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La venganza del agua secuestrada.- Pareciera que no, pero el Acueducto Independencia, símbolo del despojo panista del vital líquido al Valle del Yaqui, volverá a ser motivo de venganza electoral en Sonora.- Rogelio Díaz Brown se la jugó siendo alcalde, contra Padrés

Bernardo Elenes Habas

No ha dejado de ser tema El Novillo, desde que Guillermo Padrés como gobernador de Sonora, puso en marcha el saqueo del agua de la región Yaqui, a través del Acueducto Independencia, en 2013.

MCA clausura 3

Se ha pretendido darle al agua, durante elecciones pasadas, motivación de desenlace en cambios de gobierno en la entidad, como contrapeso moral y político ocasional, capaz de encauzar triunfos y derrotas.

Aseguran que, las premisas amargas de la sustracción ilegal del agua, junto a la evidente corrupción de Padrés Elías y sus colaboradores, quienes saquearon las arcas del Estado, les costó el no refrendar la gubernatura con Javier Gándara Magaña como candidato.

Pero la verdad es que el Movimiento Ciudadano por el Agua (MCA) y la Nación Yaqui, mantienen, desde los finales del sexenio de Felipe Calderón en la presidencia de México, y el trayecto completo de Enrique Peña Nieto, una lucha férrea, consistente, pero desigual, porque no fueron escuchados por estos mandatarios y, hasta el momento, no hay signos de voluntad para que sus demandas de justicia sean revisadas y valoradas por Andrés Manuel López Obrador.

La resistencia yoreme y del MCA, es gotita de agua que no deja de caer sobre las conciencias de quienes, prácticamente condenaron a sufrir sequía al paso de los años, a una región agrícola altamente productiva, y a pueblos originarios.

Roger no al novillo

Pero también, dañando la ecología y castigando en el devenir del tiempo a las actuales y nuevas generaciones, a vislumbrar el fantasma grotesco de la sed, porque su agua, la que significa vida y les dotó la naturaleza, fue derivada hacia desarrollos residenciales, siembras de productos de elevado valor en Hermosillo, con el pretexto de las necesidades de las familias.

Ayer, de nuevo los integrantes del MCA y mandos de la tribu yoreme, llegaron hasta la representación de la Conagua en Ciudad Obregón, buscando respuesta a  una solicitud de audiencia interpuesta desde noviembre de 2018 con el delegado federal de la dependencia, para saber si se había informado al presidente López Obrador sobre la gravedad del caso, y por ende, conocer las posibles determinaciones motivadas por la denuncia.

Pero el silencio frío de la burocracia, golpeó el rostro de los solicitantes, porque esos niveles de gobierno, no han tenido -y siguen sin tener-, a pesar de la publicitada Cuarta Transformación, oído para los ciudadanos.

Esto, deja un mensaje desalentador en quienes creen en el imperio de la ley, al saber que sus demandas están siendo pasadas por alto por aquellos que desde las estructuras de gobierno, permiten y seguirán permitiendo, el funcionamiento del Acueducto Independencia, a pesar de las observaciones de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que determinó la inexistencia del Manifiesto de Impacto Ambiental mientras no se consulte a la Tribu Yaqui, y por lo tanto es ilegal.

El panorama, pues, se antoja difícil.

Acueducto Independencia

Es evidente que, ante la proximidad de tiempos electorales, el agua del Río Yaqui volverá a motivar conciencias y determinaciones políticas y sociales en el sur de Sonora.

Y el objetivo a derrumbar por parte de quienes sienten el daño del despojo, que indudablemente comprende una región amplia de usuarios sociales, privados y domésticos, cobrarán facturas contra los que se vienen negando sistemáticamente a atenderlos y hacerles justicia; pero que, en el momento de las campañas querrán expresar sus discursos y su solicitud de votos, desde el Movimiento de Regeneración Nacional.

Esto, se prevé por supuesto, que no sería exclusivamente una determinación contra Morena y sus candidatos que se presentarían como blanco señero. Porque, en realidad, iniciaría desde el mismo interior de los partidos antes de la nominación de abanderados.

En esos procesos se haría evidente el repudio -por ejemplo en el PRI-, a aquellos pretensos que jamás alzaron la voz y menos se sumaron a las tribulaciones de la lucha por el agua en la región sur que vive, vibra y vota.

Recuerdo que uno de los pocos que se la jugó de frente, siendo alcalde de Cajeme, contra Guillermo Padrés, su soberbia y su Acueducto, fue Rogelio Díaz Brown.

Creo que el agua secuestrada, volverá a cobrar venganza.

Le saludo, lector.

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