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¿Qué tan elástico es el bono democrático? ¿Qué tan grande el paraguas de Andrés Manuel y sus 30 millones de votos para guarecer los primeros asomos de ineptitud, corrupción, cosas buenas que parecen malas y protección a conductas delincuenciales que en el terreno de lo local comienzan a brotar sin prisa, pero sin pausa?

No hablamos del abundante material con que el presidente y algunos de sus más cercanos colaboradores se encargan de alimentar cotidianamente y desde muy temprana hora, a los miles de haters que los bombardean desde las redes sociales aprovechando el más mínimo desliz, traspié, yerro, gesto o vestimenta, muchos de los cuales podrían considerarse meras fruslerías.

Tampoco hablamos de los grandes temas nacionales, como el combate al huachicoleo y sus secuelas trágicas en Tlahuelilpan, políticas en Jalisco, financieras con las pipas compradas en EEUU, que han sacado de foco asuntos como el NAIM, el tren Maya, la Guardia Nacional o el helicopterazo en Puebla.

El presidente tiene, aunque a muchos les resulte odioso reconocerlo, la capacidad para hacer que esos cuestionamientos se le resbalen. En parte, porque la autoridad moral de sus detractores, sistemáticos y sistémicos, los descalifica de entrada; en parte porque hasta ahora le sigue funcionando la simplificación que todo lo reduce a un choque entre liberales y conservadores, por no decir chairos y derechairos, en la que irremediablemente cabemos todos, en uno u otro lado, de acuerdo al reduccionismo tan en boga.

Las preguntas que abren este despacho no son malintencionadas. Nacen de una legítima preocupación por varios asuntos que deberían mover a la reflexión a quienes toman las decisiones en Morena en el plano nacional y en el estatal, y no al cinismo triunfalista que supone los votos como cheque en blanco o certificado de impunidad.

Aludiré sólo a tres.

Bácum

Morena ha decidido cobijar, a contrapelo de las declaraciones de sus propios dirigentes en el sentido de que no protegerán a quien haya incurrido en la comisión de algún delito, al alcalde Rogelio Aboyte Limón, preso en Estados Unidos bajo cargos de tráfico de drogas e indocumentados usurpación de identidad y falsificación de documentos, al menos.

Desde el lunes por la tarde, supimos que los asesores jurídicos de Morena en el Congreso del Estado preparaban una salida poco ortodoxa al relevo del alcalde: en vez de declarar su ausencia por causa grave, sacarían adelante, con un cabildo de mayoría a su favor, una solicitud de permiso por tres meses, apostándole a que en ese lapso, el alcalde puede abandonar la prisión en la que se encuentra.

El propio director de Comunicación Social del Ayuntamiento de Bácum, Marco Antonio Martínez salió ayer a leer un comunicado (validado por el cabildo) en el que insistió en que su jefe solicitó un permiso para ausentarse tres meses con el fin de realizarse unos estudios médicos.

Lo anterior, pese a la existencia de documentación oficial de las autoridades norteamericanos que prueban la detención del funcionario.

No hay vuelta de hoja: regidores, funcionarios, diputados y dirigentes de Morena en Sonora están protegiendo a un delincuente y más aún, esperan que regrese de su encierro para retomar su cargo. 

Guaymas

Aunque la alcaldesa Sara Valle fue postulada por el PT, llegó a la alcaldía por la coalición que en el estado encabezó Morena. Su administración ha estado en el ojo del huracán desde los primeros días, cuando el crimen organizado la recibió acribillando a varios agentes municipales en el centro de la ciudad y a plena luz del día. 

Las acusaciones de nepotismo le han valido serios cuestionamientos, incluso de sus propios compañeros en la coalición y en el PT, pero la alcaldesa ha sostenido su gabinete cuyo organigrama parece más un árbol genealógico.

Apenas ayer tuvo que enfrentar una movilización de esposas de policías municipales a los que no ha pagado el aguinaldo, y a las viudas de los caídos en octubre no ha cubierto sus indemnizaciones. Hubo caos vial, reclamos y conatos de violencia.

Los problemas se le han ido acumulando a la alcaldesa en una población altamente politizada y muy dispuesta a la impugnación y la protesta. El fantasma de la revocación de mandato que la sacó de la Casa de Piedra en 1998 persigue a Sara Valle, y Morena hace mutis.

Hermosillo

Aunque en la capital del estado hay serios problemas, sobre todo financieros, la alcaldesa ha venido moderando su belicosidad inicial y, con la recolección de basura en vías de normalización, el tema más candente que tiene en estos momentos es el litigio por la rescisión de contrato con las empresas a cargo del alumbrado público.

Últimamente se ha asomado un tema que pareciera menor, pero por lo mismo no era necesario abrir ese frente.

Un par de camiones recolectores donados fueron pintados con los colores institucionales de Morena, en un municipio donde existe un acuerdo de cabildo aprobado desde 2008 para institucionalizar el color naranja en la papelería oficial de Ayuntamiento, en la señalización y dispositivos de tránsito, señalamientos de áreas deportivas, juegos infantiles y demás muebles e inmuebles de parques y jardines públicos; uniformes, vehículos utilitarios, patrullas; en los bienes de dominio público y privado municipales y en todos aquellos que sean susceptibles de pintura.

Básicamente, lo que se buscó con este acuerdo es evitar que cada administración que llegase, utilizara los colores del partido político al que pertenecía, como una suerte de propaganda a costa de los recursos públicos.

Este es un tema que la oposición al PRI siempre cuestionó cuando ese partido era gobierno, y los panistas fueron especialmente incisivos en cuestionar que se habían “robado” los colores patrios. El PAN pintó en su momento, hasta el pasto y el concreto de las canchas deportivas, de color azul. Curiosamente fue un alcalde del PRI, Ernesto Gándara, quien promovió el acuerdo de utilizar el naranja como el color institucional del ayuntamiento de Hermosillo.

Aparentemente, los asesores jurídicos del municipio han encontrado en alguna ley una salvedad para pasar por encima del acuerdo, argumentando que los vehículos dados en comodato no son susceptibles del mismo.

Si así fuera, el uso del color guinda con que se identifica a Morena puede ser legal, pero deja mucho que desear sobre la congruencia de los hoy gobernantes, respecto a lo que pregonaban cuando eran oposición. 

Como estos, hay otros casos de escándalos por diversos motivos en Caborca, Nogales y Navojoa, por lo menos, que podrían ir minando la legitimidad ganada en muy buena medida a partir de la promoción del “voto parejo” por los candidatos de la coalición, que apenas tienen unos cuantos meses en el ejercicio de gobierno. Veremos qué tanto afecta esto en el futuro.

II

Ayer se llevó a cabo una importante movilización de sindicatos cuyos agremiados son derechohabientes del Isssteson. La demanda principal: resolver el desabasto de medicamentos en las farmacias de ese organismo, para lo cual se apostaron a las afueras del Congreso del Estado.

Una comisión de los manifestantes se reunió con diputados, que acordaron hacer un exhorto a la gobernadora para que resolviera a la brevedad ese problema, y agendar una serie de reuniones para abordar otros temas relativos al rescate financiero de esa institución.

Casi al término de la manifestación, el director del Isssteson, Pedro Ángel Contreras López informó que esta misma semana el abasto de medicamentos alcanzará un nivel adecuado en las 93 farmacias y botiquines de la institución, tras hacer una inversión extraordinaria de 25 millones de pesos para atender esa demanda.

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