A excepción del Tren Maya, la aeropista Santa Lucía, refinería Dos Bocas y el corredor transístmico, todo el gasto ha quedado reservado en México para efectos de concentrar todo el restante esfuerzo presupuestal para enfrentar con todo a la pandemia Covid19, que hasta ahora está en absoluto control.
Al menos esa es la información oficial que ha dado a conocer el mismo presidente Andrés Manuel López Obrador, quien en los últimos días ha destacado que como desde hace más de tres meses se prepararon para atender la emergencia sanitaria, clínicas y hospitales del IMSS y del ISSSTE se encuentran al 100 en equipamiento y ahora es cuestión que lleguen los contagiados para que sean atendidos como en cualquier país nórdico y por ello eso de que la pandemia le cayó como anillo al dedo.
Es bajo la anterior premisa y seguridad de que nada pasará al disponer de esa infraestructura de salud de primer mundo, que hace menos de un mes convocara a la gente de este país a salir a comer a la calle, a compartir con la familia y amistades y a desestimar los riesgos de contagio, siguiendo al pie de la letra la ruta que le marcaba desde EE.UU, Donald Trump en esos días.
El presidente tiene plena confianza en la economía nacional, ya que la fortaleza de las micro, pequeñas y mediana empresas se reactivarán en cuanto pase la cuarentena gracias al empredurismo de sus propietarios y socios, por cuyos ahorros y capacidad operativa, para nada requieren apoyos emergentes del gobierno, ya que con solo el reconocido poder de compra de los mexicanos podrán seguir pagando salarios, impuestos, cuotas al IMSS, deudas bancarias, servicios públicos y renovando inventario.
Es por eso que López Obrador percibe que la recuperación económica está a la vuelta de la esquina para que los mexicanos volvamos a estar en jauja disfrutando de la riqueza que generan las políticas públicas que con tanto ingenio ha impulsado la Cuarta Transformación y que dispersa a través de miles de millones de pesos para obras de beneficio comunitario en Estados y municipios, para compensar los beneficios que distribuye en sectores marginados, todo en un entorno de seguridad y paz dada las eficaces estrategias para desarmar y serenar a bandas del crimen organizado.
Dada la anterior perspectiva, se entiende que el mandatario nacional haya anunciado que distribuirá 25 mil millones de pesos en 50 municipios del país, para que atiendan sus vialidades y que días antes haya dado a conocer que para que las entidades tengan solvencia financiera en tiempos del coronavirus, adelantó la entrega de recursos para salud correspondientes hasta junio.
Por lo visto, anda sobrado de dinero al rebasarse ampliamente las metas de recaudación y de ingresos extraordinarios gracias al buen precio del petróleo, el crecimiento histórico del PIB y al compromiso de los contribuyentes de cumplir a tiempo con sus obligaciones fiscales, por lo que al menos en algunos rubros que fueron excluidos en la formulación del presupuesto federal 2020, han sido incorporados.
En otras palabras, el coronavirus nos hace los mandados y por dinero no quedará la cosa, tanto para salvar vidas con una infraestructura hospitalaria de última generación, especialmente la del IMSS, como para reactivar la actividad económica en cuanto se den las condiciones en un plazo no mayor de un mes, tal como dicen especialistas en la materia.
Es por eso que no se tocan ni con el pétalo de una rosa los tres mil millones de pesos presupuestados para el Tren Maya este 2020, ni los casi 10 mil millones de pesos para la aeropista de Santa Lucía, y mucho menos los casi 42 mil millones de pesos para la refinería Dos Bocas; es más, hasta sobra para tapar baches con 25 mil millones de pesos y hacer un día de campo del combate al COVID19.
Ese mundo color de rosa se revierte en algo mucho más oscuro frente a la realidad que vive México y los mexicanos, donde el resultado de las torpezas e incompetencias, ocurrencias e improvisaciones ante la contingencia epidemiológica, pretende ser ocultado mediante rústicas estrategias distractoras como esa de pretender adelantar la consulta de revocación de mandato e incluso ese anuncio de que 500 millones de pesos serán entregados a cada uno de 50 municipios para que reparen vialidades.
Lo cierto es que el IMSS y el ISSSTE se encuentran en precarias condiciones de operación y aún dedicados exclusivamente a atender casos de contagios, sus nosocomios no están ni medianamente preparados para atender lo que se viene, que de acuerdo a la tendencia de la pandemia en otros países y modelos cuando las instancias de gobierno han sido negligentes, las cosas podrían ser dramáticas.
A excepción de México, en todos los países del mundo se han implementado esquemas de apoyo especial a micros, pequeñas y medianas empresas; sea con financiamientos blandos o mediante la prórroga y condonación de cargas fiscales y el que ello no acurra en nuestro país, es la peor noticia.
Por principio de cuentas, de acuerdo al gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles, miente López Obrador al asegurar que adelantó la entrega de ministraciones hasta junio del presupuesto de salud para los estados y ya hace un par de días que nos enteramos que en Sonora y otras entidades del país ocurre lo mismo, faltando corroborar el dato y omisión con el titular de salud, Enrique Clausen, el secretario de Hacienda, Raúl Navarro Gallegos o con la misma gobernadora Claudia Pavlovich.
Por lo demás y como es natural, causó delirio y felicidad el anuncio que de forma referencial expresa hizo López Obrador respecto a los 500 millones de pesos que derivará al ayuntamiento de Hermosillo para reparar vialidades, superando ampliamente las prospectivas que para ese mismo fin se había planteado con la subasta de casi 10 hectáreas con un costo base de 189 millones de pesos.
