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Confirmado lo sabido

“Es un tipo de cuidado”, nos dijo connotado político sonorense cuando indagábamos sobre David Alfonso González Morillas, quien por allá el 2010 ya mostraba músculo financiero, mediante la compra masiva en gasolineras en Hermosillo y que compartía oficinas con Miguel Padrés en donde hoy es la sede estatal de MORENA.

Originario de Cananea, pero consolidado como empresario en Mexicali, González Morillas fue parte fundamental en el financiamiento de la precampaña y campaña de Guillermo Padrés en el 2008-2009 y obtuvo su recompensa al resultar favorecido con pagos por alrededor de 500 millones de pesos por obra pública nunca ejecutada, ya que al estilo, le dio por entrarle al negocio de la construcción.

Ese sujeto y el ahora diputado Javier Dagnino Escobosa, fueron los valores que se trajo Padrés de Baja California para apoyar su estrategia para asaltar a Sonora, gravitando en dicha relación el paisanaje, vínculos familiares, vocación para la transa y habilidades para la truculencia tanto empresarial como política, que a uno lo hizo inmensamente rico y al otro también y además con fuero.

Lo del “tipo de cuidado” lo escuchamos como advertencia y más cuando nos enteramos de sus tácticas de sometimiento en las negociaciones para la adquisición de algún bien, además de los referentes de que sus oficinas ahí donde ha estado siempre la que se conocía como Gasolinera Araque, era lugar asiduo de un buen número de comunicadores y periodistas, sin que sepamos si iban a ver a González Morillas o a Miguel Padrés, que para el caso es lo mismo.

Javier Dagnino

Ahora se sabe, que el mencionado sujeto era nada más y nada menos que el brazo financiero de un cartel de la droga en Sonora, asociado a Gualberto Gastélum López que se ocupaba de la obra negra de ese negocio, como lo es haber convertido a Sonora en un santuario, donde con la protección de Padrés por el pago de 20 mil dólares a la semana, no era molestado y podía llevar a Estados Unidos cocaína que le traían desde Colombia.

De acuerdo a información que la PGR filtró a medios nacionales, González Morillas presentó a Padrés al narco detenido a mediados del 2015 luego de largo asedio a ostentosa residencia en Los Lagos, pero antes tuvieron una relación muy productiva que va más allá de los alrededor de seis millones de dólares pagados por ese derecho de paso seguro por territorio estatal, porque incluso “donó” al gobernador 40 millones de pesos para concluir con los últimos detalles del Estadio Sonora.

Entrecomillamos donó, porque por supuesto no fue una donación, ya que a cambio recibió 29 hectáreas aledañas a ese inmueble beisbolero, quedando al fin aclarado que dicho narco es o era el propietario de faustuosa residencia por esos mismos rumbos, en donde frecuentemente ofrecían comidas y cenas funcionarios del gobierno padrecista, en algunos casos a representantes de medios de comunicación.

Y lo anterior lo decimos con total seguridad, ya que en alguna ocasión fuimos invitados a ese lugar por el secretario de Gobierno en el último trecho del padrecismo, Prisciliano Meléndrez, atención que por supuesto no atendimos pero que otros, varios, sí lo hicieron, aunque la verdad en esos momentos solo había sospechas sobre el origen ilícito de dicha propiedad.

Ernesto Munro

En las declaraciones que atribuye la PGR a Gastélum López, además del diputado Dagnino Escobosa, en ese tiempo titular del C4, se implica a Roberto Romero López, secretario de gobierno; a Ernesto Munro, titular de Seguridad Pública, y a Roberto Dagnino Acuña, poderoso cuñado de Padrés, como partes del blindaje para realizar sin ningún problema sus operaciones para exportar cocaína a los Estados Unidos.

Por cierto, el diputado Dagnino invoca su derecho de réplica y exige a los medios de comunicación la aclaración correspondiente, ya que asegura no tener nada que ver con los hechos que le atribuye Gastélum López en sus declaraciones, cuya divulgación, dice, causan agravio a su vida familiar, a su desempeño como diputado y a su imagen personal.

En todo caso dicha exigencia debería extenderla hasta la PGR que obviamente es el origen de la información de los actos que se le atribuyen, aunque por lo que se advierte en esa filtración, es que de no ser por el fuero que goza, tal ejercicio del derecho de réplica lo estaría haciendo desde la cárcel.

El que no ha dicho esta boca es mía es el impoluto Ernesto Munro, quizás muy ocupado en el menaje de lealtades partidistas, ya que como se sabe, es de los capos otrora importantes en el PAN, que decidió mudarse a MORENA, gracias a las habilidades de Alfonso Durazo para recolectar rebabas y cascajos de la corrupción e incompetencia padrecista.

Y en su caso es cuestión de escarbarle tantito más, porque la opinión pública en Puerto Peñasco sabe de cómo durante sus seis años de gloria se asentó en ese destino turístico poderosa ramificación del narco, que a decir de muchos, lograron que su hijo “El Kiko” sea actualmente presidente municipal.

