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AMLO camina por el filo de la historia.- Su gran reto, sentar los cimientos del Hombre Nuevo, en pos de cambios cuantitativos y cualitativos, buscando hacer realidad lo que parecía imposible

Bernardo Elenes Habas

Corresponde a las nuevas autoridades en el país, desbrozar los caminos de una revolución pacífica, sujeta a los signos de los tiempos, atendiendo las demandas colectivas que el pueblo de México escribió sobre las boletas electorales y depositó en las urnas, el pasado domingo 1 de julio.

AMLO presidente electoCorresponde, también, a quienes dirigen el Movimiento Regeneración Nacional –Morena-, fijar los cimientos de una relevante cultura política. Promoviendo y convocando a la participación cívica con respeto y firmeza. Abandonando falsos triunfalismos y nocivas poses y actos de intolerancia.

Porque el gran reto, si Morena anhela sobrevivir los vendavales que le esperan, será construir los cimientos de la conciencia histórica de la ciudadanía, encaminada, sin negarlo, a la conformación del Hombre Nuevo.

Y Hombre Nuevo significa, entregar a cada ciudadano, ciudadana –con militancia o sin ella-, las alternativas de la realidad política-social que vive el país y su contexto ante el mundo. Darles la oportunidad de la información clara, precisa. Las herramientas que los encauce con sentido de pertenencia y arraigo enAmlo con Alfonso Durazo sus comunidades, sus estados, su Patria, junto a la capacidad de discernimiento y participación, más allá de actitudes extremistas e impositivas. Manteniendo la inteligencia, el conocimiento, la palabra como valores confiables de argumentación y convencimiento. Pero, esencialmente, reconociendo que todas las pequeñas cosas vienen a conformar un acumulamiento de ideas, decisiones, sensibilidades, que constituyen y construyen las grandes y necesarias causas.

El virtual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, sus colaboradores, quienes se AMLO con Javier Lamarqueintegrarán al Congreso de la Unión, a los parlamentos estatales, a las presidencias municipales, tendrán que actuar, porque así se los exigen los tiempos, con los pies en la tierra. Pero, también, la inteligencia, la vocación de servicio, puestas a disposición de la sociedad en general. Siempre en pos de tareas positivas, colectivas, constructivas.

Su principal vigilante será –lo saben bien- el pueblo mismo. El que les dio voto y vida política. Los convirtió, sin reservas ni indecisiones, en gobierno. Y el que, si comienzan a fallar, los pondrá ante el paredón de la historia, como lo hizo con el PRI, PAN, PRD, y su nomenclatura de personajes.

Tendrán –los tienen, desde ahora- cazadores furtivos. Francotiradores que no dudarán en accionar las armas del desprestigio ante algún desacierto. Pero también, vendrá la colocación de trampas en el devenir de los ejercicios político-sociales, para que caigan quienes suelen tropezar dos o más veces con la misma piedra. La de la ambición.

Se percibe que no será fácil. Que encontrarán multitud de escollos. Que el tiempo y el poder pondrá a prueba muchas voluntades, considerando que en la estructura de Gobierno de AMLO, desde arriba hacia abajo, hay quienes han flaqueado en sus caminos. Mismos que, sin duda, se encontrarán de frente con el espejo de sus conciencias, porque no entienden los signos irrenunciables de los cambios y los perciben como casualidad de los tiempos, sin comprender la esencia del proceso que deberá mantenerse con la suma de voluntades, para avanzar hacia la CuartaAMLO con Sergio Pablo MariscalTransformación o sepultar idealismos. Sueños republicanos.

La primera semilla por cultivarse, será la que posea capacidad de arrojar luz sobre la trascendencia de los cambios:

Cuantitativos, cuando se encaminan a la evolución, al progreso. Cualitativos, al definir el desarrollo revolucionario, la formación ideológica, la decisión de avizorar y hacer realidad lo que parecía imposible.

Se encuentra, pues, el nuevo gobierno que tomará posesión a partir de diciembre, ante una gran disyuntiva: construir sobre nuevos cimientos para que la estructura ideológica, nacionalista, encaminada hacia la justicia social no sucumba al primer sismo político. O darle continuidad al edificio logrado hasta ahora en el devenir de los tiempos modernos, agrietado por la corrupción, la indiferencia, el autoritarismo ciego.

Por el momento, López Obrador como presidente electo, asomó, ya, los iniciales cambios de forma y fondo del que será su sexenio, luego de un encuentro con diputados y senadores que apuntalarán iniciativas futuras desde el Congreso de la Unión.

Dejó claro que sí habrá reducción de sueldos de altos funcionarios y eliminación de privilegios. Se creará la Secretaría de Seguridad Pública. Abolición del Fuero a todo nivel. Darle vigencia como delito grave a las diferentes formas de corrupción ejercida por servidores públicos, robo de combustible y fraude electoral. Fin a las pensiones oprobiosas a ex presidentes.

Otros aspectos relevantes se refieren a la revisión del decreto de privatización del agua. Modificación-revocación de la reforma de Educación Pública. Garantizar en los hechos que la educación sea gratuita a todos los niveles. Promulgar la Ley para Revocación de Mandato del Presidente de la República en tres años. Eliminación de la burocracia excesiva. Acabar con la figura de Delegaciones Federales. Creación de las Coordinaciones Estatales Federales, entre otras determinaciones que se convierten en los primeros pasos para hacer nuevos caminos, y que, comienzan a levantar críticas y protestas soterradas, principalmente entre quienes observan, azorados, como se terminarán sus privilegios, teniendo como ejemplo insolente el del ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Luis María Aguilar Morales, quien defiende los 651 mil pesos mensuales que percibe por no dar nada a la Patria, ya que de acuerdo a los lineamientos de Gobierno que entrarán en vigencia, nadie ganará más que el Presidente, cuyo sueldo mensual será de 108 mil pesos.

Ojalá, sea para bien. Porque Andrés Manuel López Obrador, con su visión de Patria, compromisos, ideología, camina en estos momentos por el filo de la historia, con enemigos agazapados dispuestos a hacerlo caer, sabedores de que su principal arma es la congruencia.

Le saludo, lector.

 

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