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Varios días de asueto en nuestro solar nativo nos dejan percepciones marcadas de lo que ocurre en la región de Yécora, donde permean el olvido, la ausencia de autoridad y el temor a veces construido sobre bases ficticias, para efectos de la gente decente de esa región, que es la inmensa mayoría.

Sin discusión que esa parte de Sonora reúne condiciones geográficas únicas, con un clima excepcional la mayor parte del año, además de ofrecer espectacular panorama con su flora de montaña y alternativas de observación de fauna no típica de otras partes de la entidad.

Dadas dichas características y contrario a lo que pudiera pensarse, Yécora y sus diversas comunidades padecen de rezagos ancestrales y si bien poco a poco se avanza en conectividad y servicios en materia de comunicación, la mayoría de sus habitantes tienen complicado acceso a muchos factores que mejoran la calidad de vida.

Resulta contradictorio que un polo turístico de tal dimensión sea desperdiciado dado el círculo vicioso que representa la disputa territorial de bandas del crimen organizado, la falta de suficiente autoridad de instancias de gobierno para limitar y disuadir dicha presencia y el destierro de visitantes por el pésimo efecto mediático que derivan esporádicos hechos de violencia.

Evodio Valenzuela Lucero

Podemos asegurar, que salvo alguna excepción, los riesgos son mínimos para los ciudadanos comunes y corrientes que viven en esa región y/o turistas y que en todo caso, dichos riesgos son los mismos que se corren en cualquier destino turístico de Sonora y de México, siendo el mayor el de las carreteras, en donde urge acabe la ausencia de autoridad y de acciones de gobierno.

Tenemos la impresión que la presencia masiva de visitantes obligaría a que el gobierno le metiera más ganas en materia de seguridad y servicios públicos y así ser factores importantes para desplazar la presencia de mañosos que se mueven por esos rumbos, cuyo mayor riesgo que enfrentan son bandas rivales, no la gente decente que abunda en la región ni la escuálida presencia militar o de agentes policiacos estatales o municipales.

Un gran avance para el desarrollo regional fue la conclusión del tramo carretero San Nicolás-Yécora por allá a fines de los años 80 que redujo sustancialmente los tiempos de traslado al Estado de Chihuahua, así como también el mejoramiento y permanente mantenimiento que se le da a la carretera Yécora-Mulatos, que si bien no está pavimentada se transita sin mayores dificultades, además de la chulada de viajar por la ruta faldeando la montaña que lleva a comunidades como Güisamopa-Arivechi-Sahuaripa, esta sí pavimentada.

El actual alcalde Evodio Valenzuela Lucero ha realizado meritoria gestión en dicha comunidad aprovechando la abierta disponibilidad de la gobernadora Claudia Pavlovich para atacar rezagos en materia de salud, educación y atención a comunidades indígenas y es de esperarse que la próxima presidenta municipal, Yadira Espinoza siga por esa ruta, añadiendo a esa agenda la seguridad pública con más presencia de policías estatales y elementos militares.

Yadira Espinoza

Pero mientras tanto, la mala fama afecta a dicha región ahuyentando y limitando el flujo de visitantes, cuando podríamos asegurar que al menos en esta temporada de lluvias y lo tupido del bosque, los mayores riesgos que enfrentaría cualquier visitante-explorador, son los derrumbes de piedras sobre la carretera a partir del puente sobre el río Yaqui o acá más cerca, en la Barranca delante de San Javier, así como la eventual presencia de serpientes, jabalíes o incluso un puma.

Por cierto, excelente el estado de la cinta de rodamiento de toda esa carretera, lo cual habla bien de la gestión del director del Centro SCT-Sonora, Javier Hernández Armenta, aunque luego de los torrenciales aguaceros de los últimos días, lo obligan a acelerar trabajos de limpieza de rocas y de árboles que hacen de la travesía una odisea.

Por lo pronto, ocho días fueron un suspiro para este yecoreño que se remontó bien adentro de esa serranía, donde a pesar del aislamiento natural, se puede acceder a servicios de conectividad telefónica y de internet con solo caminar y subir durante más o menos hora y media a una “montañita” cercana, además de las facilidades que brindan paneles solares, así como disfrutar de televisión satelital si es que el cansancio del trajinar cotidiano lo permite.

En fin, romper con el círculo vicioso del olvido, la ausencia de autoridad y el temor, podría lograrse mediante la promoción intensiva de ese polo turístico subutilizado y desperdiciado. Los habitantes de esa bella región de Sonora les estarán muy agradecidos y quienes la visiten, también.

