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Crónicas para la historia (30).- El profesor Oscar Manuel Coronado Bayliss, se duele de la demolición de la Carlos M. Calleja, donde fue director por 11 años.- No informaron de estudios de resistencia estructural, provocaron pánico, y el edificio pudo salvarse, al igual que otras escuelas, dice

Bernardo Elenes Habas

Existe un callado sentimiento de agravio entre las familias, por la demolición en serie de escuelas que eran parte de la historia de Ciudad Obregón.

Profr. Coronado Bayliss

No hubo –dice el profesor Oscar Manuel Coronado Bayliss, quien fue director de la primaria Carlos M. Calleja por once años-, información abierta hacia la sociedad.

Por el contrario, luego de los sismos, se actuó precipitadamente y se condenó a muerte a planteles señeros, como la Calleja, Fernando F. Dworak, Presidente Alemán, Eusebio Montero Morales, Recursos Hidráulicos, secundaria José Rafael Campoy, secundaria Manuel Robles Tovar, de Esperanza; Ruffo E. Vittela, Enrique Pestalozzi, y otras del Valle del Yaqui.

En el caso de la Carlos M. Calleja, emblemático plantel con 88 años de vida, construido en octubre de 1930, no se convocó a maestros y padres de familia para informar de la decisión tomada para destruir el edificio.

Primero generaron pánico

“Un día llegaron –dijo-, generando pánico entre alumnos, docentes y padres, apuntalando el edificio, como si estuviera a

Calleja cayó 7

punto de derrumbarse, y anunciaron que sería demolido”.

La nave histórica de la escuela, ahora convertida en escombros, era de una sola planta, y pudo haberse preservado, como lo ha hecho el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), con otras construcciones de valor histórico, fundamentalmente en Hermosillo.

La voz del profesor Coronado Bayliss, denota una mezcla de indignación y tristeza. Es evidente que le duele el centro escolar donde trabajó, convivió con alumnos y padres, primero como maestro, incorporándose al cuerpo docente en 1979, cuando contaba, apenas, con 21 años de edad; y posteriormente, con nombramiento de director por once años, jubilándose en 2017.

Así acabaron con catedral

cae la Campoy 3

Recuerda la forma arbitraria de cómo acabaron con la primera catedral de Ciudad Obregón, en 1977 y construida en 1930, sin importarles el valor testimonial que poseía, y al final, en una acción improvisada, espontánea, al sentir las autoridades el reclamo de un sector de la sociedad cajemense, optaron por preservar una de las torres, la del campanario, que ya estaba a punto de caer.

Algo semejante ocurrió con planteles que se constituían en referentes del paisaje histórico urbano, entre ellos la secundaria José Rafael Campoy, la señorial primaria Fernando F. Dworak, la Montero Morales.

Recordó que hace cuatro o cinco años, junto a un grupo civil de arquitectos e ingenieros, promovió acciones para que no se destruyeran edificios y viviendas emblemáticas por su antigüedad, en la ciudad. Ese mismo grupo rescató los planos originales de construcción de la Calleja, los que se realizaron, como otros tantos centros educativos, bajo la guía del arquitecto Gustavo F. Aguilar.

Coronado Bayliss formula un cuestionamiento de fondo, al indicar la forma en que se preservan edificios en las zonas más

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sísmicas del sur y centro del país. Se les inyecta material. Se refuerzan castillos y paredes. Y no caen.

Fue más allá, al preguntar la razón de por qué no acaban con las escuelas Leona Vicario y Heriberto Aja, de Hermosillo, o la Othón Almada, de Navojoa; cuyos diseños y cimentaciones son a imagen y semejanza de las ahora borradas de la historia en Ciudad Obregón.

¿Informaron al INAH?

No hubo información sobre el programa a seguir, resalta. Nadie dijo con tiempo que se preveía acabar con edificios dañados, mostrando las especificaciones que así lo demandaban. No explicaron cuál sería el plan de fondo y forma, si se reconstruirían los planteles con sus fachadas originales. Es decir, acciones obligadas de las instituciones de

Cae la Recursos Hidráulicos 4

Gobierno, dándole a conocer a la sociedad proyectos de la que ésta es parte, porque se constituye también en su responsabilidad, de tal manera que le diera certidumbre y tranquilidad. “Pero no se hizo así, y borraron parte importante de la historia de un pueblo”.

De nuevo, el ex director de la Calleja, señala que el INAH guardó silencio, no intervino, a pesar de ser la dependencia oficial responsable de un catálogo de edificios públicos históricos. Pero tampoco se sabe si el Gobierno del Estado a través de la Secretaría de Educación y Cultura (SEC), y del Instituto Sonorense de Infraestructura Educativa (ISIE), dieron información a dicho Instituto federal.

Se le vienen los recuerdos encima a Oscar Manuel, de pie, en la banqueta de la escuela que dirigió, por la calle Veracruz, observando las retroexcavadoras que continúan su labor destructiva. Derrumbando paredes. Dejando convertidos en un cerro de escombros lo que fuera orgulloso emblema histórico del inicio de la educación primaria formal en Cajeme, cuando apenas contaba con tres años de haber logrado la categoría de Municipio…

Fotos de Bernardo Elenes Habas: No. 1.- Profesor Oscar Manuel Coronado Bayliss. No. 2.- Cae la escuela Carlos M. Calleja. No. 3.- Derrumban la secundaria José Rafael Campoy. No. 4.- Sucumbe la primaria Fernando F. Dworak. No. 5.- Convierten en escombros la Recursos Hidráulicos de la colonia Cumuripa).

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