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Bernardo Elenes Habas

AMLO le abre camino a Durazo.- Denuncia el presidente que la resistencia yaqui es movida por intereses electorales.- Sin embargo, nombra a Alfonso Durazo, mediador en los conflictos del gasoducto, para que madrugue y crezca hacia el 2021.- Pero, sin agua, la semilla del de Bavispe, podría secarse…

Bernardo Elenes Habas

Andrés Manuel López Obrador tiene dos representantes en la Nación Yaqui: Adelfo Regino y Alfonso Durazo.

Adelfo Regino Montes, vendrá dentro de algunos días a dialogar con dirigentes de la Nación Yaqui, quienes mantienen sus demandas de respeto a los decretos sobre agua y linderos. (Alfonso Durazo, ya se mueve por estos lares).

Es que fuertes grupos yoremes que no fueron atendidos durante la relampagueante presencia del presidente López Obrador, no pudiendo exponer sus reclamos, mantienen el sonido de sus tambores.

Adelfo, es el titular del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), y representante personal del presidente de México en la Comisión de Justicia para el Pueblo Yaqui. Él estuvo presente en la comunila de Vícam Pueblo, durante la breve visita de AMLO a territorio ancestral, el pasado 6 de agosto.

Se vuelve evidente que los líderes étnicos le dirán al enviado de AMLO, lo que éste no quiso escuchar de los yoremes que intentaron entrevistarlo para plantear demandas importantes, pero el mandatario los eludió tomando caminos alternos al concluir la reunión en la guardia tradicional, donde regaló a la tribu sólo breves minutos.

Las voces del Bacatete le expresarán a Regino que la solución del problema del agua sólo será posible eliminando lo que nació en forma ilegal y ventajosa para secuestrar el agua del Jiak Batwe a través del acueducto Independencia, propiciado por Guillermo Padrés durante su régimen en Sonora (2009-2015), y que, ahora, con la mutación del que fuera gobierno panista hacia Morena en el municipio de Hermosillo, se pretende continuar arteramente, reiniciando obras inconclusas registradas en el proyecto original, bautizadas para efectos de simulación como acuaférico oriente, sin que se prevea oposición hasta el momento, por parte del sexenio de la cuarta transformación.

(¿Será tan difícil para la 4T, eliminar un acueducto ilegal desde su origen, cuando de un plumazo borró el proyecto en proceso del AICM, arrastrando la pérdida de millones y millones de pesos?).

Sobre esa temática, fu notoria la facilidad asombrosa con que AMLO en su conferencia matutina de ayer -17 de agosto-, accedió a hablar del conflicto del agua en Sonora, solo para contaminarlo y descalificarlo, atribuyendo los reclamos y protestas a intereses electorales, porque ya se acercan los cambios de gubernatura, dijo. Cuando en realidad se trata de un grave caso de atropello e impunidad a la Nación Yaqui y al sur de Sonora desde 2010, siendo presidente de la República Felipe Calderón.

Lo cierto, es que AMLO, con astucia, sabe cómo eludir los problemas graves en su gobierno, dejándolos vivos.

Y esta carencia de voluntad para ir al fondo de los contratiempos y resolverlos –como sí lo hizo el Presidente Lázaro Cárdenas con los yaquis, en su tiempo-, los deriva con ligereza hacia pretextos como la cercanía electoral.

Aunque AMLO, en el pecado lleva la penitencia, ya que al nombrar a Alfonso Durazo como mediador en la problemática de algunos embrollos yoremes (el paso del gasoducto por territorio yaqui), cuando soplan vientos electorales, abre la evidencia de que le urge enganchar a Sonora a la 4T, y coloca a Durazo Montaño a preparar el terreno para que caiga la semilla de las conveniencias. Aunque la simiente podría no fructificar.

Antes como antes, y ahora como ahora, diría José María Leyva Cajeme.

Le saludo, lector.

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