Javier Hernández Armenta

Pues ya estamos de regreso con las pilas bien cargadas, cuando se supone que a partir del martes se normaliza el ámbito gubernamental al concluir las vacaciones de la burocracia en el marco del ya cercano relevo de autoridades municipales y del Poder Legislativo, así como cambios de titulares en distintas áreas del Poder Ejecutivo, de acuerdo al adelanto que dio la misma gobernadora.

Respecto a los citados cambios en el gabinete, tenemos una docena de listas de salientes y eventuales entrantes, pero la verdad es que si bien en algunos casos parecieran lógicos los movimientos, por lo regular permean buenos y malos deseos, ambiciones a veces desbocadas, fobias y demás sentimientos no relacionados con las necesidades del perfil para tal o cual responsabilidad.

Desde esa perspectiva, no vamos a entrarle al manoseo de nombres a no ser que podamos acceder a información confiable a través de fuentes ídem y la neta es que conociendo a la que manda, ella sería el conducto más adecuado por ser ella la que tomará las decisiones.

Miren, a ojo de buen cubero luce indiscutible que dichos cambios son obligados frente a la nueva correlación de las fuerzas políticas que derivaron del resultado de la pasada elección y si a la mitad del cambio por lo regular se hacen esos ajustes, ahora con mayor razón.

Más enredado el caso de esta señora de Puerto Peñasco, que como alcaldesa electa de Hermosillo integró a una junta de notables para que decidan quienes ocuparán la Secretaría de Seguridad Pública, Tesorero, Contralor, Oficial Mayor y Director de Obras Públicas, que por los perfiles de los seleccionadores, podría adelantarse que el PAN de Guillermo Padrés vuelve por sus fueros en el municipio capitalino.

Célida López

Por su condición de política mostrenca por su reciente deserción del blanquiazul y su oportunista conversión al morenismo, Célida López perfila una administración municipal elitista y ajena al interés de quienes votaron por ella e incluso ajena a las bases ideológicas del partido que la postuló y que sin esa marca hubiera quedado en lejano cuarto lugar.

Sin relaciones con sectores liberales y progresistas que sustentan la columna vertebral de MORENA en Hermosillo y más bien ligada con la extrema derecha regional, habrá que ver qué sale de su propuesta de ceder facultades de ley a un grupo de notables íntimamente ligados a los intereses del dinero y reconocidos críticos de café y de oportunistas y todólogos, cuyas únicas aportaciones a la sociedad son opinar en espacios radiofónicos.

Es cuestión de revisar los perfiles de ese grupo elite: Alejandra Millán, Antonio Díaz, Roberto Sitten Ayala, Arturo Díaz Monge, Norberto Larrinaga, Saúl Rojo, Servando Carvajal, Daniel Sánchez, Daniel Baranzini, Alejandro Félix, Alfredo Gómez, Enrique Tapia, Gabriel Elías, Raúl Hernández, Ignacio Peinado, Juan Poom, José Ángel Hernández, Delfín Ruibal, José Díaz Quintanar, Javier Sánchez, Ernesto Urbina y Mario Abeytia.

No hay que descartar que en seguridad pública quede Manuel Emilio Hoyos y así pueda demostrar su sapiencia en dicha materia, así como podría ser que Ignacio Peinado sea el próximo director de Agua de Hermosillo o de la eventual dirección de transporte, quedando reservada la tesorería para Teresa Lizárraga; oficialía mayor para David Galván y para obras públicas a su esposo, de ella, no de Galván, quien como se sabe tiene sobrada experiencia en dichos menesteres.

A propósito de panistas, vaya la benevolencia del nuevo sistema de justicia penal, ya que con solo restituir el daño causado por sus delitos, Juan Bautista Valencia, Miguel Méndez y Enrique Terrazas, quedaron en libertad.

Pedro Pablo Chirinos

Se entienden las explicaciones que dio el fiscal de delitos electorales Pedro Pablo Chirinos, pero no deja de ser chocante el que en sólo medidas cautelares nimias quede la desviación millonaria de cuotas de militantes del blanquiazul aplicadas de forma ilegal en el proceso electoral del 2015.

Como sea, sugerente el caso de Terrazas, quien quedó fuera de la polla de los cinco millones de fianza restitutiva del daño que cubrieron Valencia y Méndez, dado que se ofreció a aportar elementos sustantivos para dar con el destino de 96 millones de pesos también sustraídos de las finanzas del gobierno estatal y producto de la aportación de cuotas de militantes del PAN que laboraban en la administración padrecista.

 

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