Comienzo con una anécdota. Corrían los tiempos preparatorianos y un amigo, abnegado guerrero del activismo estudiantil pero relajado simpatizante del estudio contaba, no sin cierta tristeza, las razones de su baja.
“Me corrieron por razones políticas”, informaba al resto de sus amigos, uno de los cuales le espetó: “¿Cómo que por razones políticas? ¡Si reprobaste cuatro materias!”.
-Sí pues, por eso. Es que es política de la Dirección correr a los que reprueben más de tres…
Viene a cuento este pasaje, a propósito de la sorprendente declaración del presidente Andrés Manuel López Obrador en el sentido de que el caso de Guillermo Padrés será abordado en una mesa de la Secretaría de Gobernación donde se da seguimiento a los casos de personajes encarcelados por diversos motivos, pero que pueden ser considerados presos políticos.
El único motivo por el cual Guillermo Padrés podría ser considerado preso por razones políticas, sería similar al esgrimido por aquel preparatoriano: “Es que es política de la PGR encarcelar a los bandidos”.
No, no se hagan bolas. El ex gobernador de Sonora no es un preso político, sino un político preso.
Ahora bien, tratándose de un hombre del sistema, un político militante, es obvio que no pueden ignorarse aquellos elementos relacionados con su participación en la vida pública, pero de eso a dejar de lado el larguísimo historial de corruptelas que signaron el sexenio que encabezó de 2009 a 2015, hay un mundo de diferencia.
De cualquier forma, Guillermo Padrés se encuentra muy cerca de obtener su libertad -no su exoneración, ojo-, sólo el beneficio de enfrentar en libertad los procesos que se le siguen y sobre los que no se ha dictado sentencia.
El gobierno de Andrés Manuel López Obrador ya liberó a dos maestros de la CNTE que se encontraban presos por su participación en eventos relacionados con su participación política, y existen cinco casos más que se están tratando en la citada mesa de Gobernación. Pero las razones por las cuales estos activistas fueron encarcelados son totalmente distintas a las que llevaron a prisión al ex gobernador de Sonora.
Ahora bien, existen otros dos ex gobernadores que permanecen en la cárcel acusados de diversos delitos (defraudación fiscal, abuso de poder, lavado de dinero, asociación delictuosa y hasta narcotráfico). Se trata de Eugenio Hernández (Tamaulipas) y Mario Villanueva (Quintana Roo), ambos de filiación priista.
En Sonora, de un tiempo a la fecha se ha registrado una campaña a cargo de panistas y uno que otro vocero del padrecismo, para generar la percepción de que el ex gobernador es una víctima del sistema, del PRI, del gobierno estatal y el federal y, haciendo abstracción de la ya muy documentadas trapacerías del ex mandatario, buscan la compasión y la lástima en la opinión pública.
Compasión y lástima que el ex gobernador no tuvo a la hora de clavar salvajemente las uñas en el presupuesto público, llevar el compadrazgo y el nepotismo a niveles épicos para acumular riquezas a partir de negocios no del todo claros (y algunos siniestros, como la venta de niños) y cebarse en personas vulnerables como su propia trabajadora doméstica, Gisela Peraza, que pasó cuatro años en prisión hasta que salió libre por desvanecimiento de pruebas.
El caso de Padrés debe seguir los cauces legales y no colocarlo en el pantanoso terreno de la política. A menos que los pactos que Andrés Manuel hizo con el padrecismo para su vencida a la tercera, comiencen a traducirse en una muy juarista justicia y gracia para los amigos, y para los enemigos, la ley a secas.
Y esto último podría verse con mayor claridad en los próximos días, cuando se ahonden las investigaciones sobre el multimillonario negocio del huachicol, donde Carlos Romero Deschamps que, todo apunta para que sea el nuevo Joaquín Hernández Galicia.
Porque puede estar un “Quinazo” en puerta.
