Vestido impecable con trajes hechos a la medida o con camisas orladas con finos tejidos; movilizado en lujosas camionetas y viviendo en un palacio, ahora resulta que el presidente Andrés Manuel López Obrador llama a los mexicanos a sustraerse de la legítima aspiración de mejorar la calidad de vida y que se conformen con solo tener zapatos y ropa qué ponerse y a lo más, poseer un auto modesto.
“Ya pasaron los tiempos de lujos”, expresó desde su púlpito mañanero, en una más de sus cotidianas catilinarias que exhiben sus taras mentales y su distorsionada e ignorante percepción de la realidad, para de esta forma acabar con las dudas respecto a los porqués del tobogán sobre el que se desliza México desde diciembre del 2018 y que de acuerdo a todos los pronósticos, seguramente en poco tiempo tocará fondo.
Qué lamentable, qué vergüenza en lo que se vino a convertir López Obrador; que peligroso para los mexicanos que estemos sujetos a ocurrencias nacidas de obsesiones enfermizas; qué incertidumbre genera su desbocado autoritarismo que a nombre de la democracia y la libertad se atreve a denigrar a quien se le ponga enfrente y todo sea en aras de objetivos sectarios y excluyentes.
Bien nos decían la otra vez que ya López Obrador permitió salir de dudas respecto a lo que haría como presidente y evitar así que al paso de los años se recurriera a los “que hubiera pasado” y esto y lo otro de no conseguir su obsesión de ser presidente de este país, experiencia catastrófica que bien pudo evitarse si la mayoría de los mexicanos hubieran decidido quedarse con las dudas en lugar de dejarse llevar hasta el actual callejón sin salida.
Miren, por lo regular en este espacio procuramos privilegiar los temas locales como arranque del despacho diario, pero en un lunes donde ni las gallinas ponen, decidimos iniciar con un tema que además de ser nacional, es de alto impacto para la ya de por sí deteriorada imagen de López Obrador con todo y su consuetudinaria capacidad para recular o ir a contracorriente de propósitos largamente publicitados y que obviamente tenían fines de seducción y engaño.
Pues contrario a sus vocingleras consignas en contra de la participación del Ejército Mexicano y la Marina Nacional en la lucha contra el narcotráfico y de sus exigencias para que fueran regresados a sus cuarteles, este lunes se publicó su decreto que ordena que ambas ramas de nuestras fuerzas armadas a participar “de manera extraordinaria, regulada, fiscalizada subordinada y complementaria con la Guardia Nacional en las funciones de seguridad pública”, hasta el 27 de marzo de 2024.
Esa decisión no es otra cosa que militarizar la vida pública de este país y demostración evidente que a pesar de tantos discursos y declaraciones, la Guardia Nacional de reciente creación no ha dado avances sustantivos en su integración ni en su operatividad, por lo que se obliga a las fuerzas armadas permanentes a hacerse cargo de las tareas que se le habían asignado en apoyo a autoridades civiles.
El colmo es que, de acuerdo al contenido del decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación este lunes, este muchacho sonorense, Alfonso Durazo Montaño, secretario de Seguridad Pública Federal, en términos reales tendrá una jerarquía superior que los titulares de la SEDENA, Luis Cresencio Sandoval González, y de la SEMAR, José Rafael Ojeda Durán, dada la subordinación mandatada.
Dicha subordinación del Ejército y la Marina a la Guardia Nacional se justifica dada la necesidad de “complementar el marco legal de la Guardia Nacional, durante el periodo en el que esta nueva corporación de seguridad pública desarrolla su propia estructura, capacidad e implementación territorial” y tendrá vigencia hasta marzo del 2024.
O sea, todo lo dicho a partir del 2007 cuando Felipe Calderón incorporó a las fuerzas armadas a la lucha contra bandas del crimen organizado; todos aquellos discursos y declaraciones que exigían el regreso del ejército y la marina a sus cuarteles; todas aquellas pontificaciones respecto a la dignidad militar y que el fuego no se combatía con el fuego; que sacar a las calles a la milicia eran principios de fascismo y todo lo demás, quedó en todo lo contrario.
