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Y Andrés Manuel López Obrador no sólo no regresará las fuerzas armadas a los cuarteles, sino que ampliará la intervención de la milicia en tareas del combate al delito en todas sus acepciones y no sólo en cuestiones del narcotráfico.

De todas las reversas postelectorales del presidente electo, quizás la prospectada militarización del país es la más inquietante y la más peligrosa para todos los mexicanos y solo es cuestión de voltear a ver los saldos de medidas similares en otros países.

Lo más grotesco de lo anunciado a bombo y platillo como la panacea que pondrá fin al baño de sangre y a la disputa entre bandas del narco, es que a lo largo de los últimos años, el lopezobradorismo enarboló una bandera a la inversa y a contracorriente de las medidas con las que el nuevo gobierno pretende enfrentar el problema.

Es quizás por esa ruidosa reversa y las implicaciones y riesgos, que las reacciones son más fuertes que cuando a principios del 2007, Felipe Calderón decidió militarizar la lucha contra el narcotráfico, política de estado continuada en el actual sexenio y permanente fuente de críticas y descalificaciones de López Obrador y compañía, hasta la semana pasada.

Alfonso Durazo

Detrás de la creación de la Guardia Nacional, subyace el propósito de hacer de ese segmento paramilitar, el receptáculo de integrantes del crimen organizado que acepten su desmovilización de las bandas, además que sus amplias facultades como cuerpo policial plenipotenciario en todo el territorio nacional, estará por encima de autoridades civiles de estados y municipios.

Si bien entre los puntos del llamado Plan para la Paz y la Seguridad están los que refieren a combatir las causas del delito y no sus efectos y se acude a los lugares comunes de más empleos, educación, calidad de vida y bla, bla, bla, lo cierto es que al igual que Calderón y Peña, López Obrador mantiene la apuesta de la confrontación y de las armas en contra de la delincuencia.

Así las cosas, más que las consultas a modo para justificar decisiones ya tomadas y que resultan una ofensa a la inteligencia de los mexicanos y un atentado a las normas democráticas, lo más riesgoso adelantado en este interregno, es la prospectiva autoritaria que se advierte detrás de ese plan y que además no resolverá de fondo el problema.

Fuimos parte de la mofa generalizada cuando Calderón presidió un evento con las Fuerzas Armadas ataviado con uniforme de fajina, chamarra que obviamente le quedaba muy grande y una gorra con los adornos que distinguen al presidente como jefe supremo y la verdad es que no hay que descartar que ocurra lo mismo con López Obrador, aunque el colmo sería que hasta Alfonso Durazo, prospectado como Secretario de Seguridad, ofrezca una segunda edición de aquella protagonizada por su paisano Arturo Durazo Moreno, convertido en general por voluntad de José López Portillo.

Jorge Taddei Bringas

Si, importantes segmentos de la sociedad mexicana van de aquella alentadora esperanza que los llevó a manifestar en las urnas su hartazgo por el PAN y por el PRI, a la decepción por lo que ha ocurrido, propuesto y decidido el presidente electo a partir del 1 de julio y que luego del 1 de diciembre pondrán a prueba la paciencia ciudadana.

La incertidumbre ya está plantada y es creciente en el ánimo social, incluso en sectores de base de MORENA y mucho deberán hacer los genios al servicio de López Obrador, para que lo que dice y anuncia, es lo que quiere oír la mayoría de los mexicanos, pero por lo pronto el desengaño y la decepción es lo que permea, con el riesgo que dichos estados de ánimo se extrapolen a la ira.

El problema es mayúsculo cuando también es obvia la intención de debilitar organismos autónomos cuyas funciones son acotar y ser factores de equilibrio entre los poderes del Estado, como son los casos de la Suprema Corte de la Nación, el INAI, el INE, el Banco de México, soberanías estatales y municipales, sujetos a asedio presupuestal y político.

Contrasta esa intención autoritaria de debilitar derechos ciudadanos, cuando en lugar de esos contrapesos institucionales, López Obrador haya constituido un Consejo Asesor integrado por los dueños del dinero de este país, como lo son Ricardo Salinas Pliego, Bernardo Gómez, Olegario Vázquez Aldir, Carlos Hank González, Daniel Chávez, Miguel Rincón, Sergio Gutiérrez y Miguel Alemán hijo, que serán coordinados por uno de los suyos, Alfonso Romo, anunciado jefe de la oficina del presidente.