II
Están por cumplirse cuatro años del inicio de los trabajos para la construcción de la llamada Megarregión, ese espacio geográfico integrado por los estados de Sonora y Arizona en el que convergen los esfuerzos para potenciar el desarrollo económico, cultural, educativo, social, con el intercambio y la colaboración como divisas centrales.
Así se ha construido el corredor seguro Sonoyta-Puerto Peñasco, por donde transitan más de dos millones de turistas anualmente, se redujeron los tiempos de cruce para la importación-exportación de productos y ya inició la construcción de la planta automotriz Lucid Motors en la que se invirtieron 700 millones de dólares y en la que Sonora tiene un importante papel en servicios de proveeduría; estas son apenas unas muestras de lo que se está avanzando en este proyecto.
Esta alianza en la que ambos estados, más que vecinos aparecen como socios de importantes proyectos de cooperación binacional fue refrendada ayer durante la toma de protesta para un segundo periodo del gobernador de Arizona, Doug Ducey, evento al que acudió como invitada especial su homóloga de Sonora, Claudia Pavlovich.
Este proceso de integración entre ambos estados para mejorar la competitividad en el ámbito internacional cobra especial relevancia en un contexto en el que el gobierno federal de Estados Unidos promueve la construcción del muro fronterizo, mientras los gobernadores de Sonora y Arizona trabajan en la construcción de puentes que nos hermanen en ese espacio donde compartimos más coincidencias que discrepancias.
III
El mes de marzo llegará con temperaturas más que primaverales para el gremio de los rancheros sonorenses, donde se está calentando el proceso para elegir (o reelegir) a su presidente.
Los vientos de cambio que soplaron el pasado primero de julio al parecer también llegaron a la Unión Ganadera Regional de Sonora, una organización que agrupa a unos 30 mil socios en 97 asociaciones locales y que en conjunto representan un poderoso sector de la economía regional.
Actualmente es presidida por Héctor Platt Martínez, quien llegó hace tres años como candidato de unidad y busca la reelección en el cargo. Él asegura contar con el apoyo de 90 asociaciones locales, pero desde hace unas semanas levantó la mano Daniel Baranzini, que ha venido sumando ciertos apoyos y ya ha protagonizado con su gente, algunos desencuentros en asambleas locales.
A Baranzini se le ha ubicado formando filas con Morena, a raíz de una reunión que sostuvo con el súper delegado de programas federales, Jorge Taddei, y aunque no se le conoce militancia en ese partido-movimiento, su candidatura ha atraído simpatías entre ganaderos de distinta filiación (señaladamente panistas, pero también priistas y otros sin militancia), que no simpatizan con la idea de la reelección de Platt Martínez, a quien ubican más cargado hacia el lado del PRI y del gobierno del estado.
El actual presidente ha sido enfático para tratar de convencer de que la UGRS es una organización de productores en la que se respetan las preferencias de todos sus agremiados y las mismas no determinan las políticas de la organización, pero es claro que el proceso ya entró en la dinámica de la partidización y de esta fecha a marzo, cuando se lleve a cabo la asamblea electiva, se medirán fuerzas entre el grupo que hoy ocupa la dirigencia, y quienes apoyan la candidatura de Baranzini, desde distintas trincheras.
Hasta hoy existe una corriente muy fuerte de ganaderos que sostienen su apoyo a la gestión de Platt Martínez, aunque la disidencia comienza a manifestarse notablemente en redes sociales. Veremos qué sucede en los próximos meses.
IV
Y en tiempos de la cuarta transformación, para que la cuña apriete debe ser del mismo palo, así que en los próximos días se oficializará el arribo de Ernesto de Lucas Hopkins a la dirigencia estatal del PRI, con lo que estará llegando no un ganso, pero sí un pato al cargo que deja Gilberto Gutiérrez Sánchez, a quien por cierto apodan el Chanate, por lo que todo queda en una sucesión muy ornitológica.
También se maneja el nombre de Susana Corella como secretaria General del tricolor. Esperen noticias.
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