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Si bien en las grandes urbes del mundo ha sido posible aplicar condiciones estrictas de cuarentena para contener la expansión de la pandemia del CODIV19, luce sumamente complicado que ocurra lo mismo en ciudades mexicanas, si las medidas de autoprotección no son asumidas por la misma gente.

Ya entrando en la fase dos y con crecimiento exponencial de contagios inminente, sorprendente la relajada conducta de miles de ciudadanos que siguen desplazándose en la vía pública, centros comerciales y promoviendo reuniones como si no pasara nada, aunque eso sí, muchos resguardándose detrás de cubrebocas.

A pesar del decreto de la gobernadora Claudia Pavlovich; de la tendencia al alza de contagios que todos los días da a conocer el titular de salud, Enrique Clausen y que por fin el Gobierno Federal haya rectificado de su negligencia criminal y haga llamados enérgicos para que todos nos quedemos en casa, el valemadrismo se sostiene en amplios segmentos de la sociedad.

Enrique Clausen

Y vale destacar que en su mayoría no se trata de gente que vive al día, sino de personas que atestan centros comerciales de alto nivel y se transportan en vehículos, que exigen, no que se les permita mercadear cosas para su manutención diaria, si no mantener abiertos espacios para el ejercicio, para conseguir satisfactores frívolos y cumplir antojos culinarios.

A ojo de buen cubero, no vemos cómo, sin la cooperación y responsabilidad ciudadana, las autoridades de los municipios, del Estado y la Federación, podrían hacer efectivo ese QUÉDATE EN CASA, al menos por las buenas, porque por las malas, resultaría inconcebible que se aplicaran bastonazos o varejonazos a los imprudentes para obligarlos a meterse en sus casas o simplemente detenerlos y aplicar sanciones como elemento disuasivo.

Así se tenga avituallamiento de alimentos y distractores, por supuesto que debe ser sumamente difícil mantenerse en casa para las familias promedio que viven en reducidos espacios, pero el sentido común dicta que cualquier sacrificio vale la pena tratándose de asuntos de vida o muerte y como bien dicen los expertos, la mejor vacuna y salvaguarda de la salud y la vida, es evitar salir del espacio más seguro, el cual sin duda es el domicilio de cada quien.

Ahora es por las buenas, en los siguientes días será por las malas

Pues han sido vehementes esos llamados de parte de Clausen y del ahora ansioso de redención, el subsecretario Hugo López Gatell, quien al igual que el presidente Andrés Manuel López Obrador, de pronto recularon de su sostenido desdén y menosprecio por la peligrosidad del virus y sumaron sus voces para promover restricciones de movilidad básicas.

Aún así, una gran proporción de la ciudadanía no hace caso cuando ya se agotaron las 72 horas previstas por el decreto, entendiéndose el porqué la tarde noche del sábado personal de la Comisión Estatal de Protección Contra Riesgos Sanitarios del Estado de Sonora, inició un operativo especial estatal para sensibilizar a comerciantes de actividades no esenciales, a que procedan con el cierre temporal de sus negocios, como una medida preventiva.

Miren, de acuerdo al protocolo establecido, la medida de cierre se dará a través de tres fases, la primera ya en proceso, consiste en hacer un llamado de atención solicitando de la manera más atenta el cierre del negocio; la segunda será aplicar multa a quien incumpla con esta medida, y la tercera considera el arresto por incumplimiento, o sea, sobre aviso no hay engaño.

De la misma forma, el ayuntamiento de Hermosillo encabezado por Célida López Cárdenas ya se aplica para incentivar a la gente que suspenda temporalmente sus actividades de ocio público para evitar aglomeraciones en parques, áreas deportivas y vialidades, a través de un operativo que incluye recorridos de elementos policiacos y personal de Inspección y vigilancia, así como retenes en las aún concurridas vialidades capitalinas, previéndose también sanciones a los renuentes.

Jorge Vidal Ahumada

Resulta imperativo tomar conciencia, por las buenas o por las malas, respecto a la magnitud de esta amenaza, que al filo del mediodía de este domingo ya ha infectado a casi 700 mil personas en el mundo y ha cobrado la vida de más de 32 mil 100 seres humanos y que en México podría ser la próxima muda de su epicentro, debido a la irresponsable demora en que incurrió el gobierno federal para tomar medidas de prevención, negligencia que ya ha salido muy cara para españoles, italianos e estadounidenses, quienes también apostaron por proteger a la economía.

