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¡Ganaron los jóvenes!.- En la Mesa de Diálogo de la comunidad universitaria Lasallista con los seis candidatos a la alcaldía de Cajeme, la lección hacia la clase política surgió de la voz de los estudiantes.- Buenos los planteamientos de Emeterio, Sergio Pablo y Miguel Ángel

Bernardo Elenes Habas

Sin duda, fue una

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productiva Mesa de Diálogo la organizada por la comunidad estudiantil Lasallista en Cajeme, ayer, durante horas de la mañana.

No se trató de un debate, esquema en el que, lamentablemente, se pierde por ataques viscerales la esencia de las propuestas a través de las cuales se pudieran medir perfiles, huella social, compromisos de fondo con la ciudadanía. En este caso singular con el alumnado, fue exposición de forma y fondo sobre temas específicos –empleo para jóvenes, seguridad pública y relación Estado-Municipio-, por parte de quienes anhelan el voto mayoritario para convertirse en gobierno.

Estuve ahí, en el encuentro de ideas y anhelos entre estudiantes y los seis aspirantes a conducir los destinos de Cajeme en el trienio 2018-2021.

Percibí la madurez y la seriedad con que las nuevas generaciones le apuestan a su futuro inmediato.

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Buscando, reclamando ser parte en la construcción de metas a corto, mediano y largo plazo que se conviertan en semilla colectiva saludable, sin los perniciosos monopolios que imponen los actores principales del poderío económico-político, capaces de controlar y dosificar el desarrollo de las comunidades con determinaciones egoístas.

Tengo la certeza, que fueron las voces juveniles, la sangre nueva que corre por las venas esperanzadas del Municipio, las que le dieron una lección a los políticos, para que abandonen sus poses de salvadores de Cajeme. Para que reflexionen en que más allá de la búsqueda del poder por capricho, tradición o linaje, deben desechar actitudes de perdonavidas, de propietarios de conciencias, de dueños de voluntades, y sumar, sin distingos, todas las dignidades, todas las corrientes de pensamiento, toda la sabiduría siempre ignorada del pueblo, para que se convierta en punto de partida de una verdadera siembra plural, sin enfermedades ni odios.

Me quedaron claras las intervenciones,

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primero en la conferencia de prensa, luego en el foro, por parte de Emeterio Ochoa Bazúa, Sergio Pablo Mariscal Alvarado, Rodrigo Bours Castelo, Miguel Ángel Salomón Montiel, Gustavo Almada Bórquez, Rafael Delgadillo Barbosa. Pero me quedó más transparente el mensaje que están mandando los jóvenes, exigiendo la carta de identidad y de participación que les pertenece.

Y, esto, solamente hablando de un segmento –el Lasallista-, de quienes poseen la alternativa de llegar a las aulas, de encontrar en la ciencia y en la tecnología la oportunidad de colocarse en plataformas específicas de desarrollo futuro; porque faltan las otras voces, las de muchachas y muchachos obreros, las de quienes tienen sus horizontes en el campo, en la sierra y viven aferrados a su raigambre. Los gritos desesperados de aquellos que carecen de futuro y vienen de un pasado de abandono y desintegración familiar. Sufriendo un presente de drogadicción, delincuencia, violencia, prostitución, hoyos negros propiciados por muchos factores, pero principalmente por la desigualdad social, por la concentración de la riqueza (no de

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las fortunas personales, sino del potencial económico que debe ser heredad común en el Municipio) en unas cuantas familias. Por la ambición de los pocos que, sin importarles, sin hacer nada –hasta que descubren que faltan muchas cosas por construir, llegado el tiempo en que buscan vertebrar el poder económico al político-, por los muchos.

Hubo tres planteamiento que llamaron mi atención en la Mesa de Diálogo, y creo que también de los anfitriones: La voz joven de Emeterio Ochoa Bazúa, que habla el lenguaje fresco de los muchachos, y que no está improvisando ni partiendo de cero en sus luchas a favor de las nuevas generaciones, porque las viene alentando y sosteniendo con resultados, desde que fue regidor, luego secretario de Desarrollo Social y como diputado. Expresó a los jóvenes que es parte de esas batallas para que sean incluidos en los ámbitos oficiales, sociales, empresariales de Cajeme, porque sus talentos y aportes en la transformación comunitaria son palpables y sustantivos. Precisó que fue el creador, como regidor del Ayuntamiento, del Instituto Cajemense de la Juventud y de proyectos que abrieron oportunidades a emprendedores.

Brilló, también, la preocupación de un maestro universitario que se ha mantenido inmerso en la problemática juvenil, Sergio Pablo Mariscal Alvarado; y la de Miguel Ángel Salomón, quien tiene voz de tierra, sentimiento de barrios y colonias porque de ahí proviene e incluye en sus propuestas lo que muchas familias quisieran se volviera realidad.

En suma, fue un buen encuentro. La propuesta de los jóvenes resultó triunfadora. Lección que deben aprender y practicar los señores políticos.

Le saludo, lector.

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