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Bernardo Elenes Habas

Será, el 2021, escenario electoral diferente.- Más allá de credibilidad o no de encuestas, sí se percibe una caída de AMLO en el ánimo de gente que lo idolatraba.- ¿Las elecciones que vienen podrían ser el descenso del tsunami del 2018? 

Bernardo Elenes Habas

La vida política, el comportamiento social de México, suele dar vuelcos extraordinarios.

Se percibe en estos momentos, con la caída de popularidad del presidente Andrés Manuel López Obrador.

declive de amlo

De acuerdo a encuesta de México Elige, su nivel de aprobación registra un 46.9 por ciento, luego de mantener cifras superiores al 70 por ciento. Esa medición, como es lógico, es apoyada por unos, cuestionada y descalificada por otros. Pero está en el sentir de los mexicanos.

Y, aunque uno no crea del todo en ese tipo de mediciones que siguen siendo fotografías del momento, la observación directa, opiniones que se escuchan no solamente en los medios sino en la calle misma, paradas de autobuses, cafés, mercado, espacios de reunión donde la gente dialoga, opina, deja correr sus sentimientos, impactan; porque fluye, de entrada, que ciertamente, AMLO continúa en esas conversaciones, saturando su presencia entre humeantes tazas de café. Junto a ladrillos y mezcla de albañiles.. O, en el olor a gasolina y aceite que inunda el ambiente de talleres mecánicos.

Pero, en esos espacios, la defensa aferrada que se hacía de él y sus proyecciones políticas, sociales, económicas al principio de su mandato, se han diluido. Han dejado entrever cuarteaduras en el otrora muro impenetrable contra la figura y la capacidad del presidente, permitiendo espacios para la duda y hasta para el resentimiento…

casillas 2018

Es decir, la sociedad civil, ciertamente dinámica, cambiable, no se encuentra inoculada por fanatismos enfermizos. Sobre todo en quienes no pertenecen apartido alguno y no llega a sus manos apoyos económicos del Gobierno de la República por vejez o como aprendices de oficios.

Y es, precisamente, ese tipo de ciudadanos quienes están asentando al paso de los días, los meses, lo que su inteligencia les hace que observen y registren, sin ser influenciados por corrientes a favor o en contra, comenzando a formar su propio tejido de opinión. Y lo hacen con autonomía de criterio. Con luz propia.

Todo este tipo de factores que se respiran en el ambiente y que nadie puede evitar o controlar, pese al uso de medios informativos y redes sociales, tenderán a fortalecerse o desvanecerse al paso del tiempo. Sobre todo cuando se acercan, este año, elecciones en Coahuila e Hidalgo. Y el próximo 2021, se votará para renovar Cámara de Diputados, congresos locales, alcaldías, y gubernaturas en Zacatecas, Tlaxcala, Sonora, Sinaloa, San Luis Potosí, Querétaro, Nuevo León, Nayarit, Michoacán, Guerrero, Colima, Chihuahua, Campeche y Baja California Sur. Quedando por definirse el caso de Baja California debido a la controvertida “Ley Bonilla”.

Casillas electorales

Por supuesto, de continuar ese declive inexorable en la popularidad otrora apabullante de AMLO, quien –debe reconocerse- no ha sabido manejar con verdadero sentido social y pensamiento de izquierda los graves problemas de seguridad, economía, salud y esencialmente las demandas de las féminas cuyos movimientos minimizó y trató de impedir y llenar de humo, bien podría esperarse un comportamiento sorprendente por parte de los electores, sobre todo de las mujeres que son mayoría en el padrón del INE, considerando que en ese año, 2021, podrán votar seis millones más de mexicanos que en 2018, cuando acudieron a las urnas alrededor de 56 millones.

Estas premisas frías, sin apasionamientos de siglas y colores, permiten vislumbrar que ya no sería AMLO ni Morena (partido que se debate en una cruenta guerra intestina por el poder a nivel nacional, estados y municipios), quienes marcarían la cresta del tsunami, como sucedió en 2018; porque la sociedad, dentro de un año, analizará, razonará y marcará la dirección de su voto, buscando no tropezar con la misma piedra y alentando la conformación de gobiernos con la bandera de la democracia.

¿Falta mucho para el 2021?

No, porque en realidad el INE instala a partir de septiembre próximo el proceso electoral 2020-2021, con los márgenes de tiempo suficientes para la conformación de plataformas políticas, proyectos de gobierno, formas para elección y registro de candidatos; y, por supuesto, el arranque de campañas y realización de comicios en junio del año próximo.

Le saludo, lector.

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