Este domingo podría resultar funesto para el sector de la sociedad más querido, más idolatrado y más respetado del universo, ya que, en un timing nada oportuno, en plena fase 3 de la pandemia por el COVID-19, llega el 10 de mayo, el Día de las Madres.
Somos tradicionalistas y así como por una tradición en Semana Santa hubo tumultos y aglomeraciones para acompañar rituales de fariseos y los fines de semana persisten las celebraciones con cualquier pretexto, no será distinto en la fecha más tradicional de todas para así acompañar a las seres dadoras de vida, incluidas a las ya fallecidas.
Pues esa tradición podría ser mortal para las que están con vida, en tanto que las ya fenecidas, podrían ser causa de enfermedad y muerte para sus deudos que acudan en bola a rendirles honores en panteones, cementerios y camposantos.
El amor filial en tiempos del Coronavirus está en pausa para quienes habitan casas distintas a la de sus progenitores y familiares y así debe seguir con el fin de cuidar al máximo al objeto de los amores de hijos, hijas, nietos, bisnietos y demás, porque como se sabe, nuestras madres y abuelas, por lo general están en el costal de alto riesgo frente al malparido virus de referencia.
El Día del Niño derivó en tumultos para comprar pizzas y no se descarta que con mayor razón ocurra peor el día de las Madres, por lo que hacen bien autoridades municipales el haber ya dado a conocer que estarán cerrados cementerios, panteones y camposantos, aunque difícilmente podrán hacer algo para evitar reuniones familiares en donde la que más se friega es la mamá para atender a quienes fueron a felicitarla y que por lo regular llegan con hambre.
Algo especial deberán hacer las autoridades para arraigar en la conciencia de la gente la importancia de postergar las demostraciones físicas de amor a sus progenitoras y evitar así que sean transmisores de esa enfermedad que principalmente mata a personas de la tercera edad, aunque pareciera ser que gradualmente deja de discriminar.
La verdad es que luce difícil, ya que a pesar de tantos llamados y convocatorias a la prudencia y a la responsabilidad y solidaridad social, ya ven que se siguen presentando largas colas para satisfacer antojos tan banales como tomar cerveza y cosas así, cuando al titular de salud, Enrique Clausen y a Gerardo Álvarez Hernández, director general de Promoción a la Salud y Prevención de Enfermedades, ya se les enchuecó la boca de tanto insistir de acatar medidas de aislamiento.
Sonora atraviesa por la etapa más peligrosa, que en el caso de Hermosillo con sus 121 contagios, va que vuela para que en pocos días rebase los 173 casos que registra San Luis Río Colorado, a pesar de los denodados esfuerzos de la autoridad municipal para evitarlo, que incluyó la famosa participación artística de la alcaldesa Célida López Cárdenas y mucho habla de los capitalinos el que ni con esa manifestación vernácula hayan sido disuadidos.
Dicha tendencia a la relajación, obliga a medidas radicales para que al menos el Día de las Madres y este fin de semana, se eviten celebraciones o conglomeraciones de personas, en torno a ellas, con el fin de cuidarlas y darles y darnos la oportunidad de seguir amándolas en vida, que ya después podremos hacerlo mediante apapachos.
Por lo demás, en serio le va mal al subsecretario de Salud Federal, Hugo López Gatell, quien a pesar del estribillo presidencial respecto a que no está solo, de todas formas se mantiene en el centro de la diana, posición riesgosa que se potencia luego de autodesmentidos, correcciones de un día para otro; su confusa aritmética y desconocidos algoritmos, así como jaladas y contradictorias declaraciones todo con el fin de adecuar el proceso de la pandemia a las necesidades mediáticas del presidente.
De llamar la atención esa nueva faceta de oportunista que exhibió el tan publicitado funcionario federal el miércoles pasado, cuando desfachatadamente adjudicó a sus “intervenciones” los buenos resultados y la tendencia bajo control de la pandemia en los Estados de Jalisco y Nuevo León, particularmente en sus populosas capitales, cuando por ser hace poco tiempo, él fue uno de los mayores críticos de las estrategias implementadas para restringir la movilidad de personas, suspender clases, entre otras.
