Suele citarse con frecuencia que la resaca tras la borrachera del triunfo electoral del año pasado en Sonora, está resultando devastadora para la coalición Juntos haremos historia, pero especialmente para quien la encabezó: Morena.
A los días de tirar cohetes siguieron los días de juntar las varas. La recolección casi indiscriminada de personajes de laya variopinta, apenas a un año de la justa electoral que los posicionó como primera fuerza política en el estado, puede poner en riesgo su continuidad como tal.
La confrontación ha tocado extremos, como en el Congreso del Estado donde ya se registró la ruptura con el PES que encabeza el diputado Alfonso Montes Piña y el proceso de expulsión del diputado Luis Armando Colosio provocó ya el primer enfrentamiento en el pleno con la coordinadora morenista Ernestina Castro.
Sin contar las luchas por los espacios de poder en los municipios que gobierna la coalición, las declaraciones hechas por el delegado de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Benjamín Hurtado Aguirre contra el súper delegado Jorge Taddei, han llevado el conflicto al resbalosísimo terreno de lo personal.
Enchilado por la destitución de Petra Santos como encargada del despacho de Sedatu en Sonora, Benjamín se le fue a la yugular a Taddei Bringas advirtiendo que tomarían sus oficinas para exigir su salida del cargo del que dice, le ha quedado muy grande.
Hurtado se fue hasta la cocina y, en declaraciones hechas al colega y amigo Alfredo Ochoa, acusó a Taddei de no tener la capacidad para estar al frente de la representación del gobierno federal en Sonora. Lo acusó de fósil universitario y hasta de tener afectaciones mentales por el uso continuo de mariguana.
Golpe bajo y rudeza innecesaria, sin duda, pero no deja de reflejar el nivel al que ha llegado la confrontación que, más allá de lo personal, contiene elementos que ilustran las diferencias entre la gente que en Sonora representa a los grupos de Marcelo Ebrard (Benjamín Hurtado) y Alfonso Durazo (Jorge Taddei que no es de los que acostumbra dejarse curar parado, por lo que seguramente habrá respuesta en estos días.
Y es que Benjamín, de origen priista y luego perredista, no le tembló la voz para asegurar que en estos momentos el único personaje con tamaños suficientes para ganar la gubernatura en 2021 es Alfonso Durazo, pero si las cosas se descomponen, Morena no será suficiente para hacerlo ganar si el PRI o alguna alianza postula a Ernesto Gándara “El Borrego”.
Y ya mejor aquí le paro, porque no quiero dejar la víbora chillando.
II
El gremio de los notarios públicos es, por su propia naturaleza, muy poco dado al ruido mediático. Sus integrantes suelen mantener un bajo perfil, concentrados en las labores propias de la fe pública, aunque recientemente fueron sacados al baile al poner en tela de duda los mecanismos y criterios para el otorgamiento de patentes.
En el Congreso del Estado fue presentada una iniciativa que busca evitar la asignación de dichas patentes a hijos de notarios titulares, aunque dichas patentes no son hereditarias, según explicó ayer la presidenta del Colegio, Karina Gastélum.
Cuando un notario fallece o se retira, por cualquier circunstancia, la notaría se cierra para abrir una nueva, que comienza del folio cero. Esa se somete a concurso y quien obtenga la mejor calificación se queda con ella.
La iniciativa del diputado Filemón Ortega Quintos, por cierto, nunca fue puesta a consideración del gremio, algo que hubiera servido mucho para aclarar las inconsistencias que contiene.
De entrada, explicó uno de los participantes en la rueda de prensa que ayer ofrecieron para dar a conocer los detalles del programa Septiembre, mes del testamento, “vetar” la participación de cualquier aspirante, independientemente de sus lazos familiares resulta excluyente, discriminatorio y anticonstitucional.
El hecho de que aparezcan apellidos iguales resulta de un proceso natural en el que usualmente los hijos de notarios abrazan la misma profesión que sus padres, comienzan a trabajar desde muy jóvenes en las notarías y se empapan de todo el bagaje académico y profesional que requiere el ejercicio de la profesión. Tienen así, mayores posibilidades de ganar los concursos mediante los cuales se asignan las patentes, ya sea como aspirante o como titular.
El caso de Karina Gastélum es emblemático. Hija del reconocido notario Rafael Gastélum Salazar, comenzó a trabajar desde hace 14 años en la notaría de su padre y durante ese tiempo se familiarizó con todos los procedimientos y la dinámica del gremio. Cuando un tío suyo fallece, la notaría se concursa y ella obtiene el mejor puntaje en el examen. Desde entonces ejerce como titular.
Resultaría ingenuo pensar que no hay casos en los que los gobernantes en turno se resistan a la tentación de favorecer a sus cercanos, como innegablemente ha sucedido a lo largo de la historia.
En el sexenio pasado se otorgaron 28 notarías, 11 de ellas de nueva creación. En el actual se han otorgado 20 y no se ha creado ninguna.
De hecho, en la rueda de prensa de ayer se anunció que la primera de ellas, la 112 será sometida a concurso, para lo cual ya está circulando la convocatoria respectiva.
III
De plácemes la familia Bours pues el patriarca Javier Robinson Bours Almada recibió el premio Eugenio Garza Sada 2019, que desde 1993 se entrega por parte del Tecnológico de Monterrey y Grupo Femsa a personas e instituciones que contribuyan al bienestar de la comunidad a través del desarrollo, mejoramiento y promoción de la capacidad productiva de sus recursos humanos y físicos.
El premio se otorga en tres categorías: Personas, Emprendimiento Social y Categoría Estudiantil.
Por cierto en esta última resultó ganador otro cajemense integrante del grupo Ecotecnia: el joven Erico López Herrera, hermano del asiduo colaborador de El Zancudo, Omar Alí López Herrera, cuya familia también está de plácemes.
¡Felicidades a todos!
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