De acuerdo a míster Google, la enfermedad de Alzheimer (EA), denominada demencia senil de tipo Alzheimer (DSTA) o simplemente Alzheimer, es una enfermedad neurodegenerativa que se manifiesta como deterioro cognitivo y trastornos conductuales.
Es una enfermedad progresiva que afecta a la memoria y otras importantes funciones mentales. Las conexiones de las células cerebrales y las propias células se degeneran y mueren, lo que finalmente termina con la memoria y otras funciones mentales importantes. Los síntomas principales son la pérdida de la memoria y la confusión. No hay cura.
Este referente o contexto se relaciona a los notorios y públicos virajes de comportamiento y posicionamientos prácticamente a diario del presidente Andrés Manuel López Obrador, dejando ver de forma evidente, que ha perdido su memoria de mediano y largo plazo y por eso es fuente diaria de contrasentidos e incongruencias.
Durante meses López Obrador cuestionó ese dos por ciento de crecimiento del Producto Interno Bruto que en promedio mantuvieron “administraciones pasadas” y fundamentó que dicha falta de impulso era la principal causa de la pobreza, del desempleo y de los altos índices de inseguridad pública, comprometiéndose a generar condiciones que permitieran a la economía nacional crecer al menos en un seis por ciento anual, porque él tenía la fórmula para lograrlo.
También durante años defendió y fue el paladín de la libertad de expresión y defensor de las redes sociales como tuiter y feisbook, a las cuales calificaba como benditas, por ser la vía alterna y más veraz que los medios tradicionales, impresos y electrónicos, arremetiendo en contra de quienes se atrevieran a promover su regulación y su uso responsable.
Lo lógico que uno esperaría de personas normales, es que al paso del tiempo dichas posturas sean sostenidas, pero en el caso del presidente de México ha sido al contrario, ya que en un giro de 180 grados, lo que para muchos es una manifestación de Alzheimer, padecimiento que la mayoría de los mexicanos no sufrimos y por eso podemos contrastar el antes con el ahora, de un sujeto cuyo proceso conductual está en franco deterioro.
Si bien desde enero pasado ya había despotricado contra parámetros para medir la economía de todos los países del mundo y criterios para consolidar y mantener al alza el crecimiento económico, a media mañana de este miércoles, nos enteramos del flashazo en la memoria presidencial que representó la divulgación de los más recientes reportes que señalan que la economía de México caerá en un 14 por ciento en el segundo semestre de este año.
Esa caída no es nueva ya que la tendencia inicia desde el mismo enero del 2019, solo que sus términos y efectos se han acelerado por la embestida del Covid-19, realidad que obligó a López Obrador a salir con la estupidez de que ya están en desuso los términos PIB y crecimiento económico y que lo que debe prevalecer son el desarrollo y el bienestar los cuales consideró opuestos a los primeros.
Donde ya se manifiesta el franco deterioro mental del de Tabasco, es cuando cual predicador de alguna secta tibetana, convocó a dejar de lado lo material y acogerse a lo espiritual, como si de esa forma se pudiera conseguir un buen empleo; vivir en espacios dignos y sin inseguridad; llenar la alacena; garantizar buenos servicios de salud para nuestras familias.
Si bien para muchos esos cambios de opinión obedecen a manifestaciones cínicas, oportunistas y convenencieras, desde nuestro punto de vista se trata de un franco deterioro y degeneración de su estado mental, y más cuando en el caso de las redes sociales perdió más de una hora de su tiempo tratando de justificar acciones de censura porque de benditas ya las transformó en malditas.
Y un paréntesis para dar a conocer la detención de un grupo de militares por rumbos de Yécora que servían como apoyo a una banda de narcos que dominan esa región y que confesaron ser integrantes del 60 Batallón de Infantería con base en Ciudad Obregón, sí, ahí en donde integrantes de la Guardia Nacional fueron filmados mientras ofrecían impunidad a narcomenudista a cambio de dinero.
Mientras eso ocurre, el secretario de seguridad, Alfonso Durazo Montaño como Don Sebas, concretándose a hacer cuentas alegres al son de la risión de capos del crimen organizado, como digno colofón de la estrategia de dar besos y abrazos en lugar de balazos, el fúchi, el huácala y que iban a ser acusados con sus abuelitas, en el marco del monumental fracaso de la 4T en esa materia y que esa bola de incompetentes no acaban de entender ni mucho menos aceptar.
