Con todos sus asegunes, la gran apuesta del presidente de la República para pacificar el país, la Guardia Nacional comenzará a operar este día y no hay más que confiar en que tenga éxito, porque después de ello, ya no hay nada.
La situación en Sonora adquirió matices críticos la semana pasada con ejecuciones públicas en las calles de Ciudad Obregón (donde incluso murió un pequeño de tan sólo tres años), en Guaymas, donde asesinaron a dos policías y en Empalme, donde no cesa la violencia, y en Hermosillo donde también asesinaron a varias personas.
Las calles se tiñeron de rojo sangre y en Guaymas la propia presidenta municipal invitó a los pobladores a evitar acudir a espacios públicos ante el riesgo de ser alcanzados por una bala, en lo que puede considerarse un virtual toque de queda.
Este lunes deberán estar arribando a Sonora casi un millar de elementos de esta nueva corporación con mandos operativos militares y administrativos civiles. Elementos forjados en corporaciones policiacas los menos, y los más en las filas del ejército, para sumar mil 800 que se desplegarán inicialmente en esos tres municipios donde el miedo se ha apoderado de la gente. Tan sólo en este mes de junio que concluye, en Cajeme se registraron 64 asesinatos, todos relacionados con el actuar de grupos de la delincuencia organizada.
Mucho se ha cuestionado la militarización de facto que representa la Guardia Nacional y la declinación a una promesa de campaña en el sentido de que el Ejército volvería a los cuarteles. Pues no, volverá a las calles para hacerse cargo del combate a la inseguridad y en el aire flota cierto tufillo a una reedición de la guerra contra el narco, que dejó centenares de miles de muertos a lo largo y ancho del territorio nacional.
Y lo primero con lo que se van a encontrar es con la precaria formación, entrenamiento y capacidad de las policías municipales, sin contar con los altos niveles de corrupción y penetración del crimen organizado en sus filas.
Ayer mismo, fuerzas federales desarmaron por completo a todos los elementos de la municipal en Empalme para hacer una auditoría de armamento. 13 armas largas y 47 cortas les fueron retiradas por no cumplir con el registro correspondiente, en una primera información que trascendió por la tarde, de estas acciones que forman parte del Operativo Tetabiate.
La gobernadora Claudia Pavlovich estuvo ayer en Campo Marte acompañando al presidente y al secretario de Seguridad, Alfonso Durazo en el arranque de la Guardia Nacional y como parte de una nutrida agenda que la ha obligado a multiplicarse.
Tuvo una gira por diez municipios el pasado lunes; martes y miércoles tuvo agenda del sector salud y aunque no acudió al primer día de la Comisión Sonora-Arizona debido a que su presencia era requerida aquí por el agravamiento de los hechos delictivos mencionados líneas arriba, al día siguiente partió a Phoenix para suscribir acuerdos relativos a la Megarregión.
Inmediatamente regresó para reunirse con el comandante de la IV Zona Militar, Cruz Muñoz Navarro con quien afinó acuerdos para atender la situación de violencia en los municipios del sur, y acordar puntos sobre el nuevo escenario que plantea la presencia de la Guardia Nacional.
Es decir, el tema de la seguridad pública ocupa un primerísimo lugar en la agenda de la gobernadora y de los funcionarios del área.
Por cierto este lunes el secretario de Seguridad, David Anaya Cooley acudirá al Congreso del Estado para comparecer ante los diputados que reclaman explicaciones más detalladas sobre el desarrollo de programas y acciones de esa Secretaría, en donde a David le ha tocado bailar con la más fea, en un escenario sumamente descompuesto que, esperamos, se normalice una vez que comience a operar en esa zona la multicitada Guardia Nacional.
II
Domingo de mucha actividad el de ayer, cuando opositores al gobierno federal convocaron a marchas en las principales ciudades del país, y si bien éstas fueron más nutridas que las anteriores, lejos, muy lejos están de congregar las multitudes que eventualmente llegarían al 2021 votando por la revocación de mandato, que es uno de sus objetivos en el mediano plazo.
Por otra parte, el presidente ha convocado a una concentración este día en el zócalo capitalino, una plaza que llena con facilidad desde aquellos tiempos del desafuero que le quiso aplicar el entonces presidente Vicente Fox Quesada.
Esta concentración será el marco para que el presidente rinda una especie de informe con sus propios datos, desde luego y se anticipa un lleno hasta las lámparas, como se dice en el argot beisbolero. Andrés Manuel estará en el ambiente que más le gusta y el que mejor domina: la plaza pública repleta de incondicionales. Se espera que en las principales ciudades se replique esta concentración. Al menos en Hermosillo ya se está convocando para acudir a la plaza Emiliana de Zubeldía.
Son varios los temas que se espera aborde el presidente, pero algunos de ellos despiertan mucha expectación, porque ya rodeado de su gente es posible que repita uno de esos ejercicios de votación a mano alzada para validar algunas acciones.
Por ejemplo, el freno que le puso la Suprema Corte de Justicia de la Nación a sus intenciones de construir el aeropuerto de Santa Lucía e inundar el de Texcoco. En su lógica de resolver disyuntivas entre lo legal y la justicia, es posible que no resista la tentación de desconocer el mandato de la SCJN.
El tema de los migrantes, la Guardia Nacional, los proyectos de infraestructura seguramente serán tocados allí, y también con toda seguridad no desaprovechará el foro para refrendar sus filias y fobias.
Veremos qué trae en la bola para hoy, el presidente.
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