Mientras a nivel mundial se despliegan esfuerzos científicos para desarrollar una vacuna; expertos formulan estrategias para en enfrentar el coronavirus, y jefes de estado toman decisiones para salvaguardar la vida de la gente, en México, el presidente Andrés Manuel López Obrador propone estampas religiosas, un trébol de cuatro hojas y un billete de dos dólares como escudo protector.
Como ya se ha convertido en una tradición, una nueva vergonzosa ocurrencia protagonizó el presidente en la mañanera de este miércoles, sorprendiendo a propios y extraños al explicar que hace su gobierno para atender la contingencia epidemiológica, para en un contexto congruente con los últimos días, insistir en comportarse como un idiota y con evidentes signos de insanidad e incompetencia mental.
Por lo que se ve, fue insuficiente el blindaje que atribuye el subsecretario de Salud, Hugo López Gatell a su presunta “fuerza moral” que evita contagiar y ser contagiado y por eso lo reforzó con artilugios de la “buena suerte”, incluido ese billete de moneda gringa que representa la principal insignia de su odiado neoliberalismo.
En la cadena de dislates presidenciales recientes, destacan el repelente mordisco que perpetró contra una niña; la estupidez de no cancelar eventos masivos apostándole ese escudo de la fuerza moral descrito por el idiota antes referido; el negarse a aplicarse gel antibacterial en sus manos, y como joya de la corona, sacar sus amuletos protectores, que debe avergonzar hasta los más cínicos de la 4T.
Por supuesto que la evidente frivolidad e irresponsabilidad de López Obrador no corresponde a la gravedad de la situación, que se resume en más de 214 mil infectados en el mundo; más de ocho mil víctimas mortales, con previsiones bien fundamentadas respecto a la escalada exponencial de ese virus si no se emprenden medidas de contención distintas a amuletos y musarañas pejistas.
Que López Obrador no diga estupideces, debería ser parte de las medidas de prevención junto a quedarse en casa, no socializar y no ser parte de reuniones donde haya más de 10 personas; guardar la sana distancia; acatar restricciones en la movilidad; evitar la divulgación de noticias falsas; lavarse con frecuencia las manos y usar gel antibacterial; dar especial cuidado a nuestros viejitos, entre otras.
Así las cosas, de nada sirve a los mexicanos que haya verdaderos profesionales y técnicos con sobrada experiencia y conocimientos para en tratamiento de epidemias o pandemias como es el caso del director general de epidemiología José Alomía Zegarra, cuyas opiniones evidentemente no son tomadas en cuenta y todo queda en ocurrencias y estrategias esotéricas.
Es patético lo que ocurre en nuestro país, ya que a pesar de todo convocatorias y directrices básicas de protección, MORENA y aliados en San Lázaro aprovecharon distracciones como eso de cuidar la vida y las estupideces presidenciales, para aprobar la reelección de senadores y diputados federales, en el marco de una sesipón a la que no asistieron las bancadas del PAN, PRI y PRD, poniendo en evidencia cuales son las prioridades del partido propiedad del demente inquilino de Palacio Nacional.
Y valiera más que se ponga remedio cuanto antes a tantos despropósitos, para no llegar al drama que se vive en Italia por el desdén inicial del gobierno de ese país, que por ejemplo, sólo en las últimas 24 horas registró 475 muertos, cifra que supera las fatalidades en el máximo pico de la pandemia en China y que de acuerdo en proyecciones, ese escenario podría estar perfilándose para México dada la inacción del gobierno federal.
Frente a dichas prospectivas, al menos en Sonora se hacen las cosas tal como mandan los cánones que dicta la ciencia y las experiencias en otras partes del mundo, aunque ya hay quienes dudan que la estrategia que aplica la gobernadora Claudia Pavlovich sea suficiente para cubrir las omisiones de la instancia superior de gobierno, pero por supuesto que independientemente a dicha eventualidad, hay que ponerle seriedad a este delicado tema.
Por lo pronto, queda claro que aquí si se hace la tarea, tal como lo informó este miércoles por la mañana Gerardo Álvarez Hernández, director de Promoción a la Salud y Prevención de Enfermedades de la Secretaría de Salud, manteniendo a la entidad con sólo un caso y estableciendo cercos sanitarios para evitar la expansión que a nivel nacional ya casi llega a un centenar.