Desde esa perspectiva, luce irremediable que las actuales restricciones de movilidad en México, Sonora y Hermosillo, serán nimiedades ya que es prácticamente seguro que ya avanzada la fase dos se determine la suspensión del servicio de transporte público; expendios de cerveza y tiendas de conveniencia; se cierren aeropuertos y sobre todo, la frontera con Estados Unidos, dejando en operación lo verdaderamente esencial como lo son servicios de agua y electricidad, comercios y farmacias y se implementará estricto protocolo para efectos de movilidad de personas para adquirir alimentos y medicinas, tal como ocurre en no pocos países europeos y ciudades norteamericanas.

Luce exagerado, pero la magnitud de la amenaza así lo amerita si es que no se quiere que la cifra de defunciones supere los tres ceros y que en dicha estadística se incluya a seres queridos, y así debería ser entendido por esos incrédulos e irresponsables que insisten en mantener la interacción física personal y cercana, en el paseo ocioso y en la promoción de reuniones masivas.

En fin, la situación es sumamente compleja e intimidante, pero cuando se trata de salvar vidas todos debemos poner nuestra parte y esa parte no es otra que quedarnos en casa, que afuera se quedan quienes cumplen tareas esenciales en el campo de la salud y en seguridad pública, porque además a ese ejército de héroes les toca enfrentar los mayores riesgos, que para reducirlos y hacerles el favor de ser más eficaces, debemos quedarnos en casa y evitar ser una carga más en su trabajo.

Irresponsable trato a adultos mayores por la Secretaría de Bienestar

Y para quienes no quieren poner su parte y se niegan a asumir medidas elementales de protección, este domingo el gabinete económico del Gobierno de Sonora, en coordinación con el gabinete de salud, determinaron que ninguna empresa puede ser considerada como de excepción para seguir operando con normalidad y deberán suspender de forma temporal sus labores para que sus empleados puedan cuidar su salud y sus vidas quedándose en casa.

Fue el titular de economía, Jorge Vidal Ahumada quien hizo el anuncio correspondiente al aludir a solicitudes de excepción que habían sido tramitadas, sin citar tampoco a ninguna empresa o empresas en específico, aunque al menos sabemos de una que estuvo resistiéndose de forma evidente en contra de las medidas del decreto de hace tres días: maquilas Tetakawi, que concentra a miles de obreros y obreras en la región de Guaymas y Empalme, propiedad del empresario Félix Tonella Luken.

Pues esa masa humana ya no tendrá que movilizarse de sus casas y podrán guarecerse al menos durante un mes sin perder ingresos ni prestaciones y así ocurre con otras empresas y corporativos de alto nivel de empleos, destacando que en algunos casos, si bien sus directivos no han dado respuestas positivas, las representaciones sindicales han instruido a no acudir a los trabajos.

Por cierto, increíble que mientras que autoridades se esfuerzan en aplicar medidas para proteger a la gente, la delegación de la secretaría de Bienestar en Sonora provoque que cientos de adultos mayoresse aglomeren en oficinas públicas para recoger sus pensiones, como si mil 600 pesos o tres mil 200 pesos valieran la pena frente a lo que les pudiera pasar por ser personas consideradas como las más débiles de la cadena de contagio y así, estupidez más estupidez cometen esos improvisados e incompetentes pregoneros de la 4T

La gobernadora Pavlovich en el evento de López en SLRC

En fin, si no es por las buenas, pues tendrá que ser por las malas y esto aplica para todos, que al menos ya se sumó a esa estrategia el gobierno de López Obrador, desde donde desde hace al menos un par de semanas, se estuvo saboteando los que varios estados del país, entre ellos Sonora, emprendieron para prevenir la expansión rápida de la pandemia.