Rogelio Díaz Brown

Si en el caso del combate a la delincuencia se decidió echarle gasolina al fuego, como bien se criticaba en el reciente pasado, tampoco debe causar extrañeza que esos vilipendiados y por siempre descalificados por pertenecer a la “Mafia del Poder”, tengan como siempre, interlocución con el presidente en turno y puedan vigilar y cuidar de cerca sus exclusivos intereses.

Todo este contexto también genera expresiones hilarantes y de fuerte sentido sarcástico, como es el caso de la posibilidad de que Durazo Montaño emule a Durazo Moreno y de pronto ostente algún grado militar o igual ocurra con el llamado super delegado, Jorge Taddei Bringas, quien de acuerdo al formato operativo de la Guardia Nacional dado a conocer, será ni más ni menos que el mando superior en Sonora, lo cual sin duda lo hace merecedor de al menos que lo llamen sargento.

En fin, todo indica que la famosa cuarta transformación está en vías de ser un monumental fiasco, con costos sociales de pronóstico reservado, cuando en su versión Sonora las cosas lucen igual de patéticas, que como ejemplo está lo que ocurre en el Congreso del Estado, donde la bancada de MORENA va de tumbo en tumbo con actuaciones erráticas e incomprensibles para quienes dicen representar.

Ya son varios los ridículos de un grupo parlamentario no sanforizado en el que destaca la falta de oficio y autonomía, con una coordinadora, Ernestina Castro en calidad de florero y confrontada con los liderazgos de las otras bancadas, incluidos los otrora aliados del PT y el PES.

Y lo que se viene en lo inmediato no prospecta nada bueno para ellos, ya que como se sabe, habrá pasarela de funcionarios del Gobierno estatal para efectos de la glosa del III Informe y sin duda, será el escenario ideal para que exhiban todas sus ignorancias respecto a facultades, competencias y capacidad de entendimiento sobre temas que no tienen la menor idea, y tampoco sus asesores.

Raúl Navarro entregó paquete presupuestal 2019 al Legislativo

Se pondrá bueno ese circo que inicia el jueves próximo y distinto a lo usual, ahora la participación de los funcionarios requeridos no será ante comisiones, sino en tres sesiones ordinarias del pleno el próximo jueves, el martes 27 y el jueves 29 de este mes, con hasta tres comparecencias en cada una o sea, ya sabrán el bombardeo informativo al que será sometida la representación popular sonorense.

El encargado de dar a conocer el formato de esas comparecencias fue el diputado coordinador de la bancada del PRI, Rogelio Díaz Brown, previéndose ejercicios de buen nivel por parte de los secretarios de Economía, Salud y la Contraloría Estatal, los titulares de la Dirección General del Transporte, del Fondo de Modernización del Transporte, el Isssteson, Telemax, SEC, Secretaría de Seguridad Pública, Fiscal Anticorrupción y el Fiscal Especializado en Delitos Electorales.

Se aclara que el titular del ISAF, Jesús Ramón Moya Grijalva no comparecerá en el pleno, sino ante la comisión de Fiscalización y de Transparencia de forma unidas, e incluso se considera la posibilidad de que la información de algunas áreas se haga llegar por escrito a los diputados, como serían los casos de FEMOT, Telemax y Transporte.

E inmediatamente después vendrán las comparecencias de a lo mejor los mismos funcionarios para que ilustren sobre todo lo relativo a la propuesta de presupuesto y paquete fiscal del 2019 que entregó el pasado jueves el titular de Hacienda, Raúl Navarro Gallegos, para iniciar la tarea más sustantiva responsabilidad del legislativo y que deberá culminar con la formulación del marco jurídico respecto a los ingresos y el destino del gasto del gobierno durante el año próximo.

Alejandro García Rosas

Con Navarro Gallegos acudieron a dicho protocolo el tesorero Daniel Galindo Ruiz, el titular de recaudación, Alejandro García Rosas y otros funcionarios de Hacienda, en tanto la legislatura estuvo representada por el presidente Jesús Alonso Montes Piña; los presidentes de las comisiones Primera y Segunda de Hacienda, Diana Platt Salazar y el ya mentado Díaz Brown, respectivamente.

También ahí el siempre mal encarado Martín Matrecitos, Rodolfo Lizárraga, Fermín Trujillo, Luis Mario Rivera, Rosa María Mancha, Armando Alcalá Alcaraz, Carlos Navarrete, Lázaro Espinoza, Nitzia Gradías, María Magdalena Uribe, Rosy Martínez, Griselda Lorena Soto y Orlando Salido.

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