Llegó el 13 de octubre y con él, el desahogo del protocolo de entrega del segundo informe de gobierno de Claudia Pavlovich. Vendrá luego el análisis de la glosa en el Congreso y la eventual comparecencia de algunos titulares de área para alimentar el debate sobre lo realizado en estos dos primeros años.
Dos años que han resultado cortísimos para una administración que encontró los cajones vacíos porque se robaron hasta los lápices (y no es hipérbole), y que deben resultar larguísimos para los que se fueron dejando un polvaredón, cual cholo después de ‘platear’ una tele robada en una casa de empeño.
O para los que se quedaron abanicando el aire de la nómina que extrañan a morir mientras ven, desde el desempleo y el subempleo cómo se escapan entre sus dedos, cual finísima arena, el ‘clavo’ que creyeron les duraría para siempre, o que dilapidaron en su momento, soñando con su permanencia transexenal en el gobierno.
O en su papel de súbitos conversos a la transparencia y la rendición de cuentas; el buen gobierno, la honestidad y la democracia, cuyo ejercicio pospusieron mientras saqueaban el estado, dilapidando esa oportunidad histórica que tuvieron para probar que la alternancia, después de 70 años de gobiernos priistas, podía oxigenar la vida pública en Sonora.
No solamente no lo hicieron, sino que dijeron “quítate que ahí te voy”, y al grito de “vamos bien, vamos muy bien”, terminaron en distintos penales federales, estatales y extranjeros; tatuados de amparos o a salto de mata.
Sólo los muy ingenuos, o los deliberadamente malintencionados, pueden pensar que en dos años se podrían superar los rezagos que se acumularon escandalosamente en los seis años previos, pero que de hecho venían presentándose desde décadas atrás.
Sin embargo es innegable que sí hay elementos para suponer que las tareas de reconstrucción van caminando y se notan: en infraestructura carretera, hospitalaria y educativa; en un crecimiento económico que, de estar en el lugar 29 entre las entidades del país, pasó al sexto lugar; en la generación de 45 mil empleos; en programas sociales como el de vivienda, con el que se han construido 5 mil ‘cuartos rosas’ para abatir el hacinamiento en familias de escasos recursos, entre otras cosas que no tiene caso enumerar aquí, pues hay suficiente información circulando por estos días al respecto, por todos los medios.
Ya habrá oportunidad, en su momento, de evaluar con criterios más objetivos el desempeño del actual gobierno. Y el primer examen está a la vuelta de la esquina: son las urnas que el año próximo habrán de recoger el sentir ciudadano respecto a lo que está sucediendo. Ese es el juicio inapelable.
Por lo pronto ayer acudieron en representación de la titular del Ejecutivo, su secretario de Gobierno y la jefa de la Oficina del Ejecutivo, Miguel Ernesto Pompa Corella y Natalia Rivera Grijalva, a entregar el informe a la presidenta del Congreso, Lissete López. Les acompañaron el secretario de Hacienda Raúl Navarro Gallegos; el coordinador parlamentario del PRI, Epifanio Salido Pavlovich y el diputado federal Ulises Cristópulos.
Fue el acto protocolario. Ya después vendrá la discusión sobre el informe y una nueva saga, similar a la que se dio con el tema de las cuentas públicas, donde los yerros y omisiones del actual gobierno, que los ha habido, serán materia de acaloradas discusiones que generalmente no pasan de allí, pues los principales impugnadores están descalificados por sus propios resultados como gobierno, cuando lo fueron.
II
Y bueno, otra diferencia con el pasado también tiene que ver con la delegación de responsabilidades, ya que mientras sus funcionarios acudían a entregar el informe, la gobernadora se preparaba para asistir al Cecyte de San Pedro, donde 510 alumnos provenientes de la zona rural oriente de Hermosillo cursan sus estudios de educación media superior.
Es la única preparatoria en esa zona, y en el último año la matrícula ha aumentado en 110 estudiantes. Nuevas aulas, laboratorios y áreas para diversas actividades se han construido ahí, para los jóvenes que llegan desde San Pedro, el Tazajal, el Tronconal, Molino de Camou, Zamora y otras poblaciones aledañas.
Por cierto, una de las alumnas le hizo saber a la gobernadora las dificultades que tienen los estudiantes para trasladarse desde sus comunidades a la escuela, por la falta de transporte. Allí mismo, Claudia Pavlovich giró instrucciones al director de Cecyte, Amós Moreno, para que en un plazo de un mes, tuviera en operación una unidad “no importa que sea seminueva, nomás con que no sea una corcholata”, para corregir esa falla.
Luego la gobernadora acudió a Palacio para clausurar la sesión de del Consejo Directivo del Colegio Nacional del Notariado Mexicano. O sea, un día como cualquier otro, de trabajo.
III
Sigue Antonio Astiazarán sin aflojar el paso con su asociación Energía Sonora, que ayer hizo entrega de equipo fotovoltaico con valor de 200 mil pesos a la fundación “Un día especial Fonsi”, que brinda asistencia a pacientes de cáncer y a sus familiares.
Se instalaron 18 paneles solares que permitirán a esa organización altruista un ahorro de 30 mil pesos al año, y ya suman 12 instituciones de este tipo las beneficiadas con este programa.
Por la tarde, Astiazarán estuvo en la colonia Los Olivos, llevando a los vecinos una edición más de la Feria de la Energía, y el domingo hará lo propio en el poblado Miguel Alemán, a donde podrán acudir a inscribirse los interesados, a partir de las 10 de la mañana en la plaza pública del lugar, para acceder a los beneficios que brinda en materia de ahorro de energía eléctrica u y uso de energías limpias.
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