Poema de domingo.- Cuando pase la tormenta, tal vez los soles, las lluvias, la distancia logren amasar de nuevo el barro de las almas, y se forjen generaciones más poetizadas que politizadas. Hombres y mujeres abiertos al arte, la cultura, el respeto, la justicia social, con sentimientos creativos fluyendo por sus venas. Sin los egoísmos del poder y sus extremos, demostrados por quienes llevan, más allá de la piel, la pequeñez de espíritu por lograr notoriedad sin importar principios y valores. Cuando pase la tormenta, tal vez renazca un nuevo ser con la vocación de la luz, capaz de alumbrar con humildad, los caminos del reencuentro…
Bernardo Elenes Habas
LA LLUVIA….
La lluvia cae
como el llanto de Dios
sobre las calles.
Miro tras los cristales
tu figura sencilla.
Intento hablar,
pero no tengo voz;
es como si todo
se volviera hacia adentro,
llenándoseme el alma
de pronunciar tu nombre.
La lluvia cae,
remoja tus cabellos.
Su murmullo de siglos
se mete en tu silencio,
busca tus senos tibios,
besa tu vientre tierno…
Yo, tras los cristales,
envuelto en viejos ritos
de mis antepasados,
sólo alcanzo a mirar
que tú gozas la lluvia,
que te bebe y la bebes,
que te habla y le hablas,
que cantas su canción
y dejas que te explore
su pentagrama líquido…
La lluvia cae
como el llanto de Dios
sobre las calles.
Miro tras los cristales
tu figura sencilla.
Me alargo como el viento.
Bajo por tus laderas
y bautizo mis labios
con el mar de tu cuerpo.
La lluvia cae,
moja cuerpos y calles
hasta que el sol revienta,
diluye tus arroyos,
te convierte en un sueño…
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