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Nadie más que Andrés Manuel López Obrador puede ser el mejor ejemplo para protagonizar el conocido dicho popular mexicano “No es lo mismo ser borracho que cantinero”, para exhibir los marcados contrastes entre el opositor irresponsable y parlachín de antes, y el hoy timorato y pusilánime en el cumplimiento de sus compromisos y lo que fueron sus posicionamientos de vida.

Así las cosas, mucho ha cambiado aquel pendenciero lengua suelta, quien frente a una barra de cantina despotricaba contra todo y contra todos y que ahora ahora como encargado de servir bebidas, ha renunciado a todos los rubros que marcaron sus compulsivas ansias etílicas y obligado a sus propagandísticos a aprender vistosas maromas para justificar su contradictoria conducta.

Las otrora benditas redes sociales se convirtieron en malditas al documentar de forma irrefutable como ha cambiado aquel borracho luego que el voto popular lo llevara a la posición opuesta, resultando en una vulgar engañifa sus planteamientos más importantes con los que sedujo la voluntad del electorado.

Se requerirían varios Entretelones para abordar todas sus actuales incongruencias de lo que antes de ser presidente posicionaba como opiniones irreductibles y lo que ahora hace y dice ya instalado en Palacio Nacional, sea en materia económica, energética, política y sectores sociales, y particularmente respecto a las relaciones del gobierno de México con el de Estados Unidos.

El muro fronterizo, obra insigne de Trump

En este último tema siempre fue particularmente puntilloso a partir de un discurso patriotero y retador ante el endurecimiento de políticas antiinmigrante y discurso racista y denigrante, que desde su campaña y ahora como presidente ha defecado Donald Trump e incluso hasta un libro le escribieron, en el que con el título “Oye Trump”, pontificaba respecto a lo que debería hacer un presidente de México frente a los agravios del vecino del norte.

Ya de cantinero quedó en el olvido su conducta pendenciera y valentona para convertirse en un cordero que incluso llega a la lambisconería y a la servidumbre, ya que sus conocidas limitaciones intelectuales le impiden encontrar ese término medio con el que pueda ostentar con dignidad su investidura y salvaguardar la soberanía nacional frente al avasallante poder vecino.

Pues no, porque desde su creación, buena parte de la famosa Guardia Nacional se ha constituido en un primer muro y así satisfacer las exigencias del gobierno de Estados Unidos para que sea México el responsable de contener la ola migrante desde Centroamérica, mientras se destinan millonarios recursos para continuar con la construcción del muro y se endurece el trato de mexicanos que cruzan la frontera, además del racismo gubernamental que sufren los connacionales que viven en ese país.

Sabe de dónde sacó López Obrador que Trump ha cambiado y que en los últimos meses otorga un buen trato a México y a los mexicanos, cuando es ampliamente conocido el trato inhumano que se da a mexicanos detenidos por la patrulla fronteriza, particularmente a menores de edad, que nacidos allá son separados de sus padres porque éstos no son residentes legales.

Miles de “Dreamers” de origen mexicano en riesgo de deportación

Sabe de dónde saca el presidente de México esa buena voluntad de su homólogo gringo, cuando a pesar de un fallo favorable de la Suprema Corte, siguen corriendo el riesgo de deportación más de 700 mil jóvenes acogidos por el programa Acción Diferida para llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés), los llamados “Dreamers” y que son en su mayoría de origen mexicano.

En esas condiciones nuestro presidente decidió atender el citatorio girado por Trump para sostener este martes una reunión “de Estado”, lo que para muchos no es otra cosa que darle la espalda a millones de mexicanos por los dichos racistas de ese sujeto que aspira a la reelección en noviembre próximo y el de Tabasco es utilizado con la pretensión de seducir el voto hispano en ese país.

Independientemente a todo lo anterior, obvio que el discurso del presidente mexicano se parece mucho al del gringo y a la inversa, destacando sus coincidencias respecto a su relación con medios de comunicación, ya que ambos son dados a culpar de todo lo malo que ocurre a periódicos, columnistas, así como a sostener enfrentamientos públicos con ellos, además de ser igual de gesticulantes y de recurrir a lenguaje grandilocuente y populista.

