Lactanciapornostros4
Capturadepantalla2023-02-13alas213814
Capturadepantalla2023-02-13alas214531
Capturadepantalla2022-09-12alas043937
Capturadepantalla2023-02-13alas215907
Capturadepantalla2023-02-13alas220711
previous arrow
next arrow

El rápido crecimiento del mercado y la popularidad que han alcanzado a nivel global los cigarros electrónicos, y los sistemas electrónicos de administración de nicotina, popularmente conocido como: Vapeo, son motivo de preocupación para la Organización Mundial de la Salud y la comunidad de salud pública internacional, quienes visualizan esta innovación tecnológica como una amenaza a los logros alcanzados con la implementación del Convenio Marco de la OMS para el Control de Tabaco además de ser un riesgo potencial para la salud de los grupos más vulnerables: niños, adolescentes y mujeres en edad reproductiva.

Los nuevos productos de tabaco han incursionado en el mercado con el discurso de reducción del daño y minimización del riesgo, con campanas que recuerdan el posicionamiento de los cigarros combustibles durante el siglo pasado. Actualmente, el objetivo de las compañías tabacaleras transnacionales es la apertura de nuevos mercados y la captura de las nuevas generaciones de consumidores a través de la implementación de marcos regulatorios a la medida, sin las restricciones de las leyes de control de tabaco existentes y, peor aún, desconociendo los tratados internacionales firmados por diferentes países, entre ellos México. El Departamento de Investigación sobre Tabaco del Instituto Nacional de Salud Pública, comprometido con la generación del conocimiento científico para diseñar y evaluar políticas públicas de salud en nuestro país, presenta un documento de posición sobre los nuevos productos de tabaco, con el fin de orientar la toma de decisiones de los legisladores, instituciones gubernamentales y organizaciones civiles que buscan la salud y el bienestar de todos los mexicanos. A grandes rasgos el gobierno prohíbe su importación; y es una medida correcta. Los “E Cig” o cigarros electrónicos  calientan una solución (e-liquid) y producen un aerosol que frecuentemente contiene partículas ultrafinas, saborizantes disueltos en propilenglicol y glicerina, y tóxicos reconocidos, como el diacetil y la pentanodiona que causan serios daños al sistema respiratorio. Varios estudios han encontrado en estos productos niveles importantes de metales como el cadmio, níquel, cobre, estaño, plomo, plata y aluminio; compuestos carbonílicos como formaldehído, acetaldehído y acroleína; además de compuestos orgánicos volátiles y otros químicos cancerígenos. La presencia de cualquiera de estos tóxicos en los nuevos productos de tabaco toma relevancia en salud pública cuando se considera la prevalencia elevada de uso de estos dispositivos entre los adolescentes que nunca han consumido los cigarros convencionales. La nicotina es una sustancia altamente adictiva. Si los adolescentes la consumen antes de los 25 años, puede causarles adicción y alterar el desarrollo de su sistema nervioso y respiratorio. Además, es causa de aborto y parto pretérmino en las mujeres embarazadas y, puede causar trastornos auditivos y alterar el desarrollo fetal. La exposición postnatal puede causar muerte súbita del lactante. Y en ocasiones vemos que pareciera no importar a los jovenes.

En México, como en varios países de la región de las Américas, la venta de los cigarros electrónicos se encuentra prohibida; sin embargo, la más reciente Encuesta Nacional de Consumo de Tabaco, Alcohol y Drogas reportó que más de 5 millones de mexicanos de entre 12 y 65 años han probado el vapeo y que 975 000 ya son usuarios actuales. Las legislaciones y regulaciones de todos los productos de tabaco, incluyendo los cigarros inteligentes, deben presentarse considerando toda la evidencia científica disponible. Ésta debe ser concluyente e independiente, es decir, sin la participación o intervención de los fabricantes o instituciones que tienen un conflicto de interés; estamos de acuerdo que no se puede ser juez y parte, en Estados Unidos lo entienden, aquí en nuestro país pues es complicado, usted me entiende, lector. México debe avanzar en la generación de evidencia científica, desde la ciencia básica hasta la poblacional y desde la interdisciplinariedad local hasta la global, de tal manera que se pueda avanzar en la legislación y la regulación sanitaria de los nuevos productos de tabaco y comprender que no, no son mas sanos que un cigarro convencional combustible. 

Dr. César Álvarez Pacheco

cesar_ap@hotmail.com

@cesar_alvarezp

Huatabampo, Sonora.

Comentarios