A Phoenix su dueño lo hacía pelear por dinero hasta que un día, por no ganar, le prendió fuego y también le echó ácido.
Tras el maltrato recibido todavía se encuentra recuperándose en cuidados intensivos.
Este canino fue descubierto por unos buenos samaritanos cuando fue dejado entre unos arbustos al pensar que estaba a punto de morir. El perro fue abandonado en un parque público de Compton (California), estaba temblando y tenía una gruesa y pesada cadena unida a su cuerpo.
Comentarios