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Bernardo Elenes Habas

Segundo Informe de AMLO.- Se multiplican las encuestas sobre la popularidad del Presidente, unas a favor, otras en contra.- Sin embargo, los mexicanos que piensan, tienen cierto que el pueblo está poniendo los muertos en una pandemia mal atendida de origen.- ¿Qué has hecho por México, aparte de llenar pueblos y caminos de odio?, preguntarían.

Bernardo Elenes Habas

Andrés Manuel López Obrador, está acabando con AMLO.

No son las redes sociales, no las movilizaciones de resistencia y protesta que sostienen grupos antagónicos al Presidente, las que socavan su fortaleza y credibilidad, que llegó a ser increíblemente elevada, sino su estilo de gobernar.

AMLO segundo informe de gobierno

Es decir, su discurso de odio empecinado y ácido. Su actitud implacable para dividir y contraponer a la sociedad, etiquetándola con adjetivos pertenecientes a la historia, como liberales y conservadores, más sus caprichos enfermizos para cobrar venganzas personales, dando vigencia a la práctica de fallos a “mano alzada”, desconociendo con ello leyes y códigos y de paso ridiculizando a las instituciones, fueron mostrando, en el transcurrir de sus dos primeros años de gobierno, a un Presidente obstinado, dispuesto a destruir el edificio de la patria desde sus cimientos.

El único culpable de que se reviertan las tempestades en su contra, es su sembrador. Quien, ciertamente, se ganó al principio el reconocimiento de la ciudadanía pensante, la que no está inoculada por el fanatismo ciego, al poner en práctica el eje señero de su gobierno contra la corrupción.

Pero en forma paralela, esas acciones bien vistas y alentadas por la gran mayoría del pueblo de México, fueron contaminadas y desvirtuadas por él mismo en sus conferencias y su aparato propagandístico.

Es decir, la comedia informativa superaba la realidad de los hechos, con un río ardiente de odio exhibiendo las miserias del pasado inmediato, pero sin que se vieran acciones de fondo, salvo chispazos publicitarios como el caso de Rosario Robles, o el de Emilio Lozoya, convertido en drama novelesco adaptado para fortalecer la imagen redentora de la 4T, y que, además –no lo tenían

Protestas contra AMLO

previsto-, se les revirtió porque sirvió para levantar las coladeras de las campañas de AMLO, con el golpe brutal propinado por el periodista Carlos Loret de Mola, publicando en su plataforma cibernética el video de Pío López Obrador, hermano del Presidente, recibiendo millones de pesos. Podrían surgir nuevas sorpresas.

Se vuelve evidente, pues, que el propósito de López Obrador para llegar a la Silla del Águila, no era para meter la cruz inteligente de los cambios urgentes, sino la espada de la insidia, el reto constante, la burla sin fin contra sus adversarios de origen, a quienes llamaba “minoría rapaz”, pero que, con sus desplantes no de estadista, sino de pendenciero de callejón, hizo que a esa minoría se sumaran, al paso de sus dos primeros años de gobierno, millones de ciudadanos, hombres, mujeres, jóvenes, decepcionados de los desplantes del Presidente.

A ese fenómeno se sumó la pandemia del coronavirus, con su cauda de muertes y quebrantos económicos en micros, pequeñas y medianas empresas que hubieran podido sobrevivir como muchos de los enfermos que sucumbieron, de haber tenido México un Presidente sensible, inteligente, capaz de tomar decisiones con el cerebro y el corazón, no con el hígado envenenado y su espíritu vengativo.

Hoy, en el umbral del Segundo Informe del Presidente, se multiplican las encuestas sobre su popularidad. Unas a favor, otras en contra. Ninguna creíble, cuando responden a ordenamientos bien remunerados.

AMLO EN vÍCAM CON YAQUIS

Y, más que una encuesta, lo que prevalece en el cuestionamiento de los mexicanos inteligentes y de libre albedrío, los que no obedecen a odios fanáticos de la falsa izquierda, ni a razonamientos llenos de conveniencias personales de la otrora minoría rapaz, sino a vivencias en carne propia de los yerros de AMLO y la inconsistencia de una Cuarta Transformación cuya raíz es estéril.

Esos mexicanos que han puesto los muertos para que el país ocupe lugares aberrantes por la criminal atención al manejo de la pandemia, pero también aportado los otros cadáveres, los destazados, decapitados, deshechos en ácido por los actos de barbarie del crimen organizado; ese pueblo se pregunta, vehemente, humillado, golpeado por el desprecio de las instituciones y sus servidores:

-¿Qué has hecho por México, AMLO, aparte de llenar pueblos y caminos de odio?

Le saludo, lector.

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