El territorio de México debe ser una isla intergaláctica, aislada, independiente, blindada e inmune a cualquier amenaza, sea de salud o económica y por eso, mientras en el resto del mundo se aplican restricciones en la movilidad y se prohíben concentraciones masivas para prevenir la expansión de la pandemia del coronavirus, acá la acción del gobierno sólo llega a sugerencias y consejos.
No vamos a enumerar toda esa gama de medidas implementadas para contener ese mal en más de 100 países y por ello nos resulta muy inquietante el que a pesar de la prospectiva irremediable respecto a que en unos 10 días el contagio entrará en transmisión comunitaria en México, se asegure que las restricciones en la movilidad de la gente no tienen bases científicas para reducir los índices de transmisión de la enfermedad.
Al menos así lo asegura Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud del gobierno federal, al describir lo que nos espera en ese plazo tan corto, aunque contrario a otros gobiernos, se ha decidido evitar consecuencias y efectos en materia económica, privilegiando dicho rubro por encima de la salud de la gente.
Al menos el funcionario federal reconoció el trabajo que realiza en Sonora en materia de socialización de medidas de prevención instruidas por la gobernadora Claudia Pavlovich y que se divulgan en toda la diversidad de plataformas de la información, lo cual ya es algo y más, al tener listos los protocolos de atención y aislamiento en caso de presentarse casos.
Resulta alentador y genera certidumbre el que al menos a nivel del gobierno estatal sí tengan las pilas puestas frente a la amenaza, tal como quedó en evidencia en la reunión que sostuvo con los secretarios de Salud, Enrique Clausen Iberri, de Gobierno, Miguel Pompa Corella; Natalia Rivera Grijalva, jefa de la Oficina del Ejecutivo Estatal; y Pedro Ángel Contreras, director de Isssteson, todos involucrados en el diseño de estrategias de contención en esta fase preventiva.
Pero frente a las expectativas que están detrás de la cancelación de vuelos de Europa a Estados Unidos; la alerta sanitaria emitida por el gobierno de Arizona y otros Estados de la Unión Americana; la suspensión de eventos deportivos y artísticos en muchos países, y a las evidencias respecto a que en México portadores asintomáticos de ese virus no han sido detectados y se mueven sin restricción alguna, a las acciones impulsadas por la gobernadora Pavlovich, debiera sumarse la iniciativa ciudadana para la autodefensa.
Es más, tenemos la impresión de que de no ser decisiones que competen exclusivamente al gobierno Federal, la mandataria estatal ya hubiera aplicado diversas medidas de orden público al menos para proteger a la población escolar, entre otras.
Ya que además, las preocupaciones se potencian toda vez la comprobada ineficiencia del sector salud ante necesidades básicas como lo es el simple surtido de recetas y las improvisaciones en el sistema sanitario nacional, ya no se diga responder con eficacia ante una emergencia, principalmente entre la población que no cuenta con servicios médicos luego de la desaparición del Seguro Popular y la invención de ese ente aún amorfo denominado INSABI.
Miren, la autogestión ciudadana, que no es otra cosa que rascarnos con nuestras propias uñas frente a la inacción gubernamental, ha probado ser una vía muy adecuada para la sobrevivencia ente emergencias o amenazas y en dicha autogestión, esta el tomar por nosotros mismos las medidas de protección que no se atreve aplicar la instancia de autoridad correspondiente ante la impresionante capacidad de contagio de dicho virus.
En todo este contexto de incertidumbre, destaca la perspectiva racial con que se aborda el tema por algunas autoridades, ubicando al coronavirus como enfermedad que sólo le da a los blancos porque a los prietitos ni la rabia les pega y que el mismo presidente desestime la recomendación de evitar la interacción cercana entre la gente e insista en darse abrazos como política pública eje de su gobierno.
Pero algo más hay que destacar, al reconocer que no es todólogo y dejar a especialistas el tema del coronavirus, cuando a lo largo de su gestión se ha conducido como si fuera experto en aeronáutica civil, en materia energética y ambiental y en asuntos de movilidad ferroviaria, así como en asuntos militares y de seguridad pública.
