Que si enfrenta tus miedos, que si no alimentes tus miedos, que si los miedos se comen tus sueños…. Todo esto lo leemos a diario en las redes, con los motivadores, aquellos que te invitan a entrar en competencia con otros y realices tus sueños, ser participante del desfile y no estar sentado en la banqueta viéndolo pasar….
Para hablar del MIEDO, necesitamos saber de qué tipo de miedo estoy hablando, reales o irracionales.
Todos nacemos con el miedo en nuestro ADN, es ese que nos mantiene alertas, es el que se despierta cuando la intuición te dice “NO PASES POR AQUÍ”, es ese que te hace reaccionar cuando duermes y despiertas al escuchar un ruido extraño, o aquel que te permite detener a tu hijo cuando se va a caer, y reaccionas, te mantiene alerta, nace contigo, eriza tus vellos, es parte de tu organismo y es positivo.
Sin embargo el miedo irracional es aquel que te invita a no realizar algunas acciones, el que permite a tu voz interna que sabotee lo que hay que hacer, si vas a aplicar alguna entrevista de trabajo, el miedo te puede llegar a paralizar o sabotear diciéndote “Y si no me contratan”, mejor no voy, no cumplo los requisitos, aun cuando ya te hayan dado cita “y si no paso el examen” , “Evito ir al médico para que no me diga que estoy enfermo” me da miedo la enfermedad, “Y si no puedo exponer frente al equipo del trabajo”, “Miedo hacer el ridículo”.
También es cierto que algunos estudiosos han clasificado nuevos tipos de miedos, son aquellos donde la sociedad ha estado sometido a bombardeos, y vivir errante; miedos difusos, provocados por situaciones que afectan a las sociedades y provocan una psicosis alarmista como en el caso de la caída de las Torres Gemelas, o las guerras, o desastres naturales.
Aquí es donde el MIEDO une a las personas, México cuenta en su historia con el registro de algunos terremotos, unos de mayor intensidad que otros, con un número alto de damnificados y desaparecidos, poblaciones derrumbadas, y todo lo que se forma y enfrenta psicológicamente para la gente.
Recientemente volvimos a vivir algo fuerte: Caras de angustia, lagrimas, temblores en las manos, se escuchaban gritos: corre, salte, está temblando, eran las voces que en medio de la confusión se oían el 07 de Septiembre 2017, porque México vivía , uno de los terremotos más fuertes y largos, desde hacía muchos años, el CENAPRED informaba al Presidente de la República que: “este terremoto es el de mayor magnitud que se haya registrado en nuestro país en los últimos cien años” , la alerta sísmica sonó minuto y medio antes, y al no sentir mayor movimiento mucha gente se confió hasta sentir la fuerza, su duración fue lo que provocó tanto Miedo. En los Estados de la República más afectados ni tiempo de salir de sus casas, provocando los decesos y algunos pueblos en ruinas.
La Sociedad se organiza y se une para juntar víveres, ropa y los artículos de aseo personal para los damnificados.
El MIEDO nos une, nos identifica con los nuestro, despierta el nacionalismo, como decían unos jóvenes “son carnales”, son nuestra gente, hay que ayudar, como veras el Miedo no es tan malo como siempre se ha creído, basta con identificar el tipo de miedo al que te enfrentas, buscando siempre el lado positivo, de aprendizaje y aprendiendo a usar tu monologo interno para no caer en el juego de sabotaje.
De Mujer a Mujer, reconozco que el Miedo siempre ha unido a mi gente, mejor organizada, con fuerte sentimiento de solidaridad, y empatía por los nuestros.
Hasta Pronto!!
Gaby Olivera