Las prospectivas no lucen nada bien, toda vez que en el desglose del funcionario estatal, aparece, que de la revisión de 106 personas con antecedentes de viajes a países donde hay casos confirmados, 64 fueron dados de alta y a los 42 restantes con reacciones sintomáticas, se les da seguimiento hasta confirmar o descartar que están infectados.
Como en nuestro caso somos factores de alto riesgo, hemos acatado a pie juntillas la consigna QUÉDATE EN CASA y por eso dimos seguimiento a la conferencia de prensa vía redes sociales y la verdad es que es de destacar la claridad de las exposiciones y las descripciones del esfuerzo que se realizan en Sonora para proteger a la gente.
Tenemos la impresión de que si la gente asume con responsabilidad social las medidas acordadas por el Estado y los ayuntamientos, las cosas se mantendrán en el terreno de lo manejable y el sistema hospitalario sonorense tendrá la capacidad para atender los casos que requieran cuidados mayores, pero si no hay esa participación y cooperación ciudadana, hay nanita.
Es que se dan casos como lo que ocurre en Puerto Peñasco, en donde la autoridad municipal que encabeza Kiko Munro no movió un dedo frente al tumulto de miles de jóvenes provenientes de Arizona y California que año con año festejan su Spring Break en ese destino turístico y a fin de cuentas se privilegió la derrama económica por encima de la salud de la gente.
Y no es poca cosa lo que ocurre por esos rumbos, toda vez que Arizona como punto de origen de muchos de esos visitantes registra 27 casos y los principales condados están en estado de alerta, y otro punto de origen, California, ya suma 700 contagios y van 13 muertos, o sea, sabe que estela de riesgos deje esa masa de enfiestados en Puerto Peñasco.
Lo más contradictorio en este tema es que a pesar de que en Estados Unidos ya hay más de siete mil contagios y han muerto 115 personas de acuerdo al último corte, es el gobierno de Donald Trump que dio el paso de cerrar de forma temporal los cruces no esenciales en la frontera con México, reservando dicho tránsito para el sector médico y militar.
De haber tenido el carácter y ser el patriota y estadista que dice ser, López Obrador debió tomar esa decisión hace días, porque sin duda, por los 118 casos reconocidos en nuestro país y sin supuestamente ningún fallecimiento, la iniciativa y la decisión del cierre debió ser nuestra.
No hemos escuchado ninguna reprimenda oficial respecto al desacato a medidas de protección en Puerto Peñasco, situación y pésimo ejemplo que podría estar perfilándose para ese y otros balnearios de la costa sonorense, que como se sabe, se determinó cerrarlos durante Semana Santa para evitar aglomeraciones riesgosas.
Debe ser porque a penas se están implementando las medidas y recomendaciones anunciadas por la gobernadora Pavlovich, hay muchos a quienes no les cae el 20 e insisten en el valemadrismo, como bien podrían ser los casos de los Centros de Atención a Clientes de Telcel, desde donde reportan atiborramiento de gente que entra y sale sin ningún protocolo de prevención.
Como sea, bien la convocatoria del titular de Salud, Enrique Clausen para no caer en el juego de las llamadas Fake News, denunciar a quienes promuevan rumores y noticias falsas, ya que distraen los esfuerzos para atender lo que realmente se requiere, al desviar la capacidad del sistema de salud, para atender lo que debe atenderse, y curioso caso, que hasta ahora el eje de esas Fake News sea la delegación federal del ISSSTE.
Y luego de tres filtros del comité de evaluación para seleccionar a nuevos integrantes del Consejo general del INE, ya pasaron a la cuarta etapa la actual titular del IEES en Sonora, Guadalupe Taddei Zavala y otra sonorense, Maribel Ramírez Martínez, quien nos dicen que también es funcionaria de ese organismo, y así ser dos de entre 60 aspirantes, que mantienen vivas sus expectativas de escalar hasta la máxima autoridad encargada de conducir los procesos electorales de este país.