Para acabarla de fregar, según los términos del decreto firmado por el dictadorzuelo en ciernes, en cuanto a los gastos y costos que requiera la operación del Ejército y la Marina, así como de la Guardia Nacional en las calles, señala que deberán cubrirse con cargo “al presupuesto aprobado a la dependencia que reciba el apoyo, para el presente ejercicio fiscal y los subsecuentes”, o sea, con cargo a Estados y Municipios, sin que sepamos aún cuál es la opinión al respecto de la gobernadora Claudia Pavlovich o de alcaldesas y alcaldes.
Es pública y notoria la fallida militarización de mandos policiacos en algunos municipios de la entidad, que a lo mejor con marinos y soldados en las calles ahora sí hacen su chamba, aunque eso estaría por verse dadas las últimas novedades que dejan saber de militares entrenando a narcos en la región de Yécora o guardias nacionales exigiendo lana a narcomenudista en Ciudad Obregón para dejarlo chambear, entre otras curiosidades que con la militarización tenderán a generalizarse, porque así ocurre siempre en donde se ha optado por tal estrategia.
A ver con qué salen esa bola de arrastrados que de críticos de la militarización del país y activistas en contra del estado policiaco, ahora tendrán que comer mierda y sapos dada su incondicionalidad ignorante a quien seguramente los obligará a dar nuevas maromas y espectaculares giros mortales para justificar esa nueva bazofia de la 4T, cuando lo que deberían hacer es reconocer que López Obrador les tomó el pelo y que ni más ni menos es el mayor fracaso de la historia de este país.
Aunque para maromear no tendrán problema, porque ya ven como han aceptado como positivo la histórica caída del PIB y el decremento de la economía del país; la corrupción de la aristocracia que rodea a López Obrador, la ineficiencia y quiebra de PEMEX, la incompetencia y torpeza que caracteriza al gabinete federal; la negligencia criminal para atender la pandemia por el Covid-19 o sea todo a la inversa de lo prometido.
Este lunes no fue un buen día para López Obrador, que en primera instancia están las lapidarias reacciones por sus estupideces en la mañanera al pretender que los mexicanos renunciemos a nuestras legítimas aspiraciones por mejorar nuestra calidad de vida y que nos conformemos con tener un par de zapatos y ropa para vestir o a lo sumo un modesto automóvil porque lo demás son lujos, mientras él y su familia feliz vive rodeado de riquezas, en un palacio y se mueve en lujosas camionetas.
También le fue muy mal con prácticamente todas las asociaciones de profesionales de las distintas ramas de la medicina luego de sus vituperios y si bien trató de defenderse y alegar que sus tonterías fueron sacadas de contexto, ratificó sus dichos en contra de médicos y médicas.
Y luego está el resolutivo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que de forma unánime dejó sin efecto a la llamada Ley Bonilla con la que el gobernador de Baja California, Jaime Bonilla pretendía extender hasta cinco años su gestión cuando el electorado lo eligió para un ejercicio de dos años.
Sonoro el fracaso de una intentona de costo millonario en dólares para el magnate y más sonoro el fracaso político de la 4T y MORENA como promotores de una aberración constitucional y que en su momento fue apoyada y defendida con todo por la presunta más constitucionalista de todos, la titular de la SEGOB, Olga Sánchez Cordero, aunque ahora se eche maromas para decir lo contrario.
El resolutivo fue unánime y es definitivo y ahora a esperar a esos maromeros morenistas e incluso las de prominentes personajes del PAN en Baja California que se prestaron a ese atentado en contra de la democracia y que según dichos, recibieron fuertes sumas de dinero a cambio del apoyo al gobernador y de los votos a favor de la reforma a la constitución de dicho estado.
Por lo demás, no podía ser de otra forma, porque como era de esperarse, en las últimas encuestasde México Elije y Massive Caller, la gobernadora Claudia Pavlovich ocupa el primer lugar a nivel nacional sobre el buen manejo y gestión ante la crisis sanitaria por la pandemia del Covid-19 al ser aprobada por el 84.9 de los entrevistados, dejando muy atrás por ejemplo a López Obrador que resultó reprobado con una calificación de apenas 52.5, en tanto en términos generales, la mandataria sonorense también aparece a la cabeza con una calificación de 68.4.
Y más que liderar a los gobernadores del país, los más importante que ha hecho la mandataria sonorense durante estas largas semana de emergencia sanitaria, es que con sus oportunas y estratégicas decisiones ha salvado vidas de sonorenses y cuidado la salud de muchos más y por supuesto que esperamos siga con dicha certeza y efectividad.
