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El caso de Leticia Alejandra Cuesta Madrigal no empieza como aspirante al senado representando a Movimiento Ciudadano. Tampoco como quien dirigió a la asociación civil que defendía la transparencia y el acceso a la información. Su caso inicia años atrás.

 

Entre el 2012 y el 2015, en el ejercicio de su profesión como periodista, ella reclamaba que el entonces director y fundador de Sonora Ciudadana fuese transparente con sus ingresos y egresos, y también con el monto de su sueldo.

 

Y es que, en esos años, Guillermo Noriega Esparza, personaje de quien se habla arriba, exigía a bombo y platillo que el gobierno estatal de Guillermo Padrés Elías, a través de sus más de 20 dependencias, dispusiera lo necesario para que la información gubernamental fuese del dominio público. Pero nunca lo hizo con Sonora Ciudadana, a pesar de que llegó a cuestionarse el financiamiento que esta recibía para operar.

 

Así, esta AC se convertía un día en una piedra en el zapato para las dependencias del gobierno estatal, y al siguiente en una comparsa indulgente de las mismas.

 

Al mismo tiempo, Cuesta Madrigal formaba parte de una mesa de periodistas en la que, a priori, defendía el desempeño de funcionarios estatales padrecistas que eran invitados, y la operación de las dependencias que estos representaban.

 

De ahí el cuestionamiento de ella a Noriega Esparza en esos años.

 

Tiempo después, y en un enroque que solo ellos dos conocen a profundidad, Leticia Cuesta Madrigal empieza a colaborar en Sonora Ciudadana, y tiempo después se convierte en su directora.

 

Por naturaleza propia de su nuevo cargo, ella empieza a cuestionar las formas en las que las dependencias estatales (que antes defendía), entregaban o no la información que se les solicitaba. También empieza a participar de manera activa, en eventos públicos y políticos relacionados con ese mismo tema.

 

Luego, en esa misma mesa de periodistas a la que perteneció tiempo atrás, se resistió a informar sobre los ingresos que Sonora Ciudadana percibía, así como la forma en la que los gastaba. Tampoco dijo cuanto ganaba, ni cuanto se gastaba en nomina ni en gastos de representación. Dijo que, al no percibir recursos públicos, no era sujeto obligado para informar sobre temas financieros.

 

Sin embargo, se comprometió en ese momento, a presentar, por congruencia, su declaración 3 de 3 de manera voluntaria. Eso sucedió parcialmente ya que, hasta este 2018, sigue siendo un misterio cuando recibe Sonora Ciudadana en aportaciones extranjeras.

 

Del sueldo y demás prestaciones de Leticia Cuesta Madrigal no se sabe nada.

 

El SEA, el comité seleccionador y el CPC

 

En los últimos seis meses, el Sistema Estatal Anticorrupción (SEA) crea a un comité de selección para conformar al Comité de Participación Ciudadana (CPC) que, por ley, debía formar parte del SEA.

 

Leticia Cuesta Madrigal fue escogida como parte de ese comité seleccionador. Su desempeño en el mismo fue francamente desalentador, en las entrevistas que se realizaron a los aspirantes al CPC, ella intentó imponer sus propios cuadros. Luego, cuando la selección de sus integrantes era inminente, buscó negociar nombres, impulsó a quienes formaron parte de Sonora Ciudadana, y descalificó a quienes no eran de su interés personal.

 

Luego, de forma sorpresiva, y en un alarde de suficiencia, renuncia vía redes sociales al comité seleccionador, y abre un frente de descalificación al Sistema Estatal Anticorrupción. Aquí está un paréntesis abierto, ya que al haber sido ella nombrada por el Congreso Estatal como miembro de ese comité, debió haber solicitado licencia o renuncia previa al mismo, y sujetarse al protocolo obligado en estos casos, porque de lo contrario, estaría sujeta a caer en el delito de Abandono de Funciones Públicas, sentenciado por el Código Penal de Sonora, en su artículo 184-III.

 

A partir de ahí, voluntaria o involuntariamente, Leticia Cuesta Madrigal es relacionada en una serie de acoso contra el Sistema Estatal Anticorrupción, y contra el comité seleccionador y el de Participación Ciudadana del mismo.

 

Sonora Ciudadana y la candidatura al Senado

 

En paralelo, Sonora Ciudadana empezaba a ser señalada de opacidad en sus manejos financieros, de malos manejos administrativos, despidos injustificados, y de empezar a convertirse en plataforma política para su directora.

 

Y es que Leticia Cuesta Madrigal empezó a ser mencionada como aspirante al senado, representando a Movimiento Ciudadano, en la posición 2 que se comparte en la coalición Por México al Frente, integrada por el PAN, el PRD y el propio MC.

 

Acompañaría pues, al ex priista Antonio Aztiazarán Gutiérrez en esa encomienda electoral.

 

Y aquí, un tema totalmente nuevo se presenta sobre la mesa, ya que representaría a MC en la boleta, pero se sabe que su ideología es netamente panista, por lo que su interés electoral seria hacía ese partido y no hacía el partido naranja.

 

Así, y resumiendo todo lo escrito arriba, sobre ella pesa un doble discurso que, de acuerdo con conveniencias personales, un día reclama transparencia en el manejo de recursos, y al siguiente ella misma los oculta. También un sistemático ataque a las instituciones públicas cuando no le pertenecen al PAN, y una defensa recalcitrante cuando sí.

 

¿Un perfil ciudadano rumbo al senado? No, su ascendencia es indiscutiblemente de ideología panista. ¿Transparente? No lo fue como directora de Sonora Ciudadana. ¿Un perfil justo? Hay empleados despedidos que dicen que no. ¿Un perfil ganador? No, mediático si, pero ganador no.

 

Pero así es la política actual. Mientras más escandalosos y sorpresivos sean los perfiles candidateables, mejor para los partidos.

Gracias por la lectura. Puede seguirme en @mensajero34 y en facebook.com/gilberto.armenta.16

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