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Leí, no sin cierto asombro en días pasados, varios comentarios en redes sociales, de diversas personas desgarrándose las vestiduras, quejándose de la inseguridad en Hermosillo, después de que cinco presuntos delincuentes fueron abatidos a tiros por agentes de la AMIC.

 

Debo confesar que me sentí un poco confundido. Los agentes acudieron a cumplimentar una orden de aprehensión contra uno de los presuntos, que entre otras cosas tenía cargos por homicidio. Junto a los otros cuatro, operaban en un domicilio de la colonia Puerta Real y desde allí desplegaban actividades relacionadas con la venta y distribución de drogas, entre otros ilícitos.

 

Los agentes llegaron y fueron recibidos a tiros. Repelieron la agresión y en el intercambio de disparos resultaron más duchos que los malandros, causando las cinco bajas antes mencionadas.

 

Las cuentas que lógicamente tendrían que sacarse, es que la ciudad tiene cinco delincuentes peligrosos menos; menos distribuidores de drogas y una señal clara de que no habrá concesiones en el combate al crimen organizado.

 

Pero en cambio, lo que varios interesados postearon fueron lamentaciones sobre la inseguridad en esta capital. Me pregunto si esos mismos estarían aplaudiendo a los delincuentes en caso de que el resultado de la refriega hubiera sido al revés, de cinco agentes policiacos muertos y los malandros dándose a la fuga con rumbo desconocido.

 

Lo abatidos no eran, ni cercanamente, unas carmelitas descalzas. Formaban una célula del crimen organizado que desde hace tiempo venía operando en esta capital, sin que les hayan echado mano.

 

Toda muerte, incluso de gente que se dedica a las actividades ilícitas será siempre lamentable, pero en la vida real las autoridades deben tomar decisiones, sobre todo en momentos en que la vida de los agentes está en peligro, pero sobre todo, en situaciones donde lo que también está en juego es la conveniencia de mantener vigentes y actuantes, en las calles de la ciudad, a esas personas que se dedican a actividades ilícitas.

 

Y bueno, no es que se festinen las muertes, pero en situaciones de riesgo, cuando los agentes son recibidos a tiros, tampoco puede esperarse que a los malandros les respondan a tomatazos.

 

Entiendo que en temporada preelectoral cualquier tema será utilizado para llevar agua a los respectivos molinos políticos, pero a veces se pierden las proporciones y lo que podría considerarse una acción de alto riesgo, en la que los agentes se jugaron la vida enfrentando a esos presuntos delincuentes, se transforme en una crítica sobre la inseguridad, lo cual parece un contrasentido.

 

Insisto, la presencia del crimen organizado no sólo en Hermosillo, sino hasta en los rincones más apacibles del estado, no es un asunto que tenga sus orígenes en un proyecto sexenal, sino que se ha convertido desde hace décadas en un poder que le disputa al Estado el control del territorio nacional, y que realmente en algunas entidades, se lo ha ganado.

 

Hace unos diez años, cuando un convoy de sicarios identificados con el cártel de los Zetas sembró el terror en su ruta desde Caborca hasta Cananea, dejando muertos, heridos y secuestrados a su paso, el entonces procurador de Justicia, Abel Murrieta  se coordinó con las policías federal y municipales, así como con el Ejército. Los agentes de la Policía Estatal terminaron ‘encajonando’ a los sicarios en un lugar de la sierra, y no dejaron uno vivo.

 

También hubo cuestionamientos sobre el clima de inseguridad en Sonora, y recuerdo que esa vez, el procurador respondió: “yo me preocuparía el día en que los agentes se echaran a correr y no enfrentaran a los delincuentes. Eso sí sería una crisis de seguridad”.

 

Me parece que esta vez, ese argumento resulta válido de nuevo.

 

II

Qué tal con los 500 nuevos empleos bien remunerados que generará en breve la planta AT Engine que será instalada en Hermosillo, que por cierto fue elegida como sede, entre otras cosas por la calidad de los egresados de las distintas universidades y tecnológicos de Sonora, donde también se consideró la paz laboral en el estado.

 

Esta planta tendrá una coinversión de 250 millones de dólares entre una empresa alemana y una mexicana, sumando competencias para construir aquí turbinas para aeronaves, lo que fortalece la vocación de los años recientes en Sonora para posicionarse como una entidad atractiva para la industria aeroespacial.

 

Los trabajos de edificación de esta planta fueron inaugurados el jueves por la gobernadora Claudia Pavlovich, el secretario de Economía Jorge Vidal Ahumada y el alcalde Maloro Acosta, contando con la presencia del director ejecutivo de MT Aerospace AG, Hans Steininger y su homólogo de Aerotech, Michael Kern.

 

Estará ubicada al poniente de Hermosillo, por la carretera a la Minera Niko y generará 500 empleos especializados.

 

III

Pasó el 35 aniversario de Radio Sonora, pero lo que no pasa es el ritmo de trabajo que se trae la directora María Elena Verduzco, que este sábado firmará, con dependencias estatales y federales un acuerdo para fortalecer contenidos sobre lenguas maternas, tradiciones, usos y costumbres de las etnias sonorenses.

 

El evento, en la sala de juntas de la radio, y estarán presentes el secretario de Gobierno, Miguel Ernesto Pompa Corella; el subsecretario de Educación, Onésimo Mariscales Delgadillo, y el representante en la mesa indígena en la ONU, Jesús Fuentes, así como el director del Instituto Sonorense de Cultura, Mario Welfo Álvarez.

 

También puedes seguirme en Twitter @Chaposoto

 

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