Por supuesto que somos dados a sobredimensionar efectos de los diversos temas de la agenda pública, tender a la exageración en el ejercicio de interpretar circunstancias y dar por hecho o acercarlas mucho a conclusiones, a pesar de ser prospectivas perecederas y rebasables por la izquierda o por la derecha.
Y sobre todo, rebatibles dado la fragilidad de los contextos en que se prefiguran escenarios de largo plazo, cuando no resisten el rigor crítico del corto plazo y ser producto simplemente de manejos mediáticos bajo la inercia de la recomendación y por ende, no sustentados por abordajes que aportan las realidades y los antecedentes de cada caso.
Por ejemplo, vaya la polvareda levantada por la cena en comedero hermosillense de Ernesto Gándara, Antonio Astiazarán y Ricardo Bours, los tres con tronco común del PRI y ahora uno abanderado del PAN aún sin ser militante de ese partido, otro tránsfuga del PRI que ondea la bandera independentista y el otro, firme en el priismo pero codiciado por muchos.
Los tres han sido perfilados como eventuales contendientes a la gubernatura y el hecho de haber compartido el pan y la sal una noche de esta semana, hasta dio para elucubrar inminentes alianzas y hasta la conformación del recurrido TUCOM –Todos Unidos Contra Morena—cuando desde nuestra perspectiva, eso sería lo más remoto que pudiera ocurrir, e incluso, prospectar algo así desde ahora es engordar el caldo aún más al partido mayoritario de la entidad.
No vemos cómo Astiazarán pudiera convencer a la nomenclatura del PAN para que se sumaran a proyectos encabezados por El Borrego o por Bours o que el exsenador y dos veces precandidato a la gubernatura declinara sus aspiraciones para ceder ante el Toñito o el empresario cajemense, en tanto que éste último, en todo caso sí estaría más cercano a sumarse a cualquiera de sus compañeros comensales, por lo difícil que resulta construir candidaturas independientes.
Es más, entre el PRI y el PAN, sea a nivel estatal o nacional, no existe ni la más remota posibilidad de alianza con miras a la elección del 2021 y las presuntas prospectivas que a ese respecto generó Toño con esa cenita no le abonan mucho entre quienes le velan armas para sacarlo de la jugada de la selección del candidato a la gubernatura y quienes ni de esos pretextos necesitarían para hacerlo a un lado.
En todo caso, de los tres, el polo con mayor atracción para hacer confluir distintas fuerzas políticas y sociales es sin duda Gándara, sobre quien de forma generalizada se cita como el más competitivo para dar la pelea en el 2021, en un contexto que en referencia exclusiva de los priistas se percibe como el mejor posicionado frente a lo desgastante que resulta para el Secretario de Gobierno, Miguel Ernesto Pompa Corella atender y buscar soluciones a la compleja problemática de la entidad.
Sí, cenaron juntos, pero más allá de la significancia de una tertulia pública de tres excompañeros de partido acompañados de nada discretos escuderos, no le vemos mayor importancia y en todo caso más relevante sería o será, cuando nos lleguen reportes de que se reunieron en forma privada y se negaron a especular futurismos ante medios de comunicación.
El temita eso sí da para llenar espacios editoriales y para calentar molleras, porque ya ven que sea porque no fue invitada o porque buscaba espacios para levantar la mano, hasta la diputada por el Movimiento Ciudadano, María Dolores del Río se apuntó para la gubernatura, no faltando quien considerara que de haber sido convocada la imagen hubiera sido de una panista entre tres priistas.
O sea, las cosas siguen igual que antes; la quinteta citada, Lola, Potrillo, Toñito, Borrego y Ricardo tienen perspectivas de aparecer en las papeletas de la elección para gobernador en la elección del 2021, así como las tienen Alfonso Durazo, Arturo Bours, Ana Gabriela Guevara, Fermín Trujillo y no faltan por ahí quienes promueven el absurdo de incluir a Enrique Clausen en dicho listado, en tanto que de plano se han descartado Ernesto de Lucas y Natalia Rivera, aunque como se sabe, no se mandan solos.
A propósito de sobredimensionamientos, de plano le hemos puesto mucha crema a los tacos por la frustrada intentona de MORENA de imponer impuestos al costo del agua para uso agropecuario, propuesta que por su rusticidad y anacronismo, no tenía ninguna posibilidad de ser aprobada e incluso, si así hubiera sido, no hubiera aguantado un recurso de inconstitucionalidad.
Cierto que representantes sonorenses en el Congreso de la Unión, diputados y senadores contaditos con los dedos de una mano, dieron la cara y aprovecharon lo que con toda su estupidez les puso Javier Lamarque Cano sobre la mesa y por eso resulta lógico que se solacen del palo dado a su estulticia, pero otra cosa es exagerar como si fueran los modernos héroes del campo mexicano.
