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La chía ha sido un alimento indispensable para la población desde las culturas mesoamericanas hasta la actualidad gracias a su composición de fibra, aminoácidos, vitaminas y minerales, así como los ácidos grasos, por ejemplo el omega 3 que aporta diversos beneficios, aparte de mantener los niveles adecuados de glucosa en la sangre y prevenir enfermedades crónico degenerativas como las cardiovasculares, también es esencial para el órgano más grande de nuestro cuerpo: la piel.

Comúnmente conocida como chía es una adaptación española del término nahua chían o chien (plural), que en náhuatl significa “semilla de la que se obtiene aceite”. Ya con ese significado, vamos comprendiendo más del tema; Se clasifica dentro de los frutos secos indehiscentes, tiene forma oval de superficie lisa y brillante y con capacidad de desarrollar mucílago cuando se hidrata. Es una planta oleaginosa (aceitosa), aromática, al igual que la menta, el tomillo, el romero y el orégano. Es nativa del sur de México y norte de Guatemala y si bien ahora resulta una verdadera novedad en el mercado, el uso de la semilla y sus subproductos se remontan a 3,500 a.C. y fue parte esencial de culturas mesoamericanas, para quienes fue uno de los cultivos básicos superado sólo por el maíz, frijol, amaranto y poroto. Estas culturas utilizaban la semilla como alimento, medicina, ofrenda a los dioses y materia prima para producir un aceite que era empleado como base en pinturas decorativas y ungüentos cosméticos. Existen evidencias de que la chía en combinación con harina de maíz era utilizada como fuente de energía para los guerreros, la harina tostada se usaba en la preparación de una especie de tamales y en una bebida muy popular, que aún persiste. Después del descubrimiento de América, el cultivo de esta planta casi llegó a desaparecer debido a que fue prohibida por su uso en rituales religiosos; además los españoles importaron cereales que terminaron por desplazar su siembra. Su cultivo sólo sobrevivió en las áreas montañosas de México y Guatemala; actualmente los principales países productores de chía son México, Guatemala, Bolivia, Colombia y Argentina, gracias a que a finales del siglo pasado el interés por la chía resurgió adquiriendo particular importancia por la composición química de su semilla, pero sobre todo por ser rica en ácidos grasos. Cabe destacar que la chía aporta grandes beneficios a la salud, más aún no se le han identificado tóxicos; sin embargo, no debe pasarse por alto que también puede causar alguna reacción alérgica o hipersensibilidad, ya que contiene un marcador del sistema inmunológico. No obstante, son muy pocos los casos descritos con este síntoma. La semilla está constituida de ácidos grasos, fibra, aminoácidos, antioxidantes, vitaminas, minerales, también es fuente importante de flavonoides y otros componentes. No contiene gluten, por lo que es apta para celíacos. En cuanto a los antioxidantes contiene ácido cafeico, clorogénico y cinámico; por lo que es un alimento bastante completo. Estudios diversos permitieron demostrar que éstos disminuyen el estrés oxidativo y la inflamación en síndrome metabólico, asimismo tienen efectos terapéuticos en patologías como la arterosclerosis, el cáncer y la cardiopatía isquémica. Como se mencionó anteriormente la chía contiene fibra dietética, la cual ayuda a regularizar el tránsito intestinal, reduce los lípidos, la glucemia en diabéticos, entre otros beneficios. Por ello se utiliza como apoyo en los tratamientos para la pérdida de peso. Un estudio reveló que el consumo de harina de chía por 12 semanas en personas con sobrepeso y obesidad favoreció significativa pero discretamente la reducción de peso, la circunferencia de la cintura y mejoró el perfil lipídico, básicamente disminuyó el colesterol total y el aumento de colesterol HDL (lipoproteína de alta densidad), pero sólo en los grupos que ingirieron harina de chía y que iniciaron con valores iniciales anormales. Los nutrientes de la chía colaboran en la prevención de imperfecciones en la piel, regulación hormonal, producción de colágeno, además de regular y corregir la deshidratación y prevenir la inflamación, generando una piel más suave, elástica y luminosa con la ventaja de que todos estos beneficios se obtienen de esta semilla que es fácil de conseguir y de bajo costo. Por todo esto la chía puede catalogarse como un alimento completo y saludable.

Dr. César Álvarez Pacheco

cesar_ap@hotmail.com

@cesar_alvarezp

Huatabampo, Sonora.

 

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