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El parteaguas de los sismos.- La clase política y sus partidos, damnificados por los temblores porque les derrumbó el edificio del poder.- Si el pueblo de México mantiene la unidad física y de conciencia, podría construir el gran cambio que el país necesita

Bernardo Elenes Habas

Los sismos del 7 y 19 de septiembre, abrieron una gruta histórica, un parteaguas en la conciencia de los Ochoa Reza suprimir diputadosmexicanos.

Ese mensaje telúrico lo entendió a cabalidad la clase política, los partidos en su esencia más desesperada, porque el terremoto les derrumbó el edificio del poder que habitan desede siempre y que se disponían a refrendar.

Enrique Ochoa Reza, PRI; Ricardo Anaya Cortés, Alejandra Barrales Magdaleno, Dante Delgado Rannauro, del recientemente integrado Frente Ciudadano por México, donde, PRD y MC diluyeron sus banderas ideológicas en el azul de las conveniencias del PAN, asimismo Andrés Manuel López Obrador, de MORENA, ajustaban sus estrategias de guerra, para enfrentar elFrente Anaya, Barrales, Delgado proceso electivo de 2018.

Toda su ingeniería electoral, propaganda, tácticas de odio contra sus alternantes, estaba lista, porque de acuerdo al  calendario del INE, las precampañas federales, es decir, para Presidente de la República y Congreso de la Unión, inician a partir del 14 de diciembre, para culminar el 11 de febrero del 2018, y desde ese preámbulo abrirse a las campañas formales el 30 de marzo próximo con duración de 90 días, hasta desembocar en la jornada electoral del 1 de julio.

Ellos, los mismos de siempre con las prerrogativas económicas de siempre, se disponían a satisfacer sus ambiciones de poder sobre el mismo terreno de siempre. Pero los sacudimientos subterráneos de la tierra, inesperados y brutales, acabó con la magia de sus sueños y tuvieron que acomodarse a las circunstancias, porque el elemento principal, la materia prima de sus proyectos, el pueblo y sus votos, pues, ya no era el mismo, debido a que la Temblor 19 de septiembretragedia, el relámpago del dolor e impotencia, los sepultados en vida entre escombros y hierros, edificios y casas destrozadas, paradójicamente lo iluminó con la luz de la libertad, de comprender que la fuerza que mueve a México son ellos, con sus manos, su capacidad de organización, su sangre solidaria y guerrera que les enseñaba que unidos son invencibles, y que no requieren de líderes falsos, de guías ambiciosos tocados por su desesperación indecible de poder.

Ese mensaje de fortaleza nacida desde el alma de un pueblo lastimado que no se ha dado por vencido ante la desventura. Esa señal de grandeza de hombres, mujeres, jóvenes de todos los estratos sociales, de todas las profesiones y oficios, de todas las creencias y corrientes de pensamiento, fueron quienes trazaron el parteaguas para demostrar que saben construirElecciones Méxicosin guías perversos; y que sin palabras, sin proclamas, sin anhelos de poderío enfermizo, comenzaron ya a edificar los cimientos del nuevo México.

Ahora, ante esas circunstancias, Ochoa Reza, Anaya Cortés, Barrales Magdaleno, Delgado Rannauro, López Obrador, entre otros representantes de la ambiciosa clase política mexicana, se vieron precisados a reacomodar sus estrategias, a reconocer que su búsqueda del poder político se sustenta con recursos que nunca les pertenecieron y que le habían secuestrado al pueblo, bajo la estúpida premisa de que “la democracia cuesta”, aunque a éste le negaran la espiga de la justicia social, la distribución equitativa de la riqueza del país.

Hoy, esa clase política, en la nueva y desesperada ruta que construyen para mantener su supremacía, se enfrentan en una Elecciones en Estadoscompetencia mediática para devolver los subsidios partidarios que disfrutaban con impunidad, algunos todavía regateando porcentajes y fechas, porque deshacerse de miles de millones de pesos que manejaban como propios les resulta doloroso.

Incluso, en su consternación por conservar en pie el viejo edificio del poder que se les desmorona, elementos como Ochoa Reza, dirigente nacional del PRI, propuso ante la Cámara Baja suprimir 32 senadores y 100 diputados.

Existe un referente sustantivo y aleccionador en Sonora:

La tragedia de la Guardería ABC en 2009, donde murieron 49 niños inocentes, cambió diametralmente el proceso electoral que se vivía en esos días, y la ciudadanía cobró facturas con su voto de castigo terrible, aunque lamentablemente impulsó a un ladrón a la gubernatura: Guillermo Padrés.

Hoy, guardadas las proporciones, si la sociedad civil, los electores, mantienen la disposición de construir el México nuevo que los tiempos exigen, podrían colocar a partir del 1 de julio del 2018 en las urnas, la primera piedra de ese cambio.

Le saludo, lector.

 

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