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¿Podría renacer el PRI-Sonora?.- Los tiempos y las circunstancias quizás marquen ese derrotero en la Entidad, con un enclave de resistencia política.- Con Alito Moreno, el tricolor ciertamente no muere, pero entra en estado vegetativo

Bernardo Elenes Habas

La Comisión Nacional de Procesos Internos del PRI, entregó las respectivas constancias a los aspirantes a dirigir el rumbo, pero también la incertidumbre que se cierne sobre el horizonte de dicho partido, en el trayecto estatutario 2019-2023.

Se trata de un proceso manchado por muchas circunstancias, cuyos señalamientos ácidos provienen, en su mayoría, de las entrañas del mismo PRI.

Por supuesto que los axiomas del legendario ideólogo Jesús Reyes Heroles, mantienen su vigencia, porque, ciertamente, en política la forma es fondo.

Así se traducen las señales vertidas durante el ceremonial de registro de fórmulas de quienes van en pos del timón del Comité Ejecutivo Nacional tricolor, y de entrada, Alejandro Moreno Cárdenas –Alito, gobernador con licencia de Campeche-, no negó su hechura a la usanza de la que fuera “dictadura perfecta”, llenando el recinto donde tuvo efecto la entrega de constancias para él y quien será su secretaria general Carolina Viggiano, con la tradicional estrategia del acarreo, hecho que criticó con agudeza la otra aspirante, Ivonne Ortega, quien hace binomio con el cajemense José Encarnación Alfaro Cázares.

La señal lanzada desde hace algunas semanas por once gobernadores priístas, cuya decisión de conveniencias no de conciencias, repudió la mandataria de Sonora, Claudia Pavlovich, marcó la primera clarinada de la tradicional cargada tricolor, aunque en otros tiempos obedecía para el apoyo de proyectos sustantivos, y ahora, disminuye en el escalafón de valores e importancia, y se encamina a recoger los sobrantes que le arrojará Morena –y más que Morena, AMLO-, utilizándolo como partido satélite contra otros institutos, especialmente el PAN, que podría construir un camino legítimo como oposición.

El PRI, pues, con la relatoría y los hechos que garabatea en el presente, indica que desaprovechó la oportunidad de erigirse en oposición clara y frontal, hipotecando el reducido legado de dignidad que le quedaba, mancillando la memoria de Plutarco Elías Calles, su fundador en 1929, precisamente con el objetivo de acabar con los “hombres únicos y providenciales”; premisa histórica que, luego de 90 años en la línea irrepetible de los tiempos, es demolida ahora a través de hechos y actitudes inconfundibles, y con ello, dinamitando también las raíces de su partido, permitiendo el retorno de los caudillos.

No se puede tener otra visión de futuro para un órgano político que doblega sus banderas y quema sus naves, sometiéndose a los valores y doctrinas de una tripulación diferente. Por eso, los conceptos vertidos por Moreno Cárdenas, luego de su registro (“Lo hemos dicho muy claro: Carolina y yo somos cien por ciento priístas…Serán días muy importantes para construir la unidad de nuestro partido… Que se agarren los partidos políticos porque vamos a regresar y les vamos a ganar… Morena es un ave de paso”), no pueden tomarse con seriedad considerando los antecedentes demostrables del valor y antivalor de su discurso, donde los testimonios dejan clara la forma como arremete en contra de AMLO siendo mandatario de Campeche; y a los pocos meses, consecuencia de sus pretensiones para convertirse en dirigente del CEN del PRI, el cambio de esencia en su discurso, con un giro cínico y redondo, de tal manera que las injurias de antaño se convierten en halagos y reconocimientos. Por eso su expresión de que Morena es ave de paso, no tiene validez en la garganta de un hombre de doble discurso.

Y, con líderes como Alito, queda muy claro para los militantes de ese partido, que su instituto, ciertamente no muere, pero entra a un irremediable estado vegetativo…

Me comentan algunos priístas con arraigado sentido de pertenencia a la declaración de principios y documentos básicos del tricolor, que no es muy ligero mi comentario sobre el hecho de que Sonora podría convertirse en un enclave de resistencia significativo, y desde esta región de valles, sierra, desiertos, dar la batalla no solamente al PRI sumiso de Alito y su grupo, sino también a Morena y a AMLO, en la reconstrucción del tejido dañado de la democracia.

Ya se hizo en una ocasión, aunque en otro ambiente y con circunstancias parecidas en algunos aspectos, cuando Eduardo Bours (2003-2009), desligó al PRI Sonora del PRI nacional, manejando sin imposiciones y en forma local el proceso en turno para la gubernatura, aunque se desbarrancó con su candidato Alfonso Elías Serrano, abriendo las puertas del Palacio de Comonfort y Paliza al PAN, con Guillermo Padrés Elías, quien dejó inolvidable huella de corrupción en el sexenio 2009-2015.

Le saludo, lector.

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