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En Sonora podría surgir el contrapeso de Morena.- El partido de AMLO, no ha mostrado su fundamentación en el campo teórico-práctico del socialismo.- Ese hecho, lo convierte hasta el momento, en un fenómeno híbrido.- En política, las formas siguen revelando el fondo

Bernardo Elenes Habas

En política, las formas revelan el fondo, axioma que se sigue aceptando ya que la práctica de esa actividad, como pudiera pensarse, no ha cambiado en el país, y sus métodos de ejecución siguen siendo los mismos de siempre. 

Claudia el presidente AMLO

Por supuesto que las urnas le dieron vigencia a un partido presumiblemente de izquierda (su conformación ideológica y la de sus integrantes no está aún definida, porque no han mostrado sus raíces filosóficas enmarcadas en el campo teórico-práctico del socialismo), pero a pesar del nuevo mapa de fuerzas protagónicas que proyectan su luz o sus sombras sobre el país, ese trazo no es aún definitivo. No se consolida del todo. 

Es evidente que la influencia de Morena, el partido de Andrés Manuel López Obrador, ganó, con mucho, las elecciones del 1 de julio de 2018, pero esa fortaleza no permea con la misma intensidad en todas las regiones del país, como son los casos de Jalisco y Sonora, ejemplos que pueden considerarse señeros. 

Pri Sonora

En Sonora se puede observar un reagrupamiento del priísmo, hecho que genera preocupación en el lópezobradorismo, porque sopesan que en el transcurrir de los meses y con rumbo a las elecciones del 2021, el partido tricolor derrotado, al que pertenece la gobernadora Claudia Pavlovich, podría crecer en forma gradual, hasta alcanzar los niveles de solidez que tradicionalmente ha tenido, fundamentando ese proceso en la experiencia de sus dirigentes y cuadros militantes y, por supuesto, en los resultados positivos que brinde a la población en general el Gobierno del Estado, hechos que capitalizaría la estructura partidaria que se mantiene en pie.

Las premisas anteriores permiten avizorar que podría ser esta Entidad –cuna de revoluciones-, donde se geste el epicentro de un movimiento nacional que se  constituya en contrapeso de la proclamada Cuarta Transformación, objetivo morenista que tendría que acelerar programas concretos desde ahora, para que no le derrumben puentes antes de tiempo. 

Algo les está fallando a los operadores de Morena, quienes no aciertan a unificar voluntades importantes y de raigambre en Sonora, concentrándose y conformándose solamente en atraer anhelos de personas que buscan sumarse a programas sociales, pero sin la siembra ideológica imprescindible en toda transformación; y esa metodología, si lo es, se convierte en una cruzada híbrida, donde los verdaderos enunciados de las doctrinas progresistas se aprecian mutilados, sin acertar, en principio, a desmantelar las oxidadas estructuras que apuntalan los objetivos políticos, económicos, de seguridad, que le dan presencia y funcionalidad a sistemas caducos. 

AMLO en Ures

Y, mientras no se tenga el control estricto sobre ese complejo aparato, todo proceso de cambio será a medias o nulo, porque estaría fundamentado en compartir objetivos, partiendo de la ominosa figura de la simulación. 

Por eso, de persistir los cambios a medias, se estarían dejando flancos descuidados por donde la oposición lograría retomar, en próximos procesos electivos, espacios que ya le pertenecieron y que sabe operar a fondo, con energía, y sin el error de desconocer los terrenos que se pisan y las ventajas político-sociales que traería consigo poder manejarlos, todo ello a pesar de que se impulse, por parte de los triunfadores del 1 de julio de 2018, una democracia participativa a medias, sin fundamentación ideológica. 

Le saludo, lector.

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