Lo mejor que mostró Arturo Bours frente a la ocurrencia de su presunto compañero de partido, fue su sentido común y que le sabe a eso de la producción agropecuaria, además de buen timing en el manejo mediático, lo cual le permitió un buen lucro de la ruidosa reculada de Lamarque, a quien deberíamos reconocer que aceptó su ignorancia sobre el tema.
Y tienen razón quienes alertan sobre el concentrar toda la atención al palo al impuesto al agua para riego agrícola y uso pecuario, ya que mientras se alardea sobre dicho triunfo, como cuchillo caliente en barrita de mantequilla y sin tocar baranda se recortan o se eliminan diversos apoyos que durante muchos años se habían institucionalizado para el campo mexicano y que sin ellos serán iguales o peores los efectos que si los productores hubieran pagado tres mil 500 pesos de impuesto por hectárea.
Por lo demás, como anduvimos muy ocupados atendiendo la magnífica parafernalia y ceremonial por la graduación del orgullo de nuestro nepotismo de la licenciatura en Enfermería de la Universidad de Sonora, se nos pasó acreditarnos para la cobertura de la agenda de trabajo que cubre en Sonora desde el viernes y concluye este domingo el presidente Andrés Manuel López Obrador.
No creemos que nos vayamos a perder de mucho a no ser que sea noticia el que Yaquis, Guarijios, Mayos y Seris le entreguen bastones de mando o penachos sagrados, porque para efectos periodísticos estrictos, nada nuevo ofrece el de Tabasco, que si le preguntas sobre asuntos incómodos te tacha de conservador y enemigo del cambio y solo responde a cuestionamientos inocuos e insulsos.
Por lo pronto, sabemos que los encargados de la logística presidencial, no dispusieron ninguna facilidad para el traslado y cobertura del mesías que temprano sostuvo reunión en San Bernardo y prevé reuniones en Potam, Etchojoa y Bahía de Kino y pues con esos burros no se puede arrear, no dejándonos más que la posibilidad de saber de oídas las ocurrencias ahora en territorio sonorense.
En nuestro caso, el mayor interés periodístico generado por la gira indígena de López Obrador, es el trato que le dará al super delegado Jorge Taddei Bringas, a quien la secretaria de la Función Pública Irma Eréndira Sandoval metió en pestilente costal junto a otros presuntos corruptos con similar nivel de los estados de Aguascalientes, Chihuahua, Puebla, San Luis Potosí, Sinaloa, Guanajuato y Colima.
En son de chunga, un compa que al igual que este reportero conoce desde hace muchos años a Taddei Bringas, asegura que es tan pero tan wevón, que si robar se considera un trabajo, de plano mejor no roba, aunque en nuestro caso replicamos que no desquitar la chuleta y ser omiso en el desempeño de responsabilidades también se puede tipificar como corrupción.
Habrá qué ver el resultado de la investigación anunciada por la contralora federal, que dicho sea de paso no es para nada confiable, pero que a lo mejor tratándose de chiruza si se aplica, que en el caso de Taddei, en efecto no tenemos ningún elemento para que aparte de su pereza, sea de uñas largas, pero eso es hasta donde lo conocemos, porque a lo mejor fue honesto hasta cuando lo pusieron donde hay.
Por lo demás, con justa razón la alcaldesa de Hermosillo, Célida López Cárdenas debe andar luria y satisfecha, porque a pesar de todos los pronósticos en contra y frente a políticas públicas tacañas en materia presupuestal por parte de la Federación, insistió e insistió hasta que pudo conseguir siete millones 34 mil 136 pesos para equipamiento vehicular de la policía y tránsito, a través del programa Fortaseg.
Tenemos entendido que dicho cajón corresponde al ejercicio presupuestal de este año, ya que para el próximo ese programa no trae ni cinco, o sea, la munícipe sacó de la lumbre esa lanita y desde esa perspectiva, debe aprovecharla al máximo.
Y el refranero popular dice que “Dime de qué presumes y te diré de qué careces”, lo cual es un chile que le embona a la perfección al ya citado Alfonso Durazo, quien sin venir al caso se aventó alegórica intervención donde alardeó de la buena coordinación “histórica” entre la secretaría a su cargo y las fuerzas armadas.
Tales expresiones se registran luego de varios días de muchas versiones donde se describe muy molestos a altos mandos de nuestras fuerzas armadas y se cuestiona la torpeza e incompetencia operativa que los llevó al ya conocido como el culiacanazo.
En fin, la coordinación y colaboración plena entre instancias de autoridad no se demuestra con discursos o declaraciones y ya veremos si los dichos del de Bavispe son producto de carencias o tienen un reflejo en la realidad.
