elías y sus colaboradores.
La sabiduría popular tiene cierto que, a los delincuentes que emergen de partidos y llegan a los organigramas de gobierno con el germen insano de convertirse en millonarios por encima de cualquier
circunstancia, y logran objetivos, les duele más que les confisquen los bienes mal habidos, que los denuncien, los persigan y les abran procesos que los conduzca a prisión. Después de todo –discurren en su cinismo-, pagando buenos despachos de abogados, buscando protección en la red perversa de la política, corrompiendo conciencias, la cárcel no sería eterna para ellos, sabedores de que un día podrán abandonar la prisión y disfrutar el producto de sus delitos públicos.
Dicha Ley de Extinción de Dominio, que ciertamente ya prendió en el alma herida de la gente, no debe ser flor de un día, producto de estrategias mediáticas sometidas a tiempos electorales, y menos a exponerse, como está sucediendo, a interpretaciones generalizadas de que fue creada para aplastar campañas de oposición al partido en el poder, sino compromiso puntual. Responsabilidad irrenunciable. Exposición limpia y clara del 
cumplimiento de un deber moral y legal de las autoridades y de las instituciones procuradoras e impartidoras de justicia, para bien del pueblo de Sonora.
De la misma manera y con la misma difusión con que se puso en marcha la incautación de propiedades con valor millonario del ex gobernador Padrés, deberán repetirse sistemáticamente acciones en los casos de Roberto Romero, Carlos Villalobos Organista, Mario Cuén, entre una nutrida lista. Pero también, mantener al acecho las herramientas de la justicia para actuar en contra de quienes hoy gozan el beneficio del fuero en el Congreso de la Unión, como Teresa Lizárraga y Agustín Rodríguez, involucrada la primera en el quebranto del Isssteson, hecho por lo que se pretende poner en subasta bienes del pueblo de Hermosillo y de Cajeme como son los estadios de beisbol Héctor Espino y Tomás Oroz Gaytán; y el segundo, en el caso detestable del encarcelamiento y tortura de Gisela Peraza, la mujer que trabajaba en el hogar de los Padrés Dagnino.
Sólo así se podrá dar poder y luz a una frase que hasta hoy carece de sustento, y que suele difundirse desde el edificio de Comonfort y Paliza, en la que se expresa que en Sonora, el que la hace la paga…
Le saludo, lector.