No mencionó a Sonora, en donde también, 15 días antes de arrancar la famosa Jornada Nacional de Sana Distancia la gobernadora Claudia Pavlovich decretó diversas medidas para proteger la salud y vida de los sonorenses, junto a determinaciones de autoridades de distintos municipios que también fueron objeto de descalificaciones por presuntos constitucionalistas.
Pues será el sereno, porque contrario a los cuestionamientos de López Gatell, sus corifeos y huizacheros, dichas decisiones permiten que por lo pronto en Sonora los registros de la pandemia sean notablemente menores respecto a sus Estados vecinos.
O sea, López Gatell no está en posición de alardear resultados de estrategias que en principio dijo que eran equivocadas, inoportunas y sin sentido y en todo caso debería de preocuparse en buscar alguna explicación del porqué al imponer sus negligentes directrices, en la Ciudad de México y área conurbada del Estado de México, se registra acelerada expansión de los contagios y es con mucho la región más afectada del país.
Y que tampoco salga el presidente López Obrador a jactarse de como es que en estados como Sonora, Jalisco o Nuevo León se ha logrado contener y demorar el avance del virus, ya que es insistente su discurso pueril y falaz respecto a que gracias a la disciplina y responsabilidad del pueblo bueno y feliz, se han acatado las restricciones de movilidad, sin necesidad de medidas contrarias a las garantías individuales, sino que han sido por la vía voluntaria.
Pues los resultados están a la vista, con un sistema hospitalario al punto del colapso en el centro del país y con expectativas nada favorables en el mediano y corto plazo, e igual ocurre en Estados como Baja California y Sinaloa, entidades que por cierto, por mera coincidencia fueron visitadas el último fin de semana de marzo pasado por López Obrador y que como San Luis Río Colorado, registran alto nivel de contagios.
Por otra parte, la que este jueves tuvo mejor día que el miércoles, es la alcaldesa de Navojoa, Rosario Quintero Borbón, ya que con motivo de la pandemia y las difíciles condiciones para sesionar, integrantes de la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales del Congreso del Estado, acordaron aplazar para el 31 de mayo, el proceso de juicio político radicado en su contra a solicitud de regidores del PAN, PT y de MORENA.
Como se sabe, el martes y miércoles fue de locura para esa extraña señora, ya que a alguien se le ocurrió divulgar su número de celular como enlace para la adquisición de cerveza, así que ustedes sabrán como le fue, aunque este jueves pueda encontrar espacios para respirar aliviada luego del acuerdo de los integrantes de la comisión dictaminadora que preside Jesús Alonso Montes Piña, quien dicho sea de paso, se hizo la prueba Covid-19 dado que familiares cercanos forman parte de la estadística como casos en San Luis Río Colorado.
El diputado del PES asegura que se siente como chavalo de 18 años y que seguramente dará negativo, pero por lo pronto sigue haciendo la chamba que demanda una de las comisiones más importantes de la estructura de trabajo del Poder Legislativo de Sonora.
Con cuarentena o sin cuarentena, las cosas siguen más o menos igual por esos rumbos o sea, sin variantes significativos respecto a las limitadas capacidades intelectuales de no pocos representantes populares, que en esta ocasión hace destacar a la diputada Miroslava Luján López, quien en la comparecencia del ya mentado Secretario de Salud le reclamó por la falta de vacunas contra el Covid-19 y exigió de dicho insumo cuanto antes para atender exigencias de los habitantes del distrito 8, Hermosillo Noroeste. Eso dijo, aunque Usted no lo crea, y es de MORENA, aunque Usted sí lo crea.
Y respecto a las mañaneras del presidente López Obrador, ninguna novedad porque buena parte de esa enfadosa comparecencia la ocupó para vomitar sus reiteradas catilinarias clasistas, excluyentes y sectarias, y para bailotear la danza de los millones que distribuye para que las clases más vulnerables enfrenten la contingencia sanitaria, así como entre microempresarios y lo hace como si los pichicatos apoyos que reparte fueran a durar toda la vida.
