¿Fin de hombres únicos y providenciales?.- La vara que mide a Alfonso Durazo para Sonora, le queda muy alta, y ese desgaste es ya una derrota.- A Ricardo Bours no le está cuajando su proyecto.- ¿Elección abierta de candidato entre Ernesto, Rogelio, Natalia, Miguel Ernesto?
Bernardo Elenes Habas
Evidente en Sonora, una fuerte efervescencia de la clase política incrustada en la oposición a Morena.
Con el consistente desgaste que viene sufriendo Alfonso Durazo Montaño, uno de los principales aspirantes de dicho Movimiento a convertirse en candidato en pos de la gubernatura, soltaron las amarras de sus anhelos, Ernesto Gándara Camou, Antonio Astiazarán Gutiérrez y Ricardo Bours Castelo.
Los tres, intensificaron sus estrategias, buscando colocarse en la conciencia de la ciudadanía, para que los tenga presente, de llegar a abanderar a sus partidos, PRI, PAN y el carril independiente. Aunque, están sembrando mediáticamente, la posibilidad de una alianza. No obstante, se percibe lejana.
Saben que el adversario a vencer, enfrenta una caída libre con el acumulamiento de hechos violentos que se registran en el país. Siendo de los más relevantes el de Culiacán -17 de octubre-, cuando las armas nacionales se cubrieron de oprobio, humilladas por el crimen organizado.
Están presentes, por supuesto, la emboscada de Aguilillas, con 14 policías masacrados; Iguala, 14 civiles y un soldado caídos. Y así, se extiende un río de sangre en todo México, donde Sonora, Guaymas, Empalme, Cajeme, no son excepción.
Pero además de ese recuento de balas y barbarie, el secretario de Seguridad Nacional, Durazo Montaño, deberá enfrentar otros fuertes acontecimientos violentos que se le cargarán a su hoja de servicio, a su listado de inexperiencia, a su ambición política, misma que está poniendo por encima de su deber para con la patria, como lo pregona con su Cuarta Transformación, el presidente Andrés Manuel López Obrador. Durazo, por supuesto, se niega a renunciar. Pero la sociedad en general, ya lo dio de baja en sus pretensiones de poder.
Esos detalles graves y sustantivos, están en la bitácora de navegación política de Ernesto, Antonio, Ricardo, quienes aceleran el paso de su conectividad con los
electores, buscando sembrar sus pretensiones, porque tienen cierto que el quehacer político es de tiempos y circunstancias.
No obstante, los tres, se enfrentan a situaciones que no pasan desapercibidas para la ciudadanía, la que se convertirá en juez señero a la hora de las decisiones en las urnas.
Es decir, los tres tienen sus raíces en el PRI, partido que, desde sus núcleos de poder provocó el hartazgo que marcó el advenimiento de AMLO a la Presidencia, no Morena. Pero también, tiene peso específico en la relatoría popular, que Antonio y Ricardo, por marcadas ambiciones de poder, después de haber recibido de su partido de origen cargos de representación popular, y al no querer reconocer que la competencia por el dominio público, antes y ahora, es encarnizada, pretendieron erigirse en hombres únicos y providenciales, traicionando a su catedral ideológica. No así El Borrego Gándara, que se mantiene, hasta el momento, leal.
Ricardo Bours tiene, ciertamente, abierto el camino para convertirse en candidato independiente en el 2021. Pero sus probabilidades de triunfo electoral quizás serían adversas.
Por eso busca la alternativa de alianzas con otros pretensos, e incluso con partidos con los que comparte visión ideológica.
Antonio Astiazarán, tendría una férrea oposición desde las entrañas del PAN en la Entidad, donde la sombra de Guillermo Padrés sigue arropando a sus leales. A él no le convendría cobijarse en el desprestigio de un equipo político que saqueó las arcas gubernamentales de Sonora en el periodo 2009-2015, porque ese hecho lo convertiría en cómplice de las atrocidades que sufrió el pueblo de Sonora, el que no olvida ni perdona.
Ernesto Gándara, está en la encrucijada de ganarse la postulación del tricolor, en pueblos y ciudades, en puertos, sierra, valles. No exclusivamente al interior del PRI, cuyo desprestigio es mancha indeleble, y los electores del 2021 votarán por las personas, los políticos de carne y hueso, con trazado social y humano. No por siglas.
Y esa distinción sólo podrá otorgarla la gente, hombres y mujeres que manejan una consistente información sobre la realidad de sus comunidades, de su entidad, siendo militantes o no del PRI y de otros institutos. O bien, con libertad político-cívica.
Por eso, alcanza relevancia la sugerencia formulada hace algunas semanas por el líder estatal del priísmo, Ernesto de Lucas Hopkins, quien mencionó a cuatro personajes que están en la memoria y en el ánimo de militantes y sociedad civil, la que tiene derecho a que sus aspirantes sean medidos en una elección abierta.
El mismo De Lucas Hopkins, los destapó en su momento: Ernesto Gándara Camou, Rogelio Díaz Brown, Natalia Rivera Grijalva, Miguel Ernesto Pompa Corella.
¿Por qué no creer que el voto de los sonorenses podría dar una sorpresa legitimando al candidato o candidata, y acabar así con suposiciones, estrategias mediáticas y encuestas?
Le saludo, lector.
