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Entregó Claudia la nueva Carlos M. Calleja.- Crónicas para la historia (No. 98).- El edificio original de la legendaria escuela primaria de Cajeme con más de 80 años de vida, fue demolido el 26 de julio de 2018.- Se conserva el pórtico original

Bernardo Elenes Habas

Ayer -26 de agosto-, se entregó a los cajemenses, principalmente a la niñez estudiosa, la nueva escuela primaria Carlos M. Calleja.

La gobernadora Claudia Pavlovich Arellano, abrió el acceso principal del edificio, por la calle Veracruz al norte, enclavado en el viejo pórtico con herrería forjada hace 89 años por un obrero de nacionalidad alemana, quien le hacía ese tipo de trabajos al general Álvaro Obregón, cuando radicó en Cajeme de 1924 a 1928.

El pórtico, fue el único conjunto que se conservó del edificio con más de 80 años de vida, constituyéndose en referente histórico de la educación primaria en la comunidad.

El plantel había sido fundado en octubre de 1930, cuando Cajeme, hacía apenas tres años -1927-, se erigía como Municipio al decretar la Ley No. 16 el Congreso del Estado, dada a conocer por el entonces gobernador Fausto Topete Almada.

El edificio fue demolido el 26 de julio de 2018, al igual que otras estructuras educativas de la comunidad como la secundaria José Rafael Campoy, primarias Recursos Hidráulicos, Eusebio Montero Morales, Presidente Alemán, Fernando F. Dworak, dañadas en sus paredes y cimientos por los sismos de enero y marzo de 2018 que se resintieron en la región, ante la tristeza de la sociedad en general.

Pero ayer fue un día de fiesta, y la gobernadora Pavlovich, le hizo honor a su palabra y al compromiso que había contraído con niños, maestros y padres de familia. 

“Quiero felicitarlos a todos, sobre todo a Cajeme, que nos tuvo paciencia y que creyó, y esto es una realidad, aquí está la escuela “Carlos M. Calleja”, tanquerida, tan conocida, de tanta tradición, como muchas otras también que tuvieron que derribarse y volverse a construir”, expresó en su mensaje la gobernadora Pavlovich, quien estuvo acompañada de la señora Margarita Vélez, presidenta del Voluntariado DIF Cajeme, llevando la representación de su esposo el alcalde Sergio Pablo Mariscal Alvarado.

Presentes en la emotiva ceremonia, donde también se puso en marcha el ciclo escolar de la entidad, Miguel Pompa Corella, secretario de Gobierno; Yazmina Anaya, directora del Instituto de Becas y Crédito Educativo; César Salazar, secretario general de la Sección 28 del SNTE; Francisco Cuevas, presidente del Instituto de Transparencia y Acceso a la Información; Cecilio Luna, presidente de la Asociación de Padres de Familia, los diputados Ernestina Castro, Rogelio Díaz Brown, Jesús Alonso Montes Piña y Armando Alcalá.

Hoy, dejo testimonio de la crónica que publiqué el 27 de julio de 2018, cuando fui testigo de la demolición de la escuela Carlos M. Calleja:

Un referente histórico de la educación primaria en Ciudad Obregón, con 88 años de vida, la escuela Carlos M. Calleja, fue borrada del paisaje urbano. La naturaleza y sus sismos, obligaron a cambiar el rostro de la comunidad, con planteles que ahora sólo viven en el recuerdo…

Se erigía, la escuela primaria Carlos M. Calleja, como un referente.

Una necesaria semilla sembrada en Ciudad Obregón, para que germinara la espiga luminosa de la educación.

Para que los niños de hace más de 80 años, probaran, por primera vez, el pan noble y colectivo del abecedario. Los elementos básicos de las ciencias.

Era, con sus 88 años de vida –fundada en octubre de 1930-, un edificio con las paredes de sus aulas impregnadas con voces de niños que aún respiraban el ambiente rural de una comunidad asombrosa y asombrada que apenas hacia tres años -1927-, había dejado de ser Comisaría del Municipio de Cócorit, para erigirse, con Ignacio Ruiz como alcalde y los regidores Joaquín R. Ibarra, Ignacio Mondaca H., Carlos H. Mízquez, Eduardo C. Gaxiola, Francisco J. Rodríguez, Alejandro Méndez Limón, en Municipio libre, como lo determinaba la Ley Número 16, decretada por el Congreso del Estado, hecha saber por el gobernador Fausto Topete Almada, un 29 de noviembre de 1927, y publicada en el Número 45, Tomo XX, del Boletín Oficial, al siguiente día, 30.

Era, la legendaria Carlos M. Calleja, parte de la historia de Cajeme.

Nadie imaginó su destino

En la Escuela Carlos M. Calleja (su nombre en honor al educador mexicano Carlos Martínez Calleja, oriundo de Veracruz, nacido en 1857, quien llegó a Sonora para radicarse en Guaymas en 1910, junto con otros profesores como Leocadio Salcedo, José Lafontaine, Heriberto Aja, Fernando F. Dworak, siendo parte de un proyecto de impulso a la educación en el país), en sus pasillos, salones de clases, patios y canchas, dejaron sus huellas y recuerdos cientos de niños, maestros, padres de familia, tejiendo el hilo histórico de su propio destino.

Escribiendo, esas generaciones primigenias en el pizarrón de la mañana, en el azul del cielo límpido por donde aún cruzaban patos silvestres, palomas pitayeras, gorriones rumbo al Valle del Yaqui, para encontrar alimento y libertad, su visión de grandeza, soñando, avizorando cuál sería el futuro del plantel y de la naciente ciudad, cuando el tiempo creciera y se hiciera viejo…

El rugir de las retroexcavadoras

La mañana del 26 de julio de 2018, la antigua campana, luego el timbre electrónico, apagaron sus llamamientos a los niños de ayer y de ahora, porque la emblemática escuela Calleja caía herida de muerte como consecuencia, primero, de la fuerza subterránea liberada por la Tierra en los sismos de 19 de enero y 29 de marzo de este año, que lastimó sus cimientos, dañó sus paredes, su techo, como rayo silencioso e inevitable… obligando a demolerla con dos retroexcavadoras dentro de un programa de protección concebido por el Gobierno del Estado y apoyado por laFederación, porque, quizás, ante otro leve sacudimiento telúrico podría derrumbarse, poniendo en peligro la vida de alumnos y docentes.

Borrados 88 años de historia

Yo estuve ahí, para escribir la historia. Para ser testigo conmovido de cómo se borraba del paisaje citadino la antigua arquitectura que por más de ocho décadas enseñoreó el ambiente de la calle Veracruz, entre Guerrero e Hidalgo, en el corazón de la ciudad… de una ciudad que ya no será la misma, ya que ahora tiene su rostro arrasado y sus referentes históricos convertidos en escombros, golpeados por circunstancias inevitables que la apremiaron a cambiar en su fisonomía, en su paisaje urbano, en su memoria colectiva, porque ya no están de pie los edificios señeros de las escuelas Recursos Hidráulicos, Eusebio Montero Morales, Presidente Alemán, Fernando F. Dworak, José Rafael Campoy, Carlos M. Calleja…

Ahora, sólo viven en el recuerdo…

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