El reino de los sátrapas (Mensajes)
Gilberto “el mensajero” Armenta
La importancia de los eventos públicos de gobierno se mide por el nivel de convocatoria, y por el perfil de los que los protagonizan.
También, como medición aparte, los intereses que representen para las partes involucradas.
Y cuando se habla de Estados Unidos, con su programa de seguridad nacional reforzado en sus puertas de entrada con México, entonces la expectativa crece.
Este país del norte no escatima esfuerzos por salvaguardar sus fronteras, a lo largo y ancho de todo su territorio, incluyendo sus aeropuertos internacionales. Y no solo le apuesta a endurecer los sistemas de revisión vehicular y peatonal en sus puertas de entrada, sino que prefiere cerrarlas antes de ceder terreno en un ánimo por agilizarlas.
Ya no es así ni con México, ni con Sonora.
La importancia que tiene para los norteamericanos su relación con Sonora se detectó en la reunión binacional que se celebró en Hermosillo, donde se trataron justamente esos temas que para ellos son tan sensibles.
Claudia Pavlovich Arellano, gobernadora de Sonora, habló de los puentes mentales que deben tenderse entre ambos países. Y es que Estados Unidos debe entender que en México no hay enemigo al cual temer, sino un aliado al cual sumarse.
Los temas migratorios, de importación y exportación de mercancías, de inversiones conjuntas, la dependencia comercial simbiótica, la mano de obra especializada y otros no menos importantes, son los ingredientes del Tratado de Libre Comercio cuya negociación sigue en boga.
Esta Reunión Regional Oeste del Grupo Binacional México-Estados Unidos, donde revisaron la agilidad en tránsito en puentes y cruces en la frontera entre ambos países, es solo un capítulo más del mismo.
Pero el Director General para América del Norte de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Mauricio Ibarra Ponce de León, dio un mensaje especial cuando habló de la Megarregión que busca establecerse entre Sonora y Arizona, y que es un ejemplo de cooperación internacional, en la que se ha implementado la inspección conjunta de ambos lados de la frontera.
Estados Unidos quiere que su frontera con Sonora sea segura, y Sonora a su vez quiere que la suya con Arizona se mantenga abierta. La única manera de conseguirlo es concediéndose, en actos de voluntad diplomática, muestras de que ambos países pueden confiarse uno al otro a través de los estados que componen su frontera.
Y ya se dieron muestras de que en Sonora las cosas – referentes a los temas del combate a la corrupción que tanto impactan en las relaciones internacionales – se están haciendo bien.
En magno evento, quedó integrado el Sistema Estatal Anti Corrupción, luego de sortear mil y una diferencias con quienes infructuosamente intentaron descalificarlo antes de su nacimiento.
Al frente quedaron Alberto Hazz Díaz, como su presidente y miembro del comité ciudadano; Jesús Ramón Moya Grijalva, Auditor Mayor del Instituto Superior de Auditoría y Fiscalización; Odracir Ricardo Espinoza Valdez, de la Fiscalía Especializada Anticorrupción; Miguel Ángel Murillo Aispuro, Secretario de la Contraloría General del Estado; Aldo Gerardo Padilla Pestaño, Presidente del Tribunal de Justicia Administrativa; Francisco Gutiérrez Rodríguez, Presidente del Supremo Tribunal de Justicia y Martha Arely López Navarro; Presidenta del Instituto Sonorense de Transparencia y Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales.
Pero ¿qué relación tiene un tema con el otro? Muy sencillo:
En la relación binacional que busca reforzarse con los Estados Unidos (TLC Y Megarregión), ambos países están poniendo sobre la mesa condiciones propias y de interés particular a cada uno. Los de México son claros: respeto a connacionales laborando en los Estados Unidos, inversión permanente de empresas norteamericanas en su territorio, y aranceles adecuados a las exportaciones, entre otros.
Los de Estados Unidos siempre han sido muy básicos: combate a la corrupción y a la delincuencia organizada. Estos temas representan para ellos serios problemas de seguridad nacional, que se complican si México (Sonora en este caso), no puede garantizarles que se está trabajando de manera frontal para combatirlos.
En ese sentido, la lucha de Claudia Pavlovich Arellano ha sido permanente.
La creación de una fiscalía anticorrupción, ser ejemplo a nivel nacional en la creación del Comité de Participación Ciudadana, el involucrar de manera expedita a la Contraloría Estatal, transformar por completo la dinámica del Instituto Sonorense de Transparencia y Acceso a la Información, dar apertura en el nombramiento del Fiscal de Delitos Electorales, y el conseguir que todo su gabinete cumpliese con una declaración patrimonial integral, entre otra decena de acciones, son claro ejemplo de que en Sonora, la corrupción no tiene cabida.
En esa línea, el combate a la delincuencia organizada viene junto con pegado, pero eso ya es tema de un espacio aparte. Lo importante ahora es que los puentes entre Sonora y Arizona están listos, abierto y seguros.
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