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Dicen que una cosa es gastar mucho y otra cosa es gastar bien, por eso en el Presupuesto 2020 se incrementó el número de programas que ni siquiera cuentan con reglas de operación. Irónico, ¿no? Un estándar regulatorio que nos permite saber cosas elementales en la operación de un programa y sus resultados, son precisamente las reglas de operación y claro, sus lineamientos. El gasto en programas sin reglas de operación y sin mediciones objetivas de evaluación no necesariamente ayuda a los más pobres. Ah, pues así nace el INSABI.

El pasado primero de enero entró en vigor el Instituto de Salud para el Bienestar, siendo el objetivo primordial brindar servicios médicos gratuitos y de calidad a todas las personas que se encuentren en territorio nacional y no cuenten con seguridad social. Se dice que dicho programa beneficiará a 69 millones de personas, aunque hasta el momento el Gobierno federal no ha dejado muy claras las reglas de operación que lo rijan. De lo poco, o la única información que se ha publicado, son algunos puntos que nos dejan igual o mas confundidos que antes, veamos; Se menciona que dará servicio de manera gratuita a las personas que no cuenten con seguridad social, como la brindada por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) o el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE). Esto mismo hacía Seguro popular, pero contaba con una base de datos o un cruce para evitar duplicidades, ahora se confiará en “el pueblo bueno”. Las personas que busquen ser atendidas en este órgano solo deberán presentar su credencial del Instituto Nacional Electoral (INE), su Clave Única de Registro de Población (CURP) o su acta de nacimiento. Es decir, una identificación oficial, ahora bien ¿a quien la presentamos? Por que no hay personal representante de Insabi que oriente ni a los pacientes ni al personal de salud, por que a los hospitales, tampoco ha llegado información oficial formal. Los atendidos en el Instituto no necesitarán afiliarse ni pagar cuotas para recibir atención médica y medicamentos gratuitos. Con Seguro Popular tampoco pagaban un solo centavo. Quienes sean beneficiarios del Insabi deberán recibir los servicios sin ningún tipo de restricción ya que se atenderán todos los padecimientos. En esto estamos de acuerdo, sin embargo no estamos de acuerdo en el pobre presupuesto asignado ya que causara un desabasto en el primer trimestre de presente año, dada la pluralidad de patologías a atender; lo real es que la red de hospitales donde operará (que son estatales, por cierto) no cuentan con infraestructura ni insumos mínimos para la atención a enfermedades complejas como las autoinmunes, por ejemplo. Las enfermedades también incluyen aquellas que el Insabi califica como “gastos catastróficos” y los recursos para atender esa clase de padecimientos provendrán del Fondo de Salud para el Bienestar. Pero aquí es donde la puerca torció el rabo, resulta que para arrancar el Insabi, los legisladores tomaron inicialmente 44 mmdp del Fondo de Enfermedades Catastróficas, entonces ¿con que presupuesto se atenderán las enfermedades de alta complejidad y gasto? Se supone que se crea un Fondo del Bienestar, bonito nombre (repetitivo) pero es un cheque sin fondos. Otro punto es que el Instituto también deberá proveer a sus beneficiarios de medicamentos gratuitos e insumos relacionados con sus tratamientos. Esto se hacía con Seguro popular. Y mencionan que con fines de control de la atención y la distribución de medicinas, el Insabi organizará un registro de sus derechohabientes. Pero borraron un padrón de usuarios con millones de personas sin seguridad social que eran atendidos en la red prestadora de atención de los hospitales del estado; se tendrá que volver a empezar y ¿adivine que? Eso cuesta mucho dinero.

Pero no todo es malo, reconocemos las buenas intenciones como las de recuperar gradualmente clínicas, centros de salud y hospitales que  están en el abandono, y además, se abrió una convocatoria para médicos y enfermeras con el fin de conformar un Equipo de Salud del Bienestar. Los elementos que sean contratados serán enviados a regiones marginadas de México, por lo que recibirán un estímulo adicional. Y que bueno, por que mire usted, tomando en cuenta como está la seguridad en el país, la lejanía de la región serrana y lo caro de las gasolinas, habrá que ver quien se anima a irse a trabajar a lejanos lugares, sin mencionar las condiciones de trabajo con las que se atenderá a pacientes o si de plano se trabajara con lo que hay. El mayor reto del actual sistema de salud es buscar alternativas para fortalecer su integración, se requiere vincular a la salud con el desarrollo económico y social, reducir los rezagos que afectan a los más desfavorecidos y brindar protección financiera a toda la población. Así nace Insabi, ahora busquemos que nuestro sistema de salud, no se enferme.

Dr. César Álvarez Pacheco

cesar_ap@hotmail.com

@cesar_alvarezp

Huatabampo, Sonora.

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