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El Instituto Nacional de Antropología e Historia en Sonora, continúa con la gestión para la protección de los bienes arqueológicos que se encuentran en el embalse de la Presa Bicentenario o Pilares, al sur del estado.

Previo a la construcción de este proyecto hidráulico, el INAH realizó la primera fase del salvamento arqueológico, que consistió en reconocer el área del proyecto, logrando localizar y registrar 44 sitios arqueológicos.

El área donde se construyó la presa, en la actualidad es un territorio con una gran riqueza natural y cultural, donde se comparten y amalgaman tanto las tradiciones culturales mayo y guarijío, como la mestiza, interactuando entre las poblaciones asentadas en la ribera del río Mayo.

La investigación arqueológica, determinó que en el área que ocupa la Presa Pilares, se encuentran 33 asentamientos prehispánicos, ubicados en las mesetas, cerros y laderas que delimitan al río Mayo, estos sitios arqueológicos evidencian una larga ocupación humana en la zona, que va desde la época prehispánica, colonial, hasta nuestros días. En algunos casos donde hoy permanecen comunidades y ranchos, existen restos arqueológicos que señalan la presencia de una ocupación continua históricamente. 

La zona de Chorijoa es la de mayor amplitud y por consecuencia, la de impacto en el embalse de la presa, ahí se concentra el mayor número de sitios habitacionales, cuyos antiguos pobladores como los actuales, aprovecharon la planicie de inundación del río para la agricultura. Patrimonio que se encuentra en riesgo de perderse.

También se localizaron 11 sitios con petrograbados, lo cual permitió el registro de más de 140 diseños rupestres; lográndose identificar la incesante representación de un personaje, grabado en las rocas con grandes extremidades y en actitud de estar saltando.  La correlación entre el grabado rupestre y la leyenda mayo-macurawe, contada en la comunidad de Chorijoa, establece que en la región existió un gigante que cruzó el río Mayo, dejando huellas en sus márgenes.

El trabajo arqueológico, además de identificar las representaciones del “gigante de Chorijoa”, registró diversos diseños de huellas de pies a la orilla del Mayo. También se reconocieron grabados de fauna, como felinos, aves y reptiles, que se entrelazan con diseños de espirales, cruces y formas humanas. Patrimonio rupestre que actualmente está bajo el agua con la operación de la Presa Pilares.

Con base a la Ley Federal de Zonas y Monumentos Arqueológicos, Artísticos e Históricos y atendiendo la urgencia de salvamento de estos bienes culturales, es que el INAH continúa realizando el seguimiento administrativo y legal para la protección de este patrimonio.

Asimismo, seguirá impulsando acciones para concretar la firma y ejecución de un convenio con la Comisión Estatal del Agua, el Fondo de Operaciones de Obras Sonora Si (FOOSSI) del Gobierno del Estado de Sonora y la Comisión Nacional del Agua, que establece el inicio de los trabajos de campo de estos bienes culturales, hacia el mes de octubre (según comunicado conjunto de las tres instituciones, del 4 de agosto del presente).

Existe por parte del INAH, el proyecto para rescatar los 44 sitios arqueológicos señalados anteriormente, que conlleva al estudio de los asentamientos prehispánicos, que permitirá conocer las características de subsistencia y densidad poblacional de las grupos culturales que se asentaron a la ribera del río, así como su interacción con poblaciones río abajo y el  registro detallado de los grabados rupestres con tecnología, para recuperar e interpretar la información de los diseños y su relación con el entorno social que lo realizó. Además, se contemplan actividades de conservación y protección de los mismos, frente al embate del embalse de la presa Pilares.

Fuente: EL universal

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