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En Estados Unidos, una mujer perdió sus extremidades luego un contacto cercano con su perro. Un día Marie Trainer se sintió mal y se acostó para descansar. Solo 10 días después, ya le habían amputado ambas manos y piernas. Según informó º, la mujer tenía una gangrena provocada por la bacteria Capnocytophaga canimorsus, la cual se encuentra en los perros y los gatos.

Una fiebre inesperada

Trainer y su marido acababan de volver a casa de unas vacaciones en el Caribe, cuando la mujer sintió náuseas. Padecía, además, de un fuerte dolor en la espalda. Su temperatura se disparó y después cayó a 33 grados. En aquel momento su marido decidió llevarla al hospital.

Los médicos del hospital Aultman en Canton, Ohio, revelaron que Trainer estaba desarrollando sepsis. Sus extremidades comenzaron a ponerse necróticas. Los nuevos síntomas aparecieron muy rápidamente, por lo cual la pusieron en un coma inducido. 

El equipo trató de salvar sus extremidades, pero el daño causado por la enfermedad era irreversible. Para salvarla, tuvieron que amputarle las piernas desde la rodilla hacia abajo y luego las manos. Según los médicos, durante la cirugía cortaron docenas de coágulos sanguíneos que restringieron el flujo sanguíneo y provocaron la gangrena.

La bacteria de los perros y los gatos

Cuando los médicos recibieron los análisis de su sangre, descubrieron que fue infectada por C. canimorsus. Es una bacteria que se desarrolla en la boca de nuestras mascotas. Se estima que al menos un 74% de perros son portadores de ese microorganismo, pero nunca se enferman. A pesar de que los gatos también pueden ser los anfitriones, es poco probable que transmitan la enfermedad a una persona.

Cuando jugamos con nuestros perros, la infección puede llegar en el organismo a través de heridas o membranas mucosas en los ojos, la boca o la nariz. Por eso es mejor evitar el contacto directo con la saliva del animal y lavarse las manos después.

En caso de Trainer, quien tiene dos perros en casa, uno de sus perros le lamió un corte pequeño en el brazo. Después, si el sistema inmune está comprometido, la infección empieza a desarrollarse bastante rápido y provoca sepsis y gangrena. Los síntomas típicos del contagio son la fiebre, las ampollas, el dolor muscular y el vómito. 

Otros casos parecidos

Aunque los humanos frecuentemente jueguen con sus mascotas y a veces sean mordidos, C. canimorsus sigue siendo una infección muy rara. Según un estudio dedicado a la bacteria, se registraron solo 54 casos en humanos entre 1972 y 2004. Otro estudio realizado en 2011 informa de 200 casos conocidos. 

En el 2018, un hombre estadounidense sufrió la misma infección y le quitaron las extremidades. Se contagió de uno de sus ocho perros que tenía en casa. 

Y en el 2016, la revista científica BMJ registró el caso de una mujer mayor que pudo haber sido lamida por su mascota doméstica y más tarde sufrió sepsis y fallo de un órgano. Luego se recuperó después de dos semanas en una unidad de cuidados intensivos. (agenciaID)

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