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Bernardo Elenes Habas

Alcaldes efímeros de Cajeme.- Crónicas para la historia (No. 120).- Joaquín R. Ibarra, estuvo en el cargo un día.- Lo sustituyó Ignacio Mondaca.- Atanasio Aragón, fue nombrado presidente al renunciar René Gándara, ante la ausencia del primer regidor Antonio Valdez Corbalá, quien a los 16 días se reincorporó y asumió el mando.- Crisógono Elizondo, fue electo en 1935 y no le permitieron ejercer

Bernardo Elenes Habas

El trayecto de las administraciones públicas de Cajeme, desde 1927 cuando fue constituido en Municipio a través de la Ley Número 16, decretada por el Congreso del Estado el 29 de noviembre del citado año, dada a conocer por el entonces gobernador Fausto Topete y publicada en el Boletín Oficial al siguiente día, está lleno, como corresponde a todo organismo social vivo, de controversias.

Ayuntamiento Cajeme 1927

Claro, en ese devenir se registran datos duros que conforman la historia del Municipio, y otros más que por su falta de consistencia, se diluyen en lo anecdótico.

Tales son los casos de quienes fueron regidores, Joaquín R. Ibarra en el primer cabildo de 1927 encabezado por Ignacio Ruiz Armenta, y Atanasio Aragón Gámez, regidor durante la administración de René Gándara Romo (1955-1958), y posteriormente con Ángel López Gutiérrez (1964-1967). Pero hay un tercer alcalde electo que no le permitieron ejercer: Crisógono Elizondo, 1935.

En el caso de Joaquín R. Ibarra, quien fuera primer regidor durante la inicial administración del recién nominado Municipio, se convirtió en efímero alcalde por un día, situación hasta el momento inexplicable.

La ley establecía en ese tiempo, según consta en actas, que al concluir su periodo de un año Ignacio Ruiz pasaba a ser parte del cuerpo colegiado de cabildo, y el primer regidor, en este caso Joaquín R. Ibarra sería investido como nuevo Presidente por doce meses. Y así sucedió: Ruiz Armenta le tomó protesta en solemne sesión de cabildo para que cumpliera el periodo de septiembre 1928 a septiembre 1929.

Sin embargo, al siguiente día de celebrado el ceremonial, 17 de septiembre 1928, Cabildo convoca a sesión ahora presidida por Joaquín R. Ibarra, desahogándose los temas principales de la agenda, y en el último punto expone su renuncia a la alcaldía argumentando motivos personales.

La separación fue admitida, y en dicha sesión solemne se nombra al nuevo Presidente Municipal, Ignacio Mondaca, quien tenía la responsabilidad de primer

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regidor.

Es decir, Joaquín R. Ibarra, fungió como alcalde de Cajeme solamente un día. Pero la ley se cumplió. Después fue destituido como regidor, ocupando su lugar el suplente Daniel de la Torre.

La situación de Atanasio Aragón Gámez, combativo integrante de la CTM, y finalmente periodista con su publicación impresa “Carta Abierta”, que difundía en Cajeme desde 1975, desapareciendo a finales de los 80, es diferente.

Tacho, como lo llamaban sus amigos y a quien conocí y traté en el último tramo de su vida, se convirtió en regidor de la administración encabezada por René Gándara Romo (1955-1958).

La dimisión de don René se justificó ante cabildo en 1958, por la urgencia de someterse a tratamiento médico. No obstante, el fondo también era político, porque le tocó vivir como conductor de los destinos de Cajeme el llamado “contrerismo”, es decir, cuando la ciudadanía se opuso frontalmente a las imposiciones del PRI en el proceso electoral por la alcaldía, donde Rafael Contreras Monteón “El Buqui”, buscó inicialmente la candidatura desde las filas de ese partido al que pertenecía como cetemista que era.

El contrerismo en Cajeme

Pero el tricolor había decidido en principio entregar la bandera a Gabriel Gallegos. Aunque al sopesar la fuerza popular que adquiría “El Buqui”, buscaron pactar con él, pidiéndole se retirara de la contienda y lo mismo haría Gallegos Campoy. Así, el PRI nominó candidato a otro prominente agricultor: Gilberto Oroz.

No obstante, los seguidores de Contreras se empecinaron en mantenerlo como su propuesta electoral, rompiendo con el tricolor y creando el Partido Democrático de Cajeme, desde donde lo impulsaron y lo hicieron triunfar en las urnas. Sin embargo, el Congreso anuló las elecciones y nombró un consejo municipal que presidió J. Encarnación Chávez (1958-1961).

El 12 de julio de 1958, el alcalde Gándara Romo presentó su renuncia en asamblea de cabildo, y para cumplir con lo que la ley mandata debió rendir protesta para suplirlo el primer regidor, Antonio Valdez Corbalá, quien no estuvo presente en la citada sesión, de tal manera que fue el segundo edil, Atanasio Aragón, quien asumió el interinato en la presidencia, desempeñándose en el cargo hasta el 28 de julio del mismo año, es decir 16 días, para ceder al poco tiempo el mando al primer regidor Antonio Valdez Corbalá, quien entregó la alcaldía al consejo presidido por J. Encarnación Chávez.

Posteriormente, durante el periodo de Ángel López Gutiérrez (1964-1967), Aragón Gámez fue de nuevo regidor, pero sólo por un día, ya que en la primera sesión

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del cuerpo edilicio, don Ángel propuso un incremento en los sueldos. Todos votaron a favor menos Atanasio quien lo hizo en contra, pronunció encendido discurso por la ausencia de congruencia de los regidores y del Munícipe, acusándolos de ambición desmedida. Abandonó Palacio Municipal y no regresó ya más.

Debo mencionar un caso más de alcaldes fugaces, y es el de Crisógono Elizondo, quien desde las siglas del Partido Nacional Revolucionario, y al no tener oponentes, fue declarado electo en 1935.

Pero grupos de campesinos y obreros adheridos a la CTM, un día antes de la toma de posesión del presidente triunfador sin planillas contrarias -16 de septiembre de 1935-, demandaron su destitución por estar en contra de los principios de la clase trabajadora.

Crisógono Elizondo propuso se realizara un plebiscito. Se hizo y lo perdió. Por esa circunstancia el Gobierno del Estado designó un consejo municipal que presidió Antonio Salmón durante dicho año.

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