Pues la verdad mejor ni debieron desplegar el esfuerzo informativo respecto a lo ocurrido en Culiacán el pasado 17 de octubre, porque el Estado Mexicano, sólo ratificó sus debilidades logístico-operativas y de organización en la fallida intentona por detener a Ovidio Guzmán López.
Las kilométricas exposiciones del presidente Andrés Manuel López Obrador con todo y su obsesión de culpar a medios de comunicación de sus desbarres, así como la del titular de Seguridad Pública Federal, Alfonso Durazo Montaño, sólo fueron una réplica que como disco rayado reiteraron respecto a las buenas intenciones y buenos propósitos con que se pretende combatir y derrotar a bandas del crimen organizado.
Un bla, bla, bla que ya de plano resulta un sonsonete y que de tanto escucharlo a lo largo de los últimos 10 meses, genera creciente incredulidad ciudadana a la luz de las estadísticas que señalan, que lejos de aminorar, las fatalidades por la confrontación entre bandas del narco y de éstas con autoridades de gobierno es creciente, en tanto que notoriamente a la baja aparecen detenciones y decomisos de droga.
Tocó al secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, la ingrata tarea de desmentir al menos seis versiones distintas de lo acontecido; incorporar nuevas variantes y dejar notables vacíos e incurrir en graves omisiones y sobre todo, reconocer lo que resulta imposible ocultar: la improvisación; la falta de previsiones; graves errores de cálculo de la fuerza organizativa y capacidad de respuesta de la fuerza paramilitar al servicio de los hijos de Joaquín Guzmán Loera.
De plano vamos a obviar el desgastado chorizo y salivero presidencial respecto a sus fantasías con que pretender pacificar al país y de Durazo Montaño sólo nos queda reconocer sus reconocidas habilidades para la retórica con las que tiende a justificar sus incompetencias: “un tropiezo táctico no invalida toda la estrategia de seguridad”, insistió el de Bavispe en su extensa relatoría, con un tono de voz con pretensiones de contundencia.
Nos quedamos en todo caso con su reconocimiento a la precipitación de la acción de las fuerzas del gobierno en el operativo de detención, lo cual no es nuevo; con su peregrina intención de justificar sus mentiras por culpa de información equivocada de los hechos; su discurso en favor de profesionalizar policías municipales cuando lo que se hace es recortar presupuestos para dicha fuerza, todo chorreado con palabrería sensiblera con intenciones de chantaje emocional, dado el humanismo con que se evitó mayor derramamiento de sangre.
En términos generales, la línea de tiempo y cronograma expuesto por el titular de la SEDENA, exhibe al presidente, a Durazo y a él mismo como mentirosos y que carecen del carácter para un buen manejo de crisis, de acuerdo a los dichos en la mañanera de hoy y los emitidos la tarde noche del 17 de octubre y días subsiguientes.
Primero que nada, no fue fortuito el hallazgo del escondite del hijo del Chapo Guzmán, sino que desde hacía meses se atendía la solicitud del gobierno de Estados Unidos para dar con él y detenerlo con fines de extradición e incluso, dicho esfuerzo estuvo a cargo de un cuerpo élite de las fuerzas armadas.
Acorde a lo anterior, el general Sandoval dio a conocer un complejo plan de ataque, detención y extracción, sin explicar cómo, la tropa del narco se adelantó y evitó se tendiera un anillo de seguridad y tampoco sin explicar cómo, células irregulares sometieron a grupos de militares apostados en salidas y entradas de Culiacán sin encontrar resistencia y que fraternizaban con sus presuntos captores.
En el video respectivo, resulta obvio que para la detención no se requirió orden de cateo y que la tardanza de su expedición no fue lo que obligó a recular al gobierno frente a la violenta reacción, sino que cedieron por las continuadas torpezas operativas y la capacidad de movilidad del narco.
En el extenso cronograma dado a conocer, que incluye toda una diversidad de datos y numeralia estadística, curiosamente se omiten hora y circunstancias de la liberación del detenido, resultando sumamente extraño que no hayan dado a conocer un testimonio gráfico sobre dicho acto ilegal que fue avalado por el presidente, quien a fin de cuentas también fue desmentido, porque contrario a sus versiones iniciales, él sí estaba plenamente informado de dicho operativo.