Alfonso Durazo

Llama la atención el que hasta ahora se divulgue un asunto que se supone la PGR tuvo conocimiento desde al menos a fines de junio del 2015, luego que el narco detenido en Los Lagos soltara la sopa, lo cual deja ver la clase de blindaje que protegía al exgobernador e integrantes de su pandilla, no quedándonos claro aún qué procede en el caso de González Morillas, a quien por lo pronto en las notas periodísticas, solo se le cita como referente y no como sujeto de alguna acción penal en proceso.

Obvio que dicho empresario fue el enlace de Padrés con el narco y que la PGR tiene pendientes con él, con el agregado de que desde hace tiempo no se deja ver, lo cual sugiere que al igual que el resto de la pandilla pitufa aún libre, también anda a salto de mata.

Fíjese lo que son las cosas, porque este martes precisamente en lo que antes fueron las oficinas de ese fulano, se realizó la presentación en sociedad del cascajo padrecista ahora con la etiqueta de MORENA que les compró el dirigente de ese partido en Sonora, Alfonso Durazo, quien por lo visto se ha despojado de cualquier escrúpulo en sus afanes por rendir buenas cuentas a Andrés Manuel.

Teníamos la impresión que el de Bavispe tenía buena puntería y traía la mira alta, resultando inexplicable que sume a su partido a la más variada masquiña política que representa lo contrario a lo que dice representar el partido del Peje, aunque hay que reconocer su valor para aceptar ser amigo de González Morillas, a quien le rentó el edificio sede de sus oficinas.

A fin de cuentas fue una docena de militantes del PAN que mudaron sus lealtades a MORENA porque están hartos de lo que dijeron actos de corrupción, tráfico de influencias e imposiciones, entre otras lindezas, de la casta panucha encabezada por Alejandra López Noriega y David Galván, pero será cuestión de escarbar un poco en sus antecedentes como funcionarios del padrecismo y partes de esa clica, para concluir que no les queda darse baños de pureza.

En este merequetengue pitufo, en estos días se llevó a cabo una reunión en la casa de la diputada Lissette López, donde las y los convocados se fueron con todo en contra de la López Noriega, la real dirigente nominal del PAN en Sonora, ya que el David sólo está en calidad de florero.

Jorge L. Ibarra

Nos aseguran que a esa reunión asistieron Lina Acosta, Moisés Gómez Reyna, Célida López, Evelyn Trigueras, así como Manuel Borbón, Eloísa Flores y el Diputado Federal Agustín Rodríguez, quienes por lo visto traen atravesada a la señora citada y van por ella.

Como ven, maléfico para la causa pejista en Sonora, el que lo que se creía sería un campanazo con cuadros importantes del PAN sumándose, se anuncia el mismo día en que aparece la noticia que confirma las ligas de Padrés y por ende de su partido con un cartel del narco y que además la Auditoría Superior de la Federación también confirme las trapacerías perpetradas en el sector educativo.

Por cierto, con justa razón Jorge Luis Ibarra había mantenido extremo bajo perfil al igual que José Inés Palafox, a quienes la ASF les exige la restitución de casi 350 millones de pesos de recursos federales etiquetados para mejoras escolares, sin que los entonces titulares de la SEC y de SIDUR hayan realizado dichas obras, y adivinaron, de todas formas se gastaron esa lana.

La determinación de responsabilidades contra ese parecito, describe el modus operandi popularizado durante esa administración con el propósito de cortarle la cola a la cochi a recursos financieros asignados para la obra pública, omitiendo estricta normatividad que regula el flujo y destino de esos dineros a través de cuentas bancarias exclusivas, para en cambio hacer uso de la famosa licuadora, que como se sabe fue el lugar más popular para el manoteo.

Luis F. Romero López

De la izquierda liberal y progresista, Ibarra Mendívil bandeó hasta la derecha panista y ese tránsito podría culminarlo detrás de las rejas por actos de corrupción y desvío de recursos, a no ser que tenga su guardadito para evitar la cárcel mediante la restitución del daño, que en todo caso no son nada 225 millones de pesos, porque la otra mitad son responsabilidad de Palafox Núñez.

Tienen la opción de pedir la colaboración de Luis Felipe Romero López, quien como titular del Instituto Sonorense de Infraestructura Educativa y hermano del poderoso carnal ahora en una cárcel de Arizona, se sirvió con la cuchara grande y no se descarta que Jorge Luis y José Inés le hayan dejado manos libres por ese motivo, concretándose a firmar lo que ordenaba el Feli-Pillo.

Y lamentable que haya quienes se ocupan en descargar fobias personales y aprovechando espacios mediáticos pretendan generar enconos entre representantes de instancias de gobierno mediante burdos y rústicos inventos que sólo deja ver su enanismo periodístico y más cuando se trata de algo tan delicado como la seguridad pública.

Lo bueno es que el alcalde de Cajeme, Faustino Félix Chávez dista mucho de dejar ser usado en campañitas personales, así como tampoco el titular de la Secretaría de Seguridad Pública, Adolfo García Morales se dejará amarrar navajas por irresponsables y menos que por esas maquinaciones se derive en omisiones en sus responsabilidades en favor de la seguridad de los sonorenses y menos en lo que se refiere a Cajeme.

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