Contrastante caso el del presidente, quien hace una semana desde una fonda michoacana promovía la distensión y el relajamiento callejero de la gente y ante la cruda realidad que se negaba a reconocer, apenas este sábado pasado decidió convocar al “Quédate en Casa”, luego que pocas horas antes su subsecretario López Gatell lanzara dramático mensaje al describir que se trata de la última oportunidad para evitar una mortandad igual o peor que en países europeos.

Extraño que por la importancia histórica de tal advertencia y estando tanto en juego, haya sido un funcionario de mediano pelo el que haya dado la cara en lugar de un jefe de Estado que se supone es el tabasqueño, quien como se sabe se entretenía en disfrutar del paisaje de la Rumorosa y a despotricar contra la generación de energías limpias y manifestar su enojo porque gigantescos “ventiladores”, generadores de energía utilizando el aire, afeaban ese bucólico paisaje montañoso.

Además, insiste en ser temerario ante la contingencia sanitaria y la alta capacidad de contagio que se le reconoce al coronavirus, con el agregado de que uno de sus invitados especiales de reciente mañanera, el gobernador de Hidalgo, Omar Fayad, anunció que dio positivo al COVID-19, y con ello se desataron diversas especulaciones respecto al estado de salud del presidente y de otros integrantes del gabinete que se reunieron y estuvieron en contacto cercano con ese mandatario estatal.

Los amuletos de López Obrador

También el gobernador de Tabasco, Adán Augusto López informó ser positivo al virus y obviamente en ambos casos se trata de contagio comunitario, ese al que todos los días López Obrador se expone de forma irresponsable sólo por su insaciable ego y ojalá, Dios guarde la hora no le cobre factura, porque sería letal para México que en plena crisis económica y de salud el presidente estuviera postrado, y peor, que durante su inútil visita a San Luis Río Colorado haya contagiado a nuestra gobernadora.

Y la vamos a dejar de este tamaño, no sin antes darle vuelo a un material que encontramos por ahí, titulado “Las Frases de la Pandemia” y que reflejan bastante bien las improvisadas y estrategias al bote pronto que a penas este sábado pasado decidió emprender el gobierno federal para cuidar a la gente.

“Si son ricos tienen riesgo, los pobres estamos inmunes”: Miguel Barbosa, gobernador de Puebla. “Qué les preocupa? Si se mueren van a ver a su Dios”: Fernández Noroña, diputado federal; El presidente es un científico”: John Ackerman; “La gente se cura sola, se contagia, pero no es mortal, la vida sigue y no es necesaria una cuarentena”; “No nos vamos a morir de Coronavirus, nos vamos a morir de hambre”: Ricardo Salinas Pliego, empresario consentido de Palacio Nacional.

De López Gatell son varias: “Es mejor enfermar 100 niños que uno”; “El presidente no tiene fuerza de contagio porque tiene fuerza moral”; “Sería bueno que el presidente se contagiara para que quedara inmune”; “Sólo morirán el dos por ciento de los mexicanos que se contagien”; “Para enfrentar la pandemia, hay que regionalizar por regiones”, entre otras muchas estupideces que dice a diario.

Hasta hace días esta era la promoción de la 4T

Pero nadie le gana a López Obrador en su inagotable desparramo de estulticias: “El escudo contra el coronavirus es la honestidad”; “Detente, el corazón de Jesús está conmigo; “No dejen de besarse y abrazarse”; Salgan a comer con sus familias a fondas y a restaurantes”; “Yo les aviso cuando ya no salgan”; “Me la quería comer a besos”; “He tomado la decisión de bajar el precio de las gasolinas”, y así por el estilo que demuestra que la pandemia los tomó con las manos detrás de la puerta y que no es cierto que desde hace tres meses se preparan para la contingencia.

Si hubieran aprovechado esos tres meses en prepararse, no estuvieran tratando de comprar respiradores mecánicos de último momento; se dispondrían de espacios hospitalarios emergentes, suficiente personal sanitario, así como equipamiento para su protección, y sobre todo, hubieran emprendido desde hace al menos 20 días las acciones que apenas el sábado fueron anunciadas.

En resumen, el gobierno mexicano no se preparó para prevenir la expansión del contagio y como consecuencia anunció el Plan Marina y el Plan DN III, para atender las consecuencias de esa falta de previsiones.

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