En México se reconocen hasta ahora la existencia de 12 casos y la tendencia irremediable es que en pocos días se avance hacia una progresión geométrica que llevaría a una afectación de al menos un tercio de la población de este país, riesgo que pudiera evitarse si se fuera más allá de las recomendaciones de lavado de manos con frecuencia, resultando por demás inaudito que ni siquiera se hayan tomado aún medidas preventivas para proteger a la población escolar.
Que no está científicamente comprobada la efectividad de restringir la movilidad de la gente para contener la expansión de una pandemia, se nos figura una soberana pendejada a la luz de los resultados obtenidos por dicha medida en la misma ciudad china donde surgió ese virus y que gobiernos de países del primer mundo hayan tomado esas decisiones, junto a la cancelación de eventos masivos, sin importar impactos económicos y esas cosas.
Pues México y su gobierno se cuece aparte, aunque a propósito de la autogestión ciudadana, por ejemplo, el Tecnológico de Monterrey y Tec Milenio ya decidieron que a partir del martes próximo suspende actividades escolares presenciales en todos sus campus y suponemos que conforme pasen los días, acciones similares del ámbito privado serán dadas a conocer, y que más quisiéramos que nuestro estado de ánimo actual fuera producto de exageraciones y que como dice el presidente, no habrá ningún problema. Abrácense y bésense.
Por cierto, como se sabe, López Obrador anduvo en Hermosillo en donde de arranque tuvo aciaga jornada al ser recibido en el aeropuerto por diversos grupos que le reclamaron promesas incumplidas y la verdad es que al parecer traía la mecha muy corta, porque al menos a un grupo de ciudadanos de Cananea los acusó de violentos y provocadores y los mandó por un tubo, bueno, los mandó con el superdelegado Jorge Taddei Bringas, que es lo mismo.
Estuvimos al tanto del despiporre ocurrido en el aeropuerto por la presencia del tabasqueño, constatándose que en dicha instancia no se guarda ninguna precaución ni prevención respecto a la tan mencionada pandemia, corroborándose lo que más temprano nos habían comentado: en el aeropuerto de Hermosillo no hay ningún control sanitario de los que se van y los que llegan e igual ocurre en el aeropuerto de Guadalajara.
Por supuesto que no fuimos al único evento público presidencial de este jueves en Hermosillo, pero de acuerdo a reportes diversos, también se reeditó aquella vieja costumbre priista de llevar porristas para satisfacer el insaciable ego del de Tabasco, aunque al parecer las guangas hurras y porras no fueron suficientes, porque no le quitaron el mal pelo.
Luego se reunió en privado con familiares de las víctimas de la Guardería ABC y con la familia Lebarón, que en el caso de los primeros, se dio a conocer de forma extraoficial que se acordó otorgar una pensión vitalicia para alrededor de 100 personas, sin que tengamos el dato oficial al respecto.
También hubo sesión del Congreso del estado y entre los dos puntos de la agenda, estuvo la comparecencia del director de transporte, Carlos Morales Buelna, quien mostró buenas hechuras y conocer al dedillo los alcances de sus responsabilidades en materia de movilidad, al atender puntualmente las inquietudes de los integrantes de la representación popular sonorense, y lo más importante, sin caer en provocaciones.
Y a reserva de darle más vuelo en Entretelones que vienen, interesante y aleccionadora conversación la que sostuvimos con Adolfo Salazar Razo, aspirante a relevar a Jacobo Mendoza Ruiz en la dirigencia estatal de MORENA en Sonora, que valga subrayar, podríamos asegurar que ese es el perfil que requiere ese partido en la entidad.
Percibimos a ese joven liberal y progresista muy bien enterado de la problemática y escollos que enfrenta el morenismo en Sonora, tanto en lo que se refiere a las cosas en el ámbito de los municipios que gobiernan y lo que ocurre con la bancada en el Congreso del Estado, temas para los que describe tratamientos de muy buena catadura.
Como decíamos, fue un platique fuera de libretas y ya veremos en los siguientes despachos cómo desgranamos ese normado de criterios que subyacen en diálogos de dicha naturaleza, por ejemplo en el caso de los recientes agravios perpetrados contra la catedral en Hermosillo; la solicitud de juicio político contra la alcaldesa de Navojoa, Rosario Quintero; las perspectivas frente a la selección de candidaturas en la próxima elección, entre otros asuntos.
