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Proyecto de puente elevado hacia PO.- Ayuntamiento de Cajeme y Ferromex, maduran esa importante posibilidad.- No debe de olvidarse que durante la temporada de lluvias dicho sector oriente se inunda y queda prácticamente incomunicado

Bernardo Elenes Habas

Un puente elevado que cruce las vías del ferrocarril sobre la calle Allende, en los límites con la colonia Benito Juárez, promueven como importante proyecto el Ayuntamiento de Cajeme y Ferrocarriles de México, representados por el alcalde Sergio Pablo Mariscal Alvarado y Jorge Peralta Sánchez, respectivamente.

Coadyuvaría, dicha obra, a liberar el flujo de los pasos a desnivel de las calles No Reelección y 200, con la consiguiente seguridad de desplazamiento en esa área.

Aunque no debe de olvidarse el grave problema de inundaciones que suele sufrir el antiguo Plano Oriente en temporada de lluvias, porque el agua que baja de los cerros reclama sus arroyos naturales y prácticamente convierte en un lago el populoso sector, lo que provoca inmovilidad y aislamiento, con las consiguientes repercusiones en el casco urbano.

En la memoria colectiva de Cajeme permanecen guardados recuerdos imborrables que tienen como escenario dicha área, como la llamada “Creciente del 48”, que provocó un colapso económico en el Valle del Yaqui y la ciudad, con la pérdida total de siembras, dañando principalmente al Plano Oriente.

Sucedió que en noviembre de 1948 se presentaron las “equipatas” en la región (lluvias ligeras de invierno que no siempre cumplen su ciclo), extendiéndose hasta mediados de enero de 1949, generando preocupación y asombro entre las familias.

Las precipitaciones monótonas cayendo a diario durante más de un mes inundó por principio de cuentas Plano Oriente, de tal manera que en el área cercana a las vías del ferrocarril que se constituían –y se constituyen- en barrera para el agua, ésta alcanzó altura de hasta un metro, desde la calle Obregón

a los linderos de las paralelas.

El cronista Rogelio Arenas Castro hace referencia en su libro “Cajeme de mis recuerdos”, editado durante la administración municipal de Raúl Ayala Candelas (1994-1997), mismo que tuve el honor de prologar, sobre la forma en que procedieron a trasladar el cuerpo de una mujer que era velada en su vivienda cercana a las vías –Amparo Espinoza, era su nombre-, rumbo al Panteón Guadalupe (Viejo), sobre una balsa improvisada con tambos aceiteros de 200 litros.

En la actualidad las inundaciones se han venido sucediendo cuando las lluvias son profusas, proporcionando una muestra sobre la cantidad de agua que corre hacia el poniente, los pasos a desnivel que se llenan hasta el tope, como se puede constatar cada “tiempo de aguas”.

Por eso no estaría de más avizorar un proyecto encaminado a encontrar solución a esta problemática recurrente, porque la corriente natural del agua es de oriente a poniente, y careciendo la comunidad de un sistema de drenaje pluvial tiende a inundar la citada colonia y por supuesto el área citadina que es plana, como suele suceder con las calles del primer cuadro que se convierten en verdaderos arroyos…

Le saludo, lector.

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