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El doctor Bojórquez, cumple salvando vidas.- Crónicas para la historia (No.143).- Seis meses después del inicio de la terrible pandemia, descubren en el Reino Unido, un tratamiento que Teodoro aplica desde hace años.- Cajeme y Sonora tienen un compromiso con el Médico del Pueblo.

Bernardo Elenes Habas

El doctor Teodoro Bojórquez Durán, ciertamente se ha ganado a pulso desde hace años, la distinción que lo enaltece de Médico del Pueblo. Galardón que alguna vez llevó con orgullo otro galeno ejemplar: Raúl Juárez López.

Teodoro y yo somos amigos desde siempre, cuando brillaba alta la luz de Jesús Corral Ruiz, Jesús Antonio Salgado, Gilberto Márquez Trujillo, quienes ya se marcharon dormidos en pos de la esperanza. En ese grupo participaba el también médico Rigoberto Badilla López, compañero de Teodoro en la Facultad de Medicina de la UNAM.

Recuerdo, y por supuesto Teodoro también, que fui yo quien lo presentó a don Jesús hace más de 30 años, con quien cultivó una entrañable amistad hasta el día en que el forjador de Diario del Yaqui, se despidió para siempre de sus amigos, la mañana del 3 de diciembre de 1993.

Siempre, en las pláticas de sobremesa en el Café Bibi, a donde éramos invitados de don Jesús, surgía la labor noble de Teodoro, quien atendía a periodistas del gremio y sus familias con entereza. Pero también lo hacía con mucha gente humilde.

Fue, sin duda –lo sé bien-, una de las personas que más lloró la muerte del Maestro del Periodismo y de la Vida, quien llegó a conocerlo a profundidad.

Teodoro se ha vuelto noticia en Cajeme, en Sonora, en México, por mantener una línea de conducta generosa y profesional, al servicio de la gente, comosiempre lo ha hecho, y ahora más con el azote de la pandemia.

Desde que el coronavirus entró a México en febrero de 2020, se mantuvo atento a su desarrollo, porque él, como médico preocupado y acucioso, con una capacidad singular para el diagnóstico, manejaba medicamentos que desde años atrás le daban resultado para contrarrestar problemas respiratorios agudos.

Alguna vez nos platicó Panchito Pérez Díaz, espléndido Cronista Deportivo, cuando aún no se sabía de la existencia de la pandemia que ahora amenaza pueblos y familias, que teniendo el compromiso de narrar una serie de campeonato en la Liga Mexicana del Pacífico, había sido presa de una infección respiratoria que lo dejó sin voz.

Alguien le recomendó al doctor Bojórquez. Lo buscó inmediatamente. Le expuso su caso y luego de haber recibido la aplicación de un par de inyecciones, ¡ya estaba listo para cantar el Pley bol, en el Tomás Oroz Gaytán!

Sus conocimientos, su experiencia, su profesionalismo, puso  a Teodoro al servicio de la comunidad con vocación profunda. Sabedor de que poseía una fórmula por él probada durante años, para contrarrestar la insuficiencia respiratoria del Covid-19 desde sus primeras manifestaciones, o ya avanzado.

Y ahí está el doctor Bojórquez Durán, con su consultorio de la calle Coahuila saturado de personas que confían en él, esperando la aplicación de los medicamentos que, ahora, otros investigadores, desde el Reino Unido, descubren seis meses después del inicio de la terrible pandemia del coronavirus, recibiendo el asombro mundial por haber encontrado el primer tratamiento capaz de evitar muertes por Covid-19: la dexametasona. Fármaco que, junto con un anticoagulante maneja, desde años, un médico orgullosamente cajemense: Teodoro Bojórquez Durán.

Y, ciertamente, como él mismo afirma, no estudió en Oxford, por eso no se le reconocen méritos.

Pero las comunidades de Cajeme y de Sonora, sí tienen presente su disposición salvadora de vidas, porque encuentran en los testimonios de ciudadanos, entre ellos periodistas, que han logrado cruzar la tormenta gracias a los cuidados del Médico del Pueblo.

Creo que Cajeme y Sonora, tienen una deuda con Teodoro, que tendrán que aceptar en su momento, más allá de celos políticos y profesionales: la noble tarea humanista que lleva a cabo Bojórquez Durán, quien sólo está cumpliendo dignamente con el juramento que un día hizo, cuando se tituló como Médico: Salvar vidas.

(Fotos tomadas de Diario del Yaqui, El Imparcial, TVp).

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