Patética y rústica la estrategia de defensa de MORENA frente a cuestionamientos prácticamente unánimes respecto a la sumisa y traidora actuación de sus diputados federales y su complicidad para que la economía de Sonora haya sido pasada a cuchillo en la formulación del gasto que aprobaron para esta entidad durante el año próximo.
Obvio que andan preocupados por el elevado costo que representa para ellos y su partido la abyecta sumisión a los dictados cupulares y a su disciplina cuasi priista para sumarse a medidas presupuestales que sentencian a la precariedad financiera a Estado y Municipios y limitan severamente las posibilidades de que la gente eleve su calidad de vida.
Desde el viernes pasado representantes de organismos de productores agropecuarios del sector privado y social, constructores, industriales, turisteros, académicos, de organizaciones asistenciales, actores políticos de todo signo, instancias de gobierno y de la llamada sociedad civil dan cuenta de sus análisis sobre los efectos la visión centralista y populista del gasto federal para el año próximo y cuestionan con lógica dureza a quienes desde San Lázaro debieron dar la cara por sus representados y en lugar de eso, optaron por privilegiar lealtades partidistas.
Hasta este miércoles se plantaron para tratar de explicar y aclarar, en una conferencia de prensa donde por turnos, se aventaron mentirosas peroratas y chorizos que en definitiva dejan intacta a la realidad que trasciende de los números que aprobaron a gritos el viernes pasado y que dejan a la entidad sin alrededor de 16 mil millones de pesos, que se aplicarían para el fortalecimiento del sector salud, educativo, infraestructura carretera, seguridad pública, a la producción de alimentos, desarrollo económico, obras de beneficio comunitario en municipios, programas de apoyo a la mujer y desarrollo de la niñez, entre otros efectos.
Y no se trata de partidas que fueron inventadas de la nada, si no que eran bolsas que en años sucesivos habían sido parte del gasto federal en la entidad, resultando en meras falacias los abordajes de Javier Lamarque, Wendy Briceño, Lorenia Valles, Heriberto Aguilar, Manuel López Castillo y Marco Antonio Carbajal y no, no asistieron a esa mascarada Hildeliza González, Ana Laura Bernal ni Manuel Baldenebro, quienes desde el PT y PES, también perpetraron la traición al pueblo de Sonora.
Si no me das, no me quites, dicen por ahí, pero esta bola de timoratos y pusilánimes no solo negaron la permanencia de flujos de recursos federales indispensables para el desarrollo de la entidad que fueron propuestos con la debida oportunidad por la gobernadora Claudia Pavlovich, sino que eliminaron otros considerados fijos y ya comprometidos como es el caso de los necesarios para concluir, por ejemplo, el hospital de especialidades.
Y peor tantito, porque en el Programa Nacional de Infraestructura anunciado a bombo y platillo por el mismo presidente López Obrador, de una inversión prevista de casi 860 mil millones de pesos, sólo se aplicarán en Sonora pinchurrientos mil 421 millones de pesos en los próximos cinco años, con una rasurada de casi mil millones de pesos a la propuesta original.
Evidente el desinterés presidencial por Sonora y la falta de compromiso de la mayoritaria representación legislativa sonorense para con los sonorenses, verdades indubitables que no desmienten conferencias de prensa como la realizada, así como defensas de ignorantes al estilo de Jacobo Mendoza o algunos corifeos por el estilo, quienes antes de vomitar sus bazofias, deberían de escuchar a sus propios alcaldes e incluso a sus presuntas bases de apoyo.
Por cierto, de destacar la lealtad y el compromiso de la alcaldesa de Hermosillo, Célida López Cárdenas para el partido que la proyectó hasta su actual posición, al justificar y su defensa a la política asistencialista del presidente López Obrador, al asegurar que en el curso de este año, a través de diversos programas se han derramado alrededor de 800 millones de pesos para beneficiar sólo en Hermosillo a 200 mil familias, que como sea, una operación aritmética muy simple arroja que los montos individualizados son meras minucias.
Y cualquiera estará de acuerdo que independientemente a lo mucho o poco que tales dádivas incrementen poder de compra, las instancias de gobierno deben invertir, meterle dinero a la infraestructura comunitaria como factor fundamental para atacar la marginación y la pobreza, o sea, no porque se entregan recursos “sin intermediarios”, dejan de haber exigencias sociales que deben ser satisfechas mediante inversiones del sector oficial.
Miren, los primeros análisis realizados por expertos en estos menesteres y en función de los documentos y partidas que aprobaron seguramente sin saber esos representantes en la legislatura federal, el sector salud de Sonora dejará de recibir casi 500 millones de pesos; a la educación y cultura se redujo su presupuesto en poco más de 437 millones de pesos a través de un ocurrente programa donde sólo se aplicarán inversiones menores a 216 escuelas a través de comités escolares.
Al sector Infraestructura y Desarrollo Urbano que incluye obras en municipios en materia de agua potable, drenaje, saneamiento, vialidades, así como carreteras y demás, no llegarán casi dos mil millones de pesos, más alrededor de seis mil 500 recortados para proyectos de desarrollo regional, además del recorte de 40 millones de pesos a seguridad pública, a Economía y Turismo, mil 230 millones de pesos, sin olvidar que el sector agropecuario dejará de recibir poco más de mil 214 millones de pesos, y por supuesto que la nomenclatura estatal morenista lo sabe.
Y también sabe que esos “ahorros” son para financiar caprichos anacrónicos del presidente e intentar con minucias sacar de la pobreza a millones de mexicanos a costa de jalar a la franja de marginación a las clases medias de este país, faltando sólo que se atrevan a apoyar la eliminación del subsidio a la tarifa de verano del consumo doméstico de energía eléctrica que a duras penas se consiguió este año.
No pudo ser más claro el titular de la SIDUR, Ricardo Martínez Terrazas al desglosar los efectos del mamotreto aprobado por la legislatura federal para Sonora: de todos los proyectos de inversión para obras de infraestructura que requiere el Estado y los Municipios entregados al presidente y avalados por los 72 alcaldes, ninguno fue tomado en cuenta.
Para los ayuntamientos estaban proyectos de obras que requerían de cuatro mil millones de pesos de inversión, y para obras detonadoras del desarrollo regional propuestas por el estado, se propuso una inversión de casi cinco mil millones de pesos, nada de lo cual fue atendido ni defendido por legisladores morenistas y mucho menos por la presidencia.
Es por eso que resulta un enigma el origen de la actitud festiva de López Obrador y de sus alardes triunfalistas cuando está a punto de completar su primer año en Palacio Nacional bajo un sombrío panorama que se resume en cero crecimiento económico, alza histórica del desempleo, escalada inflacionaria en ciernes y la peligrosa situación que vivimos todos los mexicanos por su incompetencia para enfrentar la inseguridad pública. Por todo eso, no sabemos de qué se ríe el presidente.
Pues al mal tiempo buena cara y eso hace la gobernadora Claudia Pavlovich a quien hay que reconocer su entereza frente a situaciones tan adversas, que por nuestra parte habrá que darle chanza para que le entre a la recomposición del cuadro, que a como se las gasta a lo mejor no todo está dicho.
El panorama luce desolador, pero también hay buenas noticias como es el caso de la inauguración el martes por la tarde, del nuevo Centro Integral de Monitoreo que garantizará en tiempo real condiciones seguras para usuarios del transporte urbano de Hermosillo, al dar seguimiento a través de cámaras de video instaladas en 350 unidades con enlace al C5i.
Sin duda ese equipamiento es un salto cualitativo para el sistema de transporte urbano capitalino, producto de esa nueva relación entre el gobierno del estado y la empresa concesionaria Movilidad Integral de Hermosillo, que en pocos meses en las unidades por las distintas rutas se cuenta con botones de pánico, sistema electrónico para tarjetas prepago y ahora el sistema de monitoreo en tiempo real.
Bien la gobernadora en el evento inaugural y de destacar lo esponjado del director de transporte, Carlos Morales Buelna, y con justa razón al rendir buenas cuentas en esta nueva y constructiva relación con quienes se encargan de prestar ese servicio tan estratégico.
Nuestro resfriado y el clima evitó la cobertura de dicho evento, así como también evitó que estuviéramos en la siempre interesante ceremonia de entrega de reconocimientos a los Servidores Púbicos Íntegros del Año, que constituyen la punta del iceberg de políticas públicas impulsadas por la mandataria que tienen a Sonora en los primeros lugares a nivel nacional en materia de mejores prácticas de gobierno.
Correspondió a nuestra ya añeja conocida Xóchitl Bojórquez Galaz, con mucho años prestando sus servicios en la Secretaría de Gobierno y a Alfonso Andrade Cervantes, con 27 años de trayectoria en el CONALEP, recibir los reconocimientos por sus aportaciones a los sonorenses desde sus modes
