¿Imponer candidatos, dañará a los partidos?.- En Sonora, los electores saben cambiar derroteros por hartazgo, pero también utilizar el voto como arma de castigo.- ¿Morena, PAN, MC, PRI, en el filo de la navaja, si atropellan la dignidad ciudadana?
Bernardo Elenes Habas
Serán, los comicios del 2021, sumamente disputados.
En ellos, se incluirá la prueba determinante que consolide el predominio de Morena; o bien, que muestre las fisuras por los daños que, inexorablemente, le vienen provocando con decisión feroz, sus propios militantes.
A partir de septiembre, cuando el INE instale el proceso electoral 2020-2021, iniciará la organización inherente a precampañas internas en los partidos, su selección de candidatos, presentación de plataformas políticas con sus respectivos proyectos de gobierno, para entrar al final del 2020 y umbral del 2021, en las campañas de nivel federal y locales.
Se renovarán gubernaturas en Zacatecas, Tlaxcala, Sonora, Sinaloa, San Luis Potosí, Querétaro, Nuevo León, Nayarit, Michoacán, Guerrero, Colima, Chihuahua, Campeche, Baja California Sur. En el limbo Baja California, ante el caso de la “Ley Bonilla”. Por supuesto, habrá reemplazo en la Cámara de Diputados, Congresos locales, Ayuntamientos.
En su momento, el INE dará a conocer fechas y detalles de esta importante actividad cívica que será de especial trascendencia para el gobierno de la Cuarta Transformación, porque podrá medir con los parámetros de la aceptación ciudadana en campañas, sus triunfos futuros, o posibles rechazos, como consecuencia de muchos factores que ya son parte de la relatoría popular, en los que se incluyen desaciertos y falta de cumplimiento a temas torales por parte del Gobierno de la República. La imposición mayoritaria abrumadora que en forma ciega mantiene el Congreso de la Unión, rebasando el sentido común y hasta legal. Los pésimos resultados de congresos locales y alcaldías morenistas, que, también estarán a prueba en la conciencia de los electores a la hora de cruzar boletas.
Ya no será, pues, el hartazgo por la corrupción predominante durante regímenes anteriores la bandera que represente el odio contra otros partidos para aniquilarlos, porque el tsunami del 2018 en forma natural habría serenado sus turbulencias, y permitiría, ahora, votos razonados, pasados por el tamiz de la conciencia.
Por eso, será interesante el comportamiento del 2021 en Sonora, donde su ciudadanía no es rehén de fanatismos y de ideologías y sabe cobrar facturas extremas con sus sufragios –lo hizo en julio del año pasado, a favor de Morena-, pero también ha demostrado en otros procesos que puede diferenciar su voto y construir los gobiernos que los hechos, los tiempos y las circunstancias le dictan, abriendo caminos legítimos hacia la democracia. Esto quedó para la historia ante las derrotas de Alfonso Elías Serrano quien contendía contra Guillermo Padrés, en el 2009; y Javier Gándara Magaña, quien cayó frente a Claudia Pavlovich, en 2015; el primero del PRI, el segundo del PAN.
Tal vez por eso y por muchas razones más, la batalla cívica por la gubernatura del estado se convertirá en un parteaguas histórico, donde se muestre principalmente la hechura de los sonorenses, reafirmando sus genes como forjadores de revoluciones, permitiendo, quizás, que Morena clave sus banderas en el terruño; o bien, convirtiendo esas siglas en llamarada…
De ahí la importancia, pues, de que los partidos abran a los sonorenses la elección de sus candidatos.
Ejercicio señero y transparente que tendría que practicar con humildad Morena, y no pretendiendo imponer a Alfonso Durazo, porque podría despertar al Sonora bronco.
Lo mismo le correspondería al PAN, instituto al que le urge deshacerse de la sombra maldita de Guillermo Padres, y poner ante los ojos y la decisión de la ciudadanía a sus posibles abanderados, incluyendo a Antonio Astiazarán.
Algo semejante le espera a Movimiento Ciudadano, donde no solamente María Dolores del Río se siente agraviada, sino miles de mujeres y hombres, debido a las circunstancias en que se viene proyectando la imposición de Ricardo Bours, por el cenáculo de líderes nacionales de ese partido.
Y en el PRI, a su estructura de mando le haría bien desechar todo vestigio de “dedazo” o de candidato oficial, figuras que tienen lastimados a los electores. Abriendo su carta de navegación. Poniendo en las boletas de elección de candidato a Ernesto Gándara, Rogelio Díaz Brown, Natalia Rivera, Ernesto Pompa Corella, y otros pretensos más, para que sea el pueblo de Sonora quien elija, y ese mismo pueblo acuda a las urnas en junio de 2021, a medir, con libertad, sus esperanzas.
Se percibe que las del año próximo serán elecciones históricas en el país, pero especialmente en Sonora para todos los partidos, donde la premisa de posiblestriunfos, tendría que iniciar permitiendo que sea el pueblo quien defina a sus candidatos y luego reafirme a sus gobernantes.
Le saludo, lector.