Dichas coincidencias los hacen afines, pero no debería de representar subordinación de parte del nuestro, quien tampoco debería de prestarse a ser instrumento electoral con una visita insustancial de origen, ya que el pretexto, la firma del TECMED ya está concretada, en tanto que persiste el agravio del reiterado señalamiento de Trump de que los mexicanos que van a Estados Unidos llevan drogas, son criminales y violadores.

Niños mexicanos en corrales de la migra, lo que no ve López

En el contexto internacional, nada buena la percepción que deja el gobierno mexicano ya que mientras la mayoría de los países del mundo le hacen vacío al empresario inquilino de la Casa Blanca por sus políticas supremacistas y su atrabiliaria política económica exterior y se niegan a ser escalón en su eventual reelección, López Obrador acude a Washington de pinicuchi y despojado de la dignidad, que en verdad creíamos, le quedaba algo por ahí.

Salvo alguna inesperada variante que salve el honor de México, por lo pronto, la reunión López-Trump amenaza con ser histórica, pero no por algún acuerdo novedoso porque como decíamos, el tratado comercial ya está formalmente en vigor, sino por su duración, ya que además del lento balbuceo tradicional del mexicano, estará el trabajo de traducción ya que como se sabe, si bien el hablar español se le da más o menos, del inglés es totalmente ignorante.

Escuchamos a López en su mañanera de este lunes y sorprendente su pachorruda complacencia para justificar su cita con el presidente Trump, cuando los agravios son tan recientes como el ya mencionado en el caso de los Dreamers o también la reciente visita al muro fronterizo entre Sonora y Arizona, además de su racista mensaje de campaña en Scottsdale o el otro rollo clasista y beligerante con motivo del festejo del Día de la Independencia en el Monte Rushmore.

Vamos a dejar ese desnacionalizado tema con conocida la anécdota del presidente de México que va a Estados Unidos a parlamentar con su homólogo de ese país y que mientras espera en el aeropuerto se bolea los zapatos, tarea que implica que le suba el pantalón para no mancharlo.

Contrastes del presidente de México

En eso llega un militar un poco apresurado y le dice que ha llegado el presidente gringo y nuestro presidente sale apresurado aún con los pantalones recogidos, por lo que el militar le espeta -Señor presidente, ¡bájese los pantalones! Y el presidente contesta: ¿de plano estamos tan jodidos?, a la vez que se desabrocha el cinturón.

En esta visita presidencial a la Casa Blanca, todo indica que López Obrador no va con los pantalones recogidos porque se dio una boleada, sino que va con los pantalones y demás prendas interiores bien abajo, a hacer el pago correspondiente por el reciente paro que le hicieron a México en la reunión de representantes de países productores de petróleo.

Ojalá López Obrador no haga uno de sus tradicionales ridículos, pero en fin, la vamos a dejar de ese tamaño, ya que seguramente habrá mucho que escribir a casa en los días siguientes sobre dicho tema, al agotarse nuestras esperanzas que un inesperado positivo de la prueba Covid-19 nos ahorrara vergüenzas internacionales.

Y mientras nada se sabe de los 500 millones de pesos que la Sedatu aplicará para obras de infraestructura urbana y pavimentación en Hermosillo, vea Usted que en San Luis Río Colorado el flujo financiero federal es constante, lo cual permite al alcalde Santos González Yescas dar frecuentes buenas noticias a esa comunidad.

Santos González Yescas

Hace unos días el munícipe presentó los avances tan notables que presentan las obras del Parque Nuevo San Luis que beneficiará a habitantes de sectores marginados y este lunes concluyó con la pavimentación importante, obra que incluyóbanquetas, drenaje, iluminación, vegetación, señalización horizontal y vertical.

Pues sí, algo debe estar haciendo bien el munícipe sanluisino, ya que en el asunto más delicado de estos tiempos, la pandemia del Coronavirus, en los últimos siete días en esa frontera se han presentado 89 nuevos contagios y cinco decesos, datos menores si se comparan con los 39 fallecimientos y mil 519 casos que reportan de Hermosillo o los 46 muertos y 308 nuevos contagios de Cajeme.

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