Así como causó delirio y felicidad el compromiso presidencial de adquirir los estadios Héctor Espino y Tomás Oroz Gaytán, para que en lugar de centros comerciales se mantuvieran como espacios para la promoción del deporte y la formación de deportistas, excelente que El Cárcamo deportivo aledaño al parque La Sauceda, mantenga la vocación de todos estos años y sin necesidad de deshacerse de ese bien, la comuna capitalina ataque la pandemia de baches que azota desde hace meses a Hermosillo.
Lo de los estadios estuvo muchos meses en el limbo y la fantasía de tales recursos fue de cuentas mochas con un monto de 511 millones de pesos, en el caso del Héctor Espino, muy por debajo de lo estimado al inicio, sin que tengamos idea cuándo se cubrirá lo relativo al Oroz Gaytán.
Como decíamos, hay que tomar previsiones dado que esas circunstancias podrían ser similares a la de esos 500 millones de pesos prometidos para bachear a Hermosillo, ya que una cosa son las necesidades mediáticas del presidente en lo inmediato, que la real disposición de recursos financieros de su gobierno.
Pudieran citarse más, pero con esos antecedentes, pudiera ser suficiente para que la alcaldesa Célida López Cárdenasmantuviera sus reservas y también su dicho respecto a que la subasta de esa superficie solo se pospone toda vez las actuales condiciones de contingencia sanitaria, no vaya ser que pasen los meses y esos 500 millones sigan en el ámbito de la saliva mientras los baches sigan multiplicándose.
Lo mejor de todo sería que de cumplirse ese anuncio mañanero, hasta podría sobrar lana para que dicho espacio reciba una muy buena mano de tigre como espacio para la práctica de deportes y se complemente con una campaña de reforestación, para así también satisfacer las exigencias de algunas voces que cuestionaron esa subasta, como fue el caso del diputado del Partido Verde, Luis Mario Rivera y ecologistas de ocasión, quienes también deberán mantenerse en alerta dada la demostrada capacidad para la mentira y la demagogia del presidente, por lo que no deben descartar que tengan que volver a desenterrar las hachas de guerra.
Como ven, por lo pronto fue dioquis el desgaste y debates mediáticos respecto a la propuesta de subasta de la munícipe capitalina, así como el anuncio de que sería suspendida o pospuesta, por lo que ahora sólo queda el pendiente que la presidencia ponga fecha para la entrega de esos 500 millones de pesos, que de acuerdo a expertos en esos trajines presupuestales fuera del paquete anual del gasto federal, podría llevar un buen tiempo, aunque a lo mejor, menos tiempo que el de un trámite de subasta.
Y no, no le vamos a entrar a la referencia que hiciera la alcaldesa sobre cómo en el pasado el Estado y el ayuntamiento perdieron patrimonio inmobiliario, porque sería entrar en asuntos donde se vieron inmiscuidos sus entonces compañeros de partido en el PAN principalmente.
Otra cosa es que se adjudique esa dotación millonaria para Hermosillo a nuestro amigo y jefe de ayudantes y de seguridad del presidente, Octavio Almada Palafox, influencia que se reconocería hasta la estratósfera, porque no cualquiera a partir de una necesidad y circunstancia tan local como es ese espacio capitalino, puede conseguir no sólo 500 millones de pesos para evitar una subasta, si no 25 mil millones de pesos para 49 municipios del resto del país.
Por cierto, Almada Palafox dejó de enviarnos los diversos resúmenes diarios de la actividad presidencial, sin que tengamos idea de las razones.
Mientras tanto, Sonora mantiene el liderazgo en materia de prevención y en la aplicación de estrategias para evitar la expansión de la pandemia, así como en las metodologías de seguimiento de contactos de quienes han resultado contagiados, que de mantenerse la actúa tendencia con la solidaridad de todos, podríamos ser parte de todo un ejemplo nacional que ya comienza a ser imitado.
La gobernadora ataca desde todos los frentes, porque así como ante hechos consumados el sector salud hace su tarea, la secretaría de Seguridad Pública trae un esquema de coordinación y colaboración con autoridades municipales para una aplicación más efectiva y sin aspavientos de las restricciones de movilidad con el fin de sacar a la gente de las calles.
Rubro muy importante es el Programa de Seguridad Alimentaria operado por la Secretaría de Desarrollo Social de Sonora, Manuel Puebla, quien este martes dio el banderazo de salida a unidades de transporte para el traslado de varias toneladas de productos de la canasta básica que ya son distribuidos a miles de familias en condiciones de vulnerabilidad en diversos municipios de la entidad.
De destacarse la participación solidaria de empresas transportistas como Alsua, Heineken, Transportes Pitic, Agrofesa y Aphym, cuyas unidades partieron desde Hermosillo hacia Navojoa, Cajeme, San Luis Río Colorado, Puerto Peñasco, Nogales, Guaymas, Caborca, Agua Prieta, Magdalena, Álamos, Huatabampo y Etchojoa, con la carga alimenticia de 50 productos de la canasta básica.
De la misma forma en el terreno educativo no se descuida nada, ya que este lunes 30 de abril se reinician las clases en línea para Educación Básica, de acuerdo al calendario que estableció la Secretaría de Educación Pública y en plena observancia a la estrategia “Quédate en Casa”, a través de redes sociales de la SEC, el portal web www.yoremia.gob.mx, y el canal Telemax.
