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No acepta la ciudadanía ser utilizada.- En Sonora se fortalece el concepto y valor de la democracia.- Los candidatos deben ser nombrados por la gente, no por grupos privilegiados.- El PRI no tiene solamente un aspirante, sino cuatro sonantes: Gándara Camou, Díaz Brown, Rivera Grijalva, Pompa Corella 

Bernardo Elenes Habas

Borrego Gándara Camou

Las señales que arroja la ciudadanía, la de a pie, la que deja diluir su voz en las paradas de camiones, en el tráfago de talleres o entre andamios de albañiles, es clara, cuando habla sobre los procesos electorales que vienen.

No le apuestan a partidos, a grupos, a nombres que brillan a fuerza de ser repetidos por los medios de comunicación o las redes sociales.

La experiencia de toda una vida les dice que éstos –partidos y personajes únicos y providenciales-, mantuvieron un engaño tradicional y consistente por décadas, donde las cofradías o asambleas de notables ponían los candidatos, para luego ordenar que el pueblo los validara con sus votos. Así se conformaban las triangulaciones egoístas y perversas que lastimaban la dignidad ciudadana.

Esos sentimientos de tierra, nacidos desde las colonias populares, brotando entre las parcelas en el medio rural, o en las bahías donde los pescadores buscan el pez nuestro de cada día, son los que deberían tener presentes los aspirantes a gobernar Sonora en el 2021.

María Dolores del Río MC

Pero también, tendrían que valorarlo los partidos. Organismos que ya no son garantía de triunfo en solitario, y comienzan, desde ahora, a tejer alianzas efectivas o virtuales, prisioneros de las rancias tradiciones políticas de un sistema en decadencia que se niega a morir.

Son notorios los acercamientos que se han venido dando entre Ernesto Gándara Camou, Antonio Astiazarán Gutiérrez, Ricardo Bours Castelo, quienes  mantienen el ruido preelectoral en el Estado, pero sin fijar ante la ciudadanía la postura de un posible tejido común, sino más bien para fabricar la nota mediática, pretendiendo engañar a la gente, la que, sin duda, está un paso o más, adelante de ellos. Aunque tienen claro que se alza, frente a sus expectativas, la barricada poderosa de Morena, pese al daño interno que le confieren sus insaciables tribus, las que carecen de definición ideológica.

Como bien me dicen algunos filósofos del transporte urbano, pensadores de cafés, mujeres de sensibilidad y visión arraigada:

No son los partidos, no son los grupos de poder, no son los movimientos políticos quienes deben imponer candidatos, porque no les funcionará como sucedía antes.

Tendrá que ser la sociedad en su conjunto. Los trabajadores del campo y la ciudad. Obreros que sueñan con la justicia social. Mujeres que anhelan y luchan por ser protagonistas de cambios congruentes. Jóvenes ansiosos de participar. Ellos deberán legitimar a los candidatos que quieren en los partidos. Porque exigen ser parte de ese proceso de principio a fin, no que les entreguen las boletas electorales solo para que las crucen donde les indiquen.

Roger Díaz Brown

Saben, pues, que la participación de forma y fondo, construye la verdadera democracia. Y es a lo que le vienen apostando.

Tal vez por eso, en estos tiempos de contradicciones y ambiciones personalizadas, encuentran congruente un posicionamiento que el dirigente estatal del PRI, Ernesto de Lucas Hopkins formuló en octubre pasado, al señalar que en su partido estaban en la conciencia de las bases, personajes como Ernesto Gándara Camou, Rogelio Díaz Brown, Natalia Rivera Grijalva, Miguel Ernesto Pompa Corella, y que no se descartaba la alternativa de abrir elecciones para que fuesen los sonorenses quienes escojan a quien quieren como abanderado en el 2021. Es decir, el priísmo no le está apostando, aún, a un solo hombre.

No es tiempo para triunfalismos, cuando esto apenas comienza y se vuelve evidente que los propietarios de los votos reclaman participación activa y efectiva, sin estar sujetos a que los personajes privilegiados se pongan de acuerdo, determinen estrategias, atropellen a sus mismos correligionarios (como se pretende hacer con María Dolores del Río), sino a que se reconozca que el poder para definir candidatos reside en la inteligencia y sensibilidad de la gente, misma que también posee la potestad de construir gobiernos que le sirvan, no que la saqueen, la ultrajen, la abandonen.

Le saludo, lector.

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