Mejor se hubieran quedado callados o bien, reconocer lo evidente: fueron incompetentes en el diseño y ejecución del operativo de detención, con el compromiso de no volverlo hacer, que por nuestra parte, estamos de acuerdo en lo acertado del repliegue frente a los riesgos de daños colaterales, reculada que pudo evitarse si de origen las cosas se hubieran hecho bien, además de que también hubieran evitado las vergonzosas secuelas que están de moda a nivel mundial.
La verdad es que abundan las versiones respecto a que el resultado de dicho operativo y el culiacanazo son acordes al perfil de Durazo Montaño, quien si bien es muy bueno para hacer discursos, cartas de renuncia y formular frases efectistas y declaraciones ídem, otra cosa es estar a cargo de la seguridad pública de este país y que en una demostración de dignidad personal debería de renunciar.
Más o menos por el estilo está su juguete nuevo, la Guardia Nacional, cuerpo cuya creación ha sido muy cuestionada, que aunque ya hizo su primer ridículo en la lucha contra el narco, por otra parte ha recibido amplios reconocimientos de parte del presidente de Estados Unidos, Donald Trump por su efectiva contención de migrantes centroamericanos.
Y también deberá hacer excelente chamba para evitar que los pulpos del transporte sufran congojas y pérdidas por la eficaz competencia que tienen en servicios de transporte por aplicaciones como Uber, Cabify y Didi en los 56 aeropuertos del país.
A lo mejor, nuestra flamante Guardia Nacional sí puede desplegar con éxito operativos en contra de esos peligrosos choferes sin causar daños colaterales entre la población civil y de paso mantener en el negocio al carísimo y muchas veces riesgoso servicio de taxis que se ofrecen en los aeropuertos.
En fin, este precandidato a la gubernatura de Sonora no sale de una cuando ya está en otra bronca, pues ya ve usted que su recomendado Víctor Alberto Barreras Castro enfrenta la suspensión de su nombramiento como cónsul de México en Las Vegas, al revelarse sus antecedentes de haber cometido estupro cuando era maestro de inglés en una escuela secundaria.
El canciller Marcelo Ebrard tomó la decisión luego de darse a conocer con pelos y señales las andanzas de ese sujeto, quien a pesar de eso, en los últimos 10 meses ocupó alto cargo en la SSPF como cercano a los afectos de Durazo Montaño, considerando algunos que tal suspensión es un capítulo más del añejo diferendo entre el sonorense y el alter ego del ya fallecido Manuel Camacho Solís cuando ambos conformaban influyente círculo en el PRI.
Por lo demás a diez días de la asamblea para elegir dirigente estatal de MORENA en Sonora y a 20 de hacerlo en el caso de la dirigencia nacional, el TRIFE determinó anular el proceso interno de delegados de hace unos días debido a la falta de certeza del padrón y exclusión de militantes.
Estamos a la espera de alguna reacción de parte de la nomenclatura que encabeza Jacobo Mendoza respecto a este volver a empezar, que incluye reconocer como actores con capacidad electiva a todos quienes militan en ese partido y que se afiliaron hasta agosto del año pasado y no aplicar criterios excluyentes que redujeron la participación a quienes integraban el padrón al 20 de noviembre del 2017.
En este merequetengue, una buena noticia, porque afortunadamente ya quedó en el camino el ocurrente aspirante a la presidencia de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, Raúl Ramírez, ya que no apareció en la terna propuesta por las Comisiones de Derechos Humanos y Justicia, en donde mejor se optó por José de Jesús Orozco, Arturo Peimbert y Rosario Piedra Ibarra.
El proceso de selección sigue muy apretado, ya que en la sesión de este día, ninguno de los citados alcanzó las dos terceras partes de la votación requerida, por lo que se convocó a la generación de consensos para volverse a votar ese asunto en la sesión del próximo martes.
Mientras tanto, en la cámara baja, se presentó un buen debate en torno a la propuesta de incorporar en el paquete fiscal federal para el año próximo, la regularización de los carros chuecos, con muy buenas y comprometidas participaciones de las diputadas federales Irma Terán Villalobos y Lorenia Valles, sin que tengamos idea de las posibilidades de que logren ese objetivo.
Y sólo para asustar gente incorporamos a estos Entretelones una foto de la alcaldesa de Navojoa, Rosario Quintero Borbón, quien no satisfecha con estar siempre en la picota por la corrupta administración que encabeza, ahora le dio por participar en un desfile callejero disfrazada de catrina, en demérito de la seriedad que demanda su encargo y del respeto que le debe a ese sufrido pueblo mayito.