Por cierto, frente a la displicencia y negativa de amplios sectores sociales de acatar restricciones, cuarentenas y convocatorias al aislamiento social para contener la expansión del Covid-19, con el fin de convencer a reacios e incrédulos sobre la peligrosidad del virus, hace un par de días atrás, se dio a conocer la campaña “Quédate en Casa. Quédate Vivo”, iniciativa que impulsada por la Alianza por el Valor Estratégico de las Marcas (AVE).
Se trata de un mensaje fuerte y contundente para motivar a la población a quedarse en casa mientras pasa la emergencia sanitaria y hacer que tomen conciencia quienes por ejemplo atiborran y hacen largas filas en tiendas de conveniencia para comprar cerveza o simplemente cultivar obsesiones deportivas al aire libre, tal como se insiste en Hermosillo sin medir las consecuencias que tales irresponsabilidades podrían afectar a sus seres queridos.
Y no se necesita ser adivino para concluir que al presidente no le gustó ese mensaje, porque lo consideró dictatorial, autoritario y que genera miedo o sea sigue apostando a su fracasada, blandengue y entreguista estrategia contra el crimen organizado, sin importar el número y el costo de vidas que causen tales estupideces.
En fin, estamos convencidos que López Obrador no está en sus cabales; que llegó muy tarde a la presidencia y por eso anda de tumbo en tumbo arrastrando a un gabinete sin opiniones propias y tratando de ajustar sus agendas y sus directrices en función de las necesidades del amo que habita en Palacio Nacional, que para lo anterior no hay mejor ejemplo que el subsecretario de salud, Hugo López Gatell, con todo y sus desolotados pronósticos respecto a la tendencia de ese virus en México.
Por cierto, que contradictorio y oportunista, ya que luego de cuestionar de forma muy severa y reiterada medidas implementadas por Estados y municipios para contener la expansión del virus, ahora ese funcionario adjudica a la Federación los notables y favorables resultados hasta ahora, debido a toques de queda, aislamiento domiciliario obligatorio y diversas acciones disuasorias para sacar a la gente de las calles y evitar aglomeraciones.
Difícil confiar en pronósticos de quienes a lo largo de año y medio han fallado en todo; la corrupción solo cambió de corruptos; la inseguridad es creciente; la economía a niveles sotaneros insólitos; el sistema de salud sin estar a la altura de las circunstancias y en resuman, nada que genere confianza y certidumbre de un presidente sumido en la desmemoria y a contracorriente de lo que propuso durante 18 años de campaña.
Por lo pronto y contrario a las reiteradas consideraciones en contra del citado funcionario federal, el Consejo Estatal de Salud en Sonora acordó recomendar el uso estricto del cubrebocas en el transporte público, así como en establecimientos y actividades esenciales con atención al público, como herramienta de apoyo a la medida prioritaria de sana distancia, al estar entrando Sonora al momento de mayor riesgo de contagios.
Lo anterior se acordó en reunión que presidió el secretario de Salud, Enrique Clausen Iberri, quien aprovechó para convocar a los sectores productivos a trabajar unidos en la contención de la pandemia y reforzar la estrategia Quédate en Casa promovida por la gobernadora Claudia Pavlovich, que ha permitido a Sonora tener menos enfermos y menos muertes de los que se pronosticaban para esta fecha.
Como referente a lo anterior, están los datos que arroja el coronavirus por ejemplo en Arizona donde ya van casi 10 mil contagios y 426 defunciones, en tanto que en Sinaloa los casos ya suman mil 201 con 177 decesos, los cuales son muchos si se comparan con los 41 fallecimientos y alrededor de 400 de contagios en esta entidad, los cuales también son pocos ante los casi dos mil casos en Baja California en donde ya van alrededor de 300 muertos.
Pues este miércoles el Secretario de Salud se distrajo de sus tareas esenciales para atender el requerimiento que le extendió el Congreso del Estado para comparecer ante la Comisión de Salud e ilustrar respecto a lo que ha hecho, hace y planea hacer el gobierno estatal para salvar vidas y proteger la salud de los sonorenses en las semanas por venir a los diputados Filemón Ortega Quintos, Diana Platt Salazar, Miroslava Luján López, Luis Mario Rivera Aguilar, Rosa Icela Martínez, Carlos Navarrete Aguirre y Fermín Trujillo Fuentes.
