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Bernardo Elenes Habas

México enfrenta la tormenta dividido.- Hasta el momento el plan de reactivación de la economía ante el coronavirus, presentado por el Gobierno Federal, carece del principal de sus elementos: Unidad.- Esto es grave, porque la pandemia ya azota al país

Bernardo Elenes Habas

El sentimiento de unidad entre los seres humanos, se constituye en uno de los máximos valores colectivos de los pueblos, para su sobrevivencia.

sismo 1985

En la historia de la humanidad abundan los ejemplos brindados por naciones y comunidades que conjugaron sus esfuerzos, sin importar ideologías, creencias religiosas, tradiciones, costumbres, para enfrentar con determinación definitiva, graves y arrasadoras adversidades.

México, sus habitantes, saben de esos pasajes conmovedores que recorren la memoria como un rayo y fortalecen el sentido de pertenencia nacionalista, en su dimensión humana y social.

Los hechos más recientes de ese devenir común, los constituyen los sismos de 1985 y 2017, donde la solidaridad humana rebasó a las estructuras de gobierno, y en acciones heroicas, profundas, definitivas, la sociedad misma se organizó sin odios, sin perversidades políticas, sin reclamos ante nadie y se constituyó en un frente emotivo, decidido, anónimo, que fue realmente el salvador de la Patria; porque estaban las condiciones de unidad dadas entre el pueblo, sus sectores, sus corrientes de pensamiento, sus ideologías, y es que, pese a los antagonismos políticos, no se había sembrado el germen del odio, de la división profunda entre las clases sociales.

Amlo con empresarios, foto El Economista

Hoy, nuevos sismos golpean a México, como a todos los países del mundo. Este temblor destructivo golpea directamente al ser humano en sus capacidades orgánicas. Un virus que se introduce a los pulmones y los llena de fibra, restándole sus procesos de oxigenación. Pero también, junto con el abatimiento físico, trae consigo esa pandemia la devastación económica, porque somete a los seres humanos a la cuarentena, la inmovilidad, el abandono de labores, reventando los problemas entre los más débiles de la cadena productiva, trabajadores de salario mínimo, subempleados, informales, comerciantes ambulantes, cuyas familias, pese a los esfuerzos de gobiernos estatales y locales, resentirán los efectos destructivos de la peste…

Lo grave, lo terriblemente grave que se aprecia en los tiempos del coronavirus, es que las condiciones objetivas y subjetivas de la nación, no son de unidad, como sería deseable.

La ausencia de tan importante valor que mueve conciencias y voluntades, se percibe principalmente en las redes sociales, en el comportamiento de muchísima gente que desafía la adversidad. Algunos por placer e ignorancia. Otros, obligados por la necesidad de obtener satisfactores para el sostenimiento de sus familias.

Esas crecientes señales se observan con preocupación, entre el gobierno federal y las cúpulas de los capitanes del dinero. Donde es notoria la falta de acuerdos y surgen argumentos de ambas partes pretendiendo justificar sus formas de proceder, sin que se perciba un punto de inflexión de beneficio general.

Mañaneras, foto lopez doriga

Tales comportamientos, con los que se obliga a acatar disposiciones gubernamentales sin que se acepten negociaciones de ninguna especie, demuestran que las estrategias tomadas para enfrentar la turbulencia de salud y economía, no están forjadas bajo el principio de unidad, y por lo tanto carecen de pasión colectiva, de esperanza conjugada para salir adelante; y cuando un plan no es apoyado con emoción y compromiso por todos los sectores sociales, económicos, humanos para hacerlo triunfar, podría funcionar a medias, o empujado a sucumbir dolorosamente.

Ojalá no suceda así. Y, pese a desacuerdos, ambiciones, caprichos transexenales e ideológicos, todos crucemos la tormenta…

Le saludo